Capítulo 2 El tiempo

Ese fue el primer error, no era solo por ser una pobre chica de campo, era que la vida no era como una novela o cuento de andas como los que pasan en la televisión o como un cuento de eso que leía de pequeña. En la vida real el rey no puede casarse con una simple hija de un sirviente que odiaba el palacio y odiaba la vida de la realeza. No quiere ese castigo para ella misma, se negaba a sufrir por hacer feliz a alguien más que no tenía la culpa.

Los pasos provenientes del pasillo que conecta la cocina con la sala de estar, la animaron de la llegada de su padre.

- ¿Vas a quemar la cena o voy al restaurante de la esquina? - Últimamente su padre la utilizó con rudeza y eso le dolía, sabía que le había fallado igual que ella, pero estaba luchando él por enmendar todo lo malo que un día pudo haber hecho.

Una risa seca salio de sus labios.

Con un sonoro suspiro producto del cansancio de pensar en una solución, para hacer volver al rey al palacio donde pertenece la cena, no quería entrar en detalles con él, sabía que terminarían en peleas y la verdad, no quería discutir con su padre y menos por asuntos del rey.

Sumida en el silencio que durante muchos años se ha adueñado de la casa, cenaron.

_ ¿Puedes ir por un poco de yogur a la tienda más tarde? No quiero salir de casa otra vez, hoy el palacio estaba muy ajetreado con la llegada del primo del rey, el príncipe James De Alexandre.

_ Lo sé, Elisa lo comunico en la nota que me envió, además alguien lo filtro a prensa y salió por el noticiero.

_ ¿Por qué enviar notas si tenemos teléfonos en el 2022?

_ Dice que le emociona hablar conmigo como lo hacía la gente del palacio en su época

_ Siempre he pensado que la princesa está algo loca

_ Serás decapitado si ella te llegara a escuchar hablando de esa manera de ella

_ No puede escucharme y tú no vas a traicionar a tu padre, ¿verdad?

_ No - Con una leve sonrisa dio por finalizada la conversación.

Luego de la cena Elena tomo su abrigo y cartera, el yogur era la comida favorita de su padre desde que tenía uso de razón, a su padre le encantaba comer este tipo de cosas y no es que lo comerá dulce, siempre lo pedís sin azúcar , cuando solía estar estresado o cansado podía pasar horas frente al televisor solo mirando y comiendo yogur, cuando la mansión se volvió un caos por la huida del rey y la llegada del príncipe James a quien aún no había tenido la oportunidad de conocer.

Mientras caminaba a la tienda, Elena solo podía pensar en el príncipe James, sabía que había vivido mucho tiempo en el extranjero, pero no sabía qué edad tiene y muchos menos había visto una foto suya, hacía más de 1 años que ya casi no visitaba el palacio, por lo tanto, las veces que el Príncipe James había estado en él ella no había podido ir por miedo de ver al rey, cosa estúpida de su parte.

Su mente solo podía fluir en imaginar al Príncipe que estaba por llegar a la mansión cuando sintió cómo su cuerpo chocaba con fuerza, tomándola por sorpresa

Un fuerte golpe contra algo duro y musculoso, pero con un aroma divino la llevo a saltar hacia atrás, preparado para sentir el fuerte golpe contra el piso, Elena cerro los ojos preparado para el dolor en su trasero, el cual nunca llego, pero lo único que sintió fueron las manos gruesas y ásperas que la tomaron de los dos brazos impidiendo su caída.

_ Lo siento, no miraba por donde iba se encuentra usted bien señorita.

Al alzar su mirada sus ojos se abrieron sorprendidos, encontrando con un rostro marcado por una sonrisa hermosa de dientes blancos y mirada preocupada, muy apenada de mirarlo cono tonto, Elena decidió hablar.

_ No... No pasa... nada, estoy bien, fue mi culpa

_ Como voy a dejar que una linda chica asuma mi responsabilidad... Un caballero nunca puede permitir eso.

Elena soltó una risa nerviosa que la encontró a ella misma y el descarado hombre solo amplia una sonrisa con gesto relajado

_ Pues nunca dije que no fueras un caballero

_ Oh, este caballero

En ese momento un hombre alto y con traje a la medida y un auricular conectado en el oído en ese momento los interrumpió detrás de él venían, otros más se miraban preocupados y asustados

_ Señor, ¿se encuentra bien?

El desconocido levantó sus manos marcando una distancia prudente entre el grupo de hombres y ellos, estaba sorprendida y no lo oculto, pensó que de seguro era uno de esos empresarios que solían hacer negocios con el rey y visitaban la isla

_ Señor, se hace tarde , debemos irnos ahora, el lugar no es seguro para su maje...

_ Enseguida, voy Emilio, no te preocupes -Luego volvió la vista a los hombres y pidió que se alejaran un poco para que dejaran pasar a la pobre chica que estaba más que asustada por la expresión que reflejaba su rostro.

Porque a nadie le gustó dar mala impresión a los turistas y extranjeros.

Al verla alejarse no pudo evitar sentir las ganas de detenerla y saber quién era.

Porque ella, con su cabello recogido en una coleta y esos pantalones ajustados y ese suéter que la abrigaba de esa fría noche, le parecía una chica linda.

Para uno fue un simple encuentro con un rico extranjero.

Para el otro fue la primera vez que se cruzaba con una mujer que despertara su curiosidad luego de su oscura vida. Y más si fueron solo segundo

Pero su belleza

Su pequeña sonrisa

Lo que no sabían ninguno de los dos era que podría ser el amor de la vida del otro después de haber perdido sus almas gemelas.

Pero podrá una alma gemela dolida por el abandono soltar el hilo rojo fácilmente.

Últimamente, lo único a lo que Elena estaba dedicando su tiempo era al cuidado de la casa de sus padres y dónde ella vivía y la otra parte del tiempo a dormir, deseo que había abandonado la mansión, su vida se había convertido tan aburrida que no Podía explicarse a sí mismo como había llegado a esta situación.

-Señorita Elena

Escucho la voz suplicante de la persona insistente que llamaba, si porque lo había escuchado llamarle dos veces antes, pero se había hecho a la idea de que si lo ignoraba él se iría de regreso, pero era obvio que él no estaba dando resultados, pero sus ojos no pueden encender la persona de la cual provenía la voz roca, ya que estaba acostada en el sofá con los ojos cerrados aún y su cabeza descansaba de forma muy incómoda, pues había estado tomando una pequeña siesta porque últimamente tiene mucho tiempo para esa actividad.

-Señorita Elena, La princesa Elisa me envía hablar a pedirle un gran favor para ella, sé que ustedes son muy buenas amigas y sé que no va a negarse a los pedidos de la princesa, por favor - Este hombre lo conocía muy bien, Elena se incorporó cómo pudo en el mueble para sentarse siendo como la sangre volvió a su lugar poco a poco, era el guardia real y personal de la princesa Elisa y por ende el hombre del que estaba ella muy enamorada, porque Elisa a pesar de las advertencias de sus hermanos se había enamorado de su guardia real.

-Señorita Elena - volví a llamar, enfoque su rostro, aclarando mi vista luego de despertarse de una pequeña siesta o fingida siesta.

-Puedo saber que se le ofrece a su majestad esta vez, espero y no sea que se le rompió el vestido o no consigue una sandalia - Elisa lo había enviado en su búsqueda, quería decir que Rafael estaba dando problemas, pero ella traía de no hablar del Rey con la mansión.

-La princesa está muy preocupada por su hermano – le observa por un recuerdo, pero no cambió su expresión de molestia que le encontró ver qué todos estaban preocupados por el paradero del rey, pero la bella y hermosa Elena solo se dedicaba a dormir sin mortificación alguna – Le pide ¿que si puede hablar usted con su hermano? Bueno, el rey le hace caso a usted y, por lo tanto,

-¿Quiere ella que yo interfiera en los asuntos del rey cuando esté molesto? – no pudo evitar bufar y estirar su cuerpo sobre el sofá, para liberar el pequeño escalofrío que se coló por sus columnas – ¿Qué hizo el rey?

-Ha despedido a más de 30 empleados, golpeo a uno de los trabajadores por decir que usted era una mujer de la mala vida y una ramera - Hace una pausa - Sabes que eso no es verdad, pero el empleado estaba tomando y no medio sus palabras, no duerme mucho y solo toma encerrado en su recámara, el príncipe James su primo ha tratado de calmarlo, pero no ha podido.

¿Es esto un círculo vicioso? Sí, saber qué Rafael estaba actuando de esa forma tan infantil cuando no acudo a sus pedidos se comporta como un verdadero idiota, porque tienen que esperar en el palacio que una mujer como yo, la hija de un simple sirviente, tenga poder sobre el rey .

Porque lo tenía y era lo peor que podía pasar.

Hace un mes Rafael dejo el palacio, dos días después de que la celebración de su cumpleaños se realizóa, Elisa me había invitado y no pude rechazarlo a pesar de que mi relación con el rey era complicada, en este momento moría por ir y ver su cara, compartir los pequeños momentos que se me permitían junto a ellos.

Pero Rafael solo lo tomo como excusa, hizo escándalos por no poder cumplir sus órdenes y abandono el palacio como media de presión para que yo fuera tras él, pero me negué y luego de 2 semanas el rey volvió al palacio, papa volvióba cansado y decía que este rey no era un ser humano noble.

En realidad, ni su padre lo fue... Pero ese es otro tema.

Aún ahora se buscaba excusas para hacer de mí lo que él quisiera y no tenía más que cumplir sus deseos.

-Llévame a ver al rey

Porque si lo hizo esto, no iba a tener fin nunca y ya estaba cansada de eso, en el camino trato de hacerse un discursó para no perder valor.

El guardia real de la princesa le llevo a los establos del palacio, apenas había llegado y le hubiera gustado pasear un poco más y saludar y ver a su padre, pero ni para eso había tiempo.

Al parecer al rey le dio por ir de paseo a caballo, cosa que ella no sabía hacer, Rafe sabía que le molestaba montar a caballo, pero aun así lo hacía, estaba en esa área del establo.

Al llegar a los establos lo primero que vio fue a todos los guardias del rey desplegados en casi todos los rincones como siempre, velando por la seguridad del su majestad, ellos eran tan amables. (algunos) que le saludaron con alegría disimulada con solo verle pasar a su vez algo de alivio en sus miradas.

Eso le dio algo de pesar, pues cuando ella saliera del establo, el estado de ánimo de Rafael sería peor.

Podría dar fe de ello.

Y pedía disculpa de ante mano con una mirada silenciosa.

Mientras observaba a Rafe que daba de comer manzanas al cabello.

Tomando un aire se prepara para la pelea.

-Su majestad está muy radiante hoy – dije con voz calmada, irónica y sobre todo nerviosa, Rafael siempre ha sido un hombre de gran altura, ojos de un color miel intenso y cabello bien cortado, todo lo que amaba de él era sus modales y su sincera manera de demostrar que me amaba - Escuche que el rey mando a decapitar a todos los empleados y me parece algo absurdo de tu parte, porque aquí nadie tiene la culpa de tu estado de ánimo.

            
            

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