Capítulo 7 Elena

Elena le siguió a la puerta en silencio, quería decir algo, pero no sabía que decir James estaba pálido, su cuerpo mandaba señales de que podía caer en cualquier momento y ella no quería dejarle, le había gustado desde que lo miro en la tienda aquella vez y si también esperaba en el desde el día que lo volvió a ver en las clases de baile, si se iba ahora el nunca más la iba a contactar y no se volverían a ver. Elena se mordió el labio de camino a la puerta y apretó sus puños, no se quería ir, quería saber más y conocerlo más, entenderle un poco y ayudar.

¿Quería saber a qué se refiere con un hombre normal?

¿Podría ayudar?

¿Qué tenía que hacer?

Pero lo más importante es que no quería perder esta oportunidad de conocerlo, no ahora que el le había contado a ella algo importante en su vida como lo es una enfermedad.

- Detente James - Elena, que había tomado su bolso, lo dejo que cayera en el sofá de la sala - No, no me voy a ir a ninguna parte, porque no soy todo los oídos eso que estás pensado.

- Me miraste con lástima Elena - su voz estaba cargada de dolor.

- Me asuste, tengo derecho a tener miedo - le tomo de las manos y compro lo que estaban muy frías, quizás estaba el teniendo otro ataque de pánico - nunca había estado con alguien que entre en una crisis como la que acabas de tener, no sé si va a darte una en un rato más o que va a pasar si me voy.

- No me gusta que me miren así.

- No voy a volver a hacerlo, lo prometo - Se dejó caer en el sofá y le hizo señas a él para que hiciera lo mismo - por favor.

- ¿vas a irte?

- No, quería saber a qué te refieres a un hombre normal James explícame

- No puedes salir de aquí y decir nada de esto a nadie...

- No voy a hacerlo, puedes confiar en mí.

- Comencé con esta enfermedad desde pequeño, pues odiaba que la gente me tocará y se acerca a mí, solo una persona en la vida podía tocar mi cuerpo y era mi madre.

- ¿Que sientes cuando alguien te toca?

- Asco, unas ganas inmensas de quitarme la piel Elena, me falta el aire, casi no salgo de casa, odio tener a la gente muy cerca de mí.

- Pero esto no pasa conmigo, ¿Verdad?

- No, por alguna extraña razón, cuando nos tocamos no sentimos nada de eso - James le toma de las manos para demostrar lo que decía - Se me acelera un poco el corazón, pero no es más que nervios, me gustas - Susurra - Me llamaste la atención desde que te mire aquella vez y quiero conocerte.

- Tenemos que ir lento, tengo muchas preguntas James ¿Por qué crees que no pasa nada cuando te toco?

- No lo sé, le hablé a mi doctora y me dijo que era un milagro - Su sonríes de amplio - Se puso muy feliz por mí y me dijo que quizás es porque me gustas, pero sé que mente.

- ¿Cómo?

- Porque antes me gustó una chica y nunca pude tocarle, no besar su mejilla - James quería ser sincero - No, no he tenido sexo con nadie porque odio que me toquen.

- Oh por dios James - Elena se llevó las manos a la boca - ¿Quieres que tú y yo, hagamos eso? Te referías a ser un hombre normal al hecho de tener sexo conmigo.

- Sí, pero Elena no tiene que ser ahora.

- No, bueno que se supone que quieres que haga entonces - ella nunca aparta sus manos de las suyas, pues eran muy suaves - no puedo irme de casa, papá, sabe que no tengo pareja James.

- No tienes que vivir aquí, solo quiero que me dejes tocarte, explorar que tanto puedo acercarme a ti, Elena, voy a ir al médico, estoy tomando mis medicamentos para la ansiedad.

- Vale, James, yo puedo ayudarte, no tienes que pagarme por esto, me voy a sentir mal si lo haces.

- El tío no puede venir aquí todos los días hacerme de comer, tampoco puedo tener a gente extraña cerca de mi Elena, necesito que firmes un contrato de confidencialidad que no vas a hablar de mi enfermedad con nadie.

- Está bien, puedo firmar ese Contrato y venir aquí como tu chica de limpieza.

- ¿De verdad me ayudará?

No podría evitar preguntar feliz, pues para James esta cercanía con ella, era un paso muy grande en su vida, quizás su tío se preocupe porque aún no conoce a Elena, pero ella se miraba tan sincera en la vida, era una chica normal y el quería eso en su vida la normalidad de comer con alguien por la mañana y de dormir abrazado a esa persona.

Volvieron los dos al comedor, para desayunar Elena le contó que vivía con su padre y que su madre había fallecido cuando era aún una niña, le encontró saber que si padre trabajaba en la gran Mansión y que ellos vivían en los terrenos de esta en una casa pequeña, James asoció el día que la vio hablando con Rafael quizás estaban discutiendo algo de su padre y ella había ido hasta allí, hubo preguntas no respondidas de parte de los dos, pues ni James ni Elena se tenían la confianza para decirse algunas verdades .

Cuando el reloj marco las 11 del medio día se dieron de bastantes que había hablado sin parar y que se sintieron cómodos el uno con el otro, Elena se despidió de James con un beso en la mejilla y este se puso nervioso, pues ella le gustó y todo esto era nuevo para el. Le acompaño hasta la puerta del edificio y se despidió de ella con otro beso, ahora de su parte en la comisura de sus labios. Le agradeció por no salir corriendo.

Estaba por entrar al edificio otra vez cuando una voz le llamo.

- ¿Luis? - Era Rafael quien venía con una bolsa de comida en la mano, el auto estaba estacionado en la orilla de la calle - ¿Quién era esa? - Rafael sintió que su cuerpo se llenaba de ira, James se estaba acercando a mucha gente extraña y esto era malo.

                         

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