Pero tenía fe en que todo se iba a descubrir tarde o temprano y terminaría por recuperar las propiedades de la familia.
-Ya estás ebrio, no me confieses nada que no quiero saberlo. ¡Ten presente que no soy un objeto de colección como todas las propiedades de papá! Ni siquiera pienses en que te iré a responder como lo hace una esposa abnegada y amorosa. Tengo criterio propio y si hoy estoy aquí es porque me cerraste la partida sin dejarme jugar.
Jhon Anderson alzó la copa de modo victorioso y simplemente se burló.
-¡Eso ya lo veremos! -dicho esto, soltó la copa y se abalanzó sobre ella para besarla con furia en los labios. Anastasia se resistió y con fuerza se soltó de su agarre.
-¡Me haces daño! -exclamó con inmediatez
-¿No sabes besar? ¡Tendré que enseñarte! No importa, ya cambiarás de parecer, estoy convencido de que aprenderás quieras o no, ¡no me importa! -Anastasia ya no aguantó más la grosería de aquel tipejo y salió dando grandes pasos para irse del lugar.
Ya en la salida la alcanzó el abogado y la intento detener.
-¡No te me cruces Maximiliano, tu jefe es un viejo pedante y grosero! Jura que estoy en venta y puede comprarme para tenerme a su antojo y yo me resisto. -dijo bastante furiosa removiendo su cabello con fastidio
-¡Son los tragos! Debo admitir que se pone un poco pesado. Pero ustedes deben encontrar el equilibrio en su relación, para que ambos salgan ganando... si deseas te llevo a tu casa. -Anastasia asintió y tomó la mano de aquel caballeroso hombre que la trataba con respeto.
-¡Qué diferentes que son ustedes! Tu jefe debería ser tan educado y decente como tú. -Ambos se miraron y sonrieron. No se habían percatado que Jhon Anderson estaba detrás de ellos.
-¡Por supuesto que no somos iguales, no soy tan elemental! -gritó y ambos se quedaron congelados-. ¿Para dónde van? La fiesta aún no termina.
-¡Me voy a casa! Estás ebrio y no quiero seguir siendo blanco de espectáculos. ¡Quédate y disfruta tu show!
Se dio la vuelta para seguir caminando hasta la avenida y detener algún taxi.
-¡No! Todavía no se van a ir y no tengo que repetirlo. Necesitamos partir el pastel. Antes de eso no puedes irte aunque lo desees. -Se acercó a Anastasia y la agarró de un brazo.
Maximiliano se interpuso y le pidió que la soltara. Luego de eso empezó a mediar con Anastasia, le suplicó para que partieran el pastel y luego de eso iría a llevarla hasta la puerta de su casa.
-¡Lo haré solo porque me lo has pedido con amabilidad! Pero necesito que estés a mi lado en todo momento, no quiero que tu flamante amigo intenté hacer otro show.
De nuevo regresaron al evento y aunque Anastasia cojeaba un poco a causa de los zapatos, resistió un poco más.
Les pidieron algunas fotos al lado pastel para publicidad de la casa de festejos que lo había hecho, ambos tomados de la mano donde se notaran enamorados u enseñarán el anillo de compromiso.
-¡Qué pesadilla! ¿En qué momento me involucré en esta locura? ¡No puedo creer que me esté comprometiendo públicamente con alguien a quien no amo! Ese no era mi concepto de matrimonio. ¡Arruinas todo, Uriana!
-El orden de los factores no altera el producto... ¿Qué quiere decir? Qué no necesariamente hay que enamorarse primero para casarse, al contrario, también funciona y juro que te lo voy a demostrar.
Anastasia prefirió no decir una palabra más, porque simplemente no quería perder el tiempo discutiendo con un borracho que posiblemente mañana no recuerde todo lo que pudo hacer.
Una vez que los meseros empezaron a repartirle un trozo de pastel a los invitados, Anastasia le dijo al abogado de Uriana que la llevara de inmediato a su casa.
Así lo hizo... le agradeció por ser tan considerado con ella y se despidieron. Malena la estaba esperando en la sala mientras veía una novela y tejía un pequeño abrigo.
-¡Gracias a Dios y llegaste hija! Estuve preocupada sin saber nada de lo que pudo haber pasado. ¡Pero estás demasiado hermosa! -Anastasia se sentó a su lado, se sacó los zapatos y empezó a sacarse las horquillas que sujetaban su peinado.
-¡De pura suerte estoy viva! Fue una noche muy larga, mira... -dijo enseñándole su mano con el anillo de compromiso.
-¡Oh! Es... es... precioso. -dijo y Francia que traía una jarra con té añadió
-¡Precioso y caro! -Con tanto bochorno no se había fijado que llevaba una preciosa esmeralda.
-¡Es cierto! Debe costar una fortuna. -Uriana tenía tanto dinero que podía derrocharlo como le diera la gana, y su familia en la ruina, recibiendo las miserias que a él se le ocurría darles-. No pierdo la esperanza que volveremos a ser personas de renombre en este condado.
-Eres una mujer inteligente y aplicada. Eres la única esperanza del Señor White, ahora puedes conseguir que todo está oscuro a tu alrededor... pero concéntrate para que veas la luz que te guiará. -dijo Malena acercándole un poco de té.
-Sí, justo ahora siento que todo esto es una mierda. Me siento humillada y ultrajada. ¡Ese infeliz no puede ganarme la guerra!
Se escuchó un auto acercándose y luego un ruido bastante fuerte afuera de la casa y todas corrieron hasta la ventana para averiguar lo que estaba sucediendo.
-¿Qué hace Uriana aquí? -interrogó Malena viendo cómo había estrellado el auto que conducía contra una jardinera de la mansión.
-De seguro no le fue suficiente haberme torturado toda la noche y vino para seguirme jodiendo la paciencia. Pero voy a ir a ponerlo en su lugar. -Malena la detuvo de un brazo y le dijo:
-¡Yo resuelvo la situación! Sube a tu habitación y cierra la puerta con candado, si está ebrio puede intentar tomarte por la fuerza... ¡Borracho no es gente!
Anastasia asintió y subió con rapidez las escaleras para encerrarse en su habitación.