Capítulo 3 Llegada.

Acomodo bien el bolso que llevo en la espalda, a la vez que paso mi mirada alrededor del aeropuerto. No puedo evitar liberar un suspiro de tranquilidad de por fin haber bajado del avión, nunca me ha gustado viajar en ellos; no hay una razón aparente, solo no me agrada.

Despejó mi mente de ese pequeño problema, para luego dirigirme a la zona de recogida de equipaje. Después de comprobar que todo está en su lugar, procedo a salir del lugar en dirección al apartamento que compre a una distancia indeterminada. Al fin y al cabo soy nuevo en la ciudad, llegó a la parada de taxis.

-Buen día, ¿Cuál es su destino? -me pregunta el taxista después de ayudarme a colocar las maletas en la parte trasera de su automóvil.

Me dispongo a participarle la dirección, en el camino paso mi mirada alrededor de la ciudad. Trato de disimular lo mejor que puedo, pero por dentro estoy maravillado por todo lo que veo a través de la ventana.

Todo esto es nuevo para mí, estar en un sitio en el cual no conozco a nadie, sumado a eso que soy un recién egresado de la universidad a mis veinticinco años, lo cual para algunos sería una vergüenza, para mí eso es un verdadero logro.

No soy alguien conformista, ni tampoco me caracterizo por ser alguien que haya perdido su tiempo, qué tonterías para no estudiar, solo que hubo ciertas situaciones que impidieron que pudiera graduarme antes.

No me avergüenza decir que soy de un sitio pobre, una verdadera vergüenza debería ser aparentar algo que no soy. Eran exclusivamente los recursos, si no que la situación en mi casa me impedía irme, pero después de mucho intento de convencimiento de mis padres es que decidí darme esta oportunidad.

Esto para mí es un nuevo comienzo, una oportunidad de aprender más sobre otra parte, además de expandir mis conocimientos.

- ¿Estás bien ahí, muchacho? -salgo de mi ensimismamiento por su voz, dirijo mi mirada hacia el señor-, es que llevamos un par de minutos aquí.

No puedo evitar avergonzarme, bueno, tampoco es como si hubiese esperado que el aeropuerto estuviese tan cerca del edificio. Me bajo sin querer demorarme más, le pago la cantidad acordada para luego entrar en el Lobby. Saludo a las personas que me encuentro en mi camino, para luego encaminarme hacia el que distingo desde la entrada que es el ascensor.

-Que bueno que traje poco equipaje -me digo a mí mismo, mientras marco mi piso.

No tarda mucho en parar, salgo en cuanto las puertas son abiertas. En mi camino aprovecho para dar un leve vistazo alrededor, sorprendido por lo grande y bonito que es el sitio. No sé cómo, pero mi papá me dijo que lo consiguió a muy buen precio.

Quizás hay más allí de lo que yo me imagino, pero en mi emoción no me permití interrogar bien a mi papá, del cómo consiguió este sitio con una buena posición.

- ¿Qué? -es lo primero que pienso al sentir que alguien impacta contra mí.

Involuntariamente por inercia me mantengo firme, por instinto disparo mi brazo para tomar por la cintura a la chica que chocó contra mí. Estoy a punto de reclamarle, pero cuando veo qué tiempo después unos hermosos ojos marrones muy vividos me están viendo fijamente, cualquier curso de pensamiento es completamente evaporado.

Trago imperceptible en cuanto nuestras miradas chocan, se forma algo en mí que no comprendo del todo.

Después de un tiempo nos separamos, en cuanto quito mi brazo alrededor suyo. No puedo evitar sentir un cosquilleo en mi brazo, sentía ganas de volver a sentirla junto a mí. Después de presentarnos, y ver cómo me miró cuando me agache a tomar la maleta que se me había caído hace un tiempo atrás, algo se encendió en mí. Me permitió ver qué está, aunque sea un poco interesada en mí.

Todavía sigo en mi lugar, viéndola partir hacia donde sea que se dirija. No me apartó del punto hasta que veo que se cierran completamente las puertas, me dispongo a pasar mi mano por mi rostro, pero es justo en ese momento en el cual soy consciente de la sonrisa que aún permanece en mi rostro.

-Es momento de ir a mi apartamento, -suspiro con ganas de verla pronto-. Qué tonterías dices Steve, obvio la volverás a ver, después de todo viven en el mismo piso.

Me encaminó hacia mi puerta, la abro, pero antes de siquiera pensar en entrar. Traslado mi mirada hacia la otra puerta al otro lado del pasillo. Con una sonrisa termino por entrar.

Cierro la puerta, para luego dar un vistazo alrededor encantando de todo lo que veo. Está amueblado en tonos cafés combinados con negro en algunas superficies. No tengo más que decir que me encanta. Sé que debería desempacar y todo eso, pero realmente estoy cansado por el viaje, así que me dirijo a la que supongo que es mi habitación.

Dejo mis maletas en algún lugar que sinceramente no importa mucho en estos momentos, entro con rapidez, me quito la ropa al instante para luego tumbarme en la cama con el objetivo de tener una buena siesta.

Aunque me dije esto, pasa un tiempo, pero un no me es posible conciliar el sueño. Suspiro molesto con esto, doy vueltas en la cama tratando de conciliar el sueño. Es extraño, físicamente me siento agotado, pero mi mente no baja ese interruptor, el cual necesito para dormirme de una vez por todas.

Comienzo a repasar lo que ocurrió en el pasillo, el cómo esa hermosa mujer de ojos cafés chocó conmigo. Sonrío de solo recordar lo gracioso que resultó todo eso. Hasta parece sacado de una comedia.

Me levanto exaltado, al escuchar un sonido que no hace más que repetirse. Bostezo con la mirada somnolienta, con ganas de seguir durmiendo, pero el ruido no hace más que impedir que eso vuelva a ocurrir. No es hasta un tiempo después que soy consciente de donde proviene ese ruido.

            
            

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