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- Toma asiento - James retiro la silla para ella y luego tomo asiento - Elena, me alegra que vinieras, yo he pensado mucho en ti desde que nos vimos.
- ¿Por qué? - estaba sorprendida de que sea tan sincero con ella y más aún de que ella también estaba pensando mucho en el
- En un principio quería que vinieras aquí a trabajar de ama de casa, pero quería hacerte una propuesta.
- ¿Cuál? - Su corazón se aceleró porque este hombre no tenía pinta de ser un enfermo o acosador - Puedes decirme que quieres que haga
- Tengo una enfermedad - James se armó de valor porque había comprobado que no rechazaba el toque y la cercanía de ella - Esta condición no me permite tener contacto con las personas.
- ¿Contacto?
- Sí, tocar su piel.
- Pero tú me has tocado, las manos y besaste mis mejillas- Elena estaba confundida - me explicas
- No sé cómo, pero contigo ni siento ansiedad cuando te toco o cuando estoy muy cerca de ti, no sé cómo explicarlo.
- Solo dilo James, así sabré si puedo ayudarte.
- Tengo Hafefobia, es un trastorno fóbico que se caracteriza por el miedo intenso e irracional ante la posibilidad de entrar en contacto físico con otra persona, es decir, tocar a alguien o que una persona pueda tocarme - James tomo aire porque era la primera vez que le contaba esto a alguien que no fuera de su familia o doctores - Pero por alguna razón contigo no me pasa.
- ¿No sabes por qué?
- No, le hablé a mi doctora para una consulta y sabré qué puede estar pasando
- James, lo siento por tu enfermedad y por ti, pero ¿Qué puedo hacerte?
- Quiero que me ayudes a ser normal, me gustas desde el primer día que te Vi, quiero salir contigo, compartir contigo, quiero - James se quedó en silencio por miedo a asustarle - Quiero ser normal por primera vez Elena y tú puedes ayudarme lo sé - James sentir que su pecho estaba ardiendo y que le faltaba el aire - Por favor...
- James ¿Qué te pasa? - Elena se puso de pie para tomarle el rostro porque estaban muy pálidas y su respiración no era normal, así que se colocó frente a el y trato de hacerle calmar, pero no estaba funcionando, Elena se colocó a horcajadas sobre sus piernas para abrazarle mientras le hablaba de cosas lindas para que se calmara cuando su respiración se volviera a normalizar James le tomo fuerte entre sus brazos una lágrima todo por tu mejilla.
- No quiero asustarte - Susurro
- No me asusté, James, solo quiero que respire normal.
- Estoy bien, gracias ¿Podemos quedarnos así un poco más?
- Si...- Elena dudo por un segundo, pero no podía y no quería irse.
- Elena, quiero que vengas a vivir conmigo y me ayudes a ser un hombre normal ¿Por favor?
Para Elena eras petición, la tomo por sorpresa, había salido de casa a esta entrevista para ser la chica de la limpieza, pero ahora resultó que el quería que ella le ayudaría a ser un hombre normal y como se supone que ella hace eso.
La petición de James le tomo por sorpresa, pues había ido allí por un tiempo, empleo de limpiadora, no oír un marido, al entrar en razón voy a ver dónde estaba sentado sobre su regazo, se levantó muy rápido, no sabía si este tipo está mintiendo y era un enfermo, su vida estaba ya muy jodida y marcada por el pasado como para terminar igual o peor que su madre. Admitía que le gustaba el hombre, era sexy y muy lindo, le parecía todo un príncipe, pero de allí a tener una relación amorosa con el había un gran paso.
Además, estaba diciendo que le tenía miedo a las personas, esta enfermedad de la que no grababa ni el nombre, si de verdad el no podía soportar el contacto físico ¿Por qué con ella si? O ¿Le estaba mintiendo?, Porque ese era el caso, llegó a sentir un poco de lástima al verlo tener un ataque de ansiedad.
James se arrepintió de haber actuado de esta manera con ella, le había parecido que era mejor ser sincero y honesto con ella y decirle la verdad, porque no quería perder la única oportunidad que tenía en su vida de poder tocar a alguien como lo estaba haciendo con ella, su ansiedad no se debe al toque de sus cuerpos o la cercanía. No era porque por primera vez en su vida le estaba diciendo a alguien que no era el empresario fuerte, que todos miraban por la calle, era un maldito débil como siempre le había dicho su primo Rafael, quizás tenía razón y debía de volver al extranjero , dejar isla y olvidarse de todo.
Si esta chica habla con alguien de lo que pasó hoy estaría en peligro de ser descubierto, pues en un tiempo pasado cuando tenía 8 años se corrió el rumor de que el príncipe heredero no era normal, por lo tanto, era una maldición para isla, James se puso de pie tan rápido que la silla cayó al piso con un fuerte sonido que resonó por el departamento, al ver la cara de ella asustada su corazón se comprimió más no iba a hacerle daño como ella quizás lo pensaba, había vivido toda su maldita vida apartada de las personas porque lo miraban justo como ella si el reaccionaba mal por algun contacto fisico.
- Lo siento - Se obligó a decir, pero en realidad quería huir a su refugio donde nadie podía esconder su forma extraña de ser donde nadie le mire con miedo y lástima como lo está haciendo ella ahora mismo - Creo que es mejor que te vayas.
- Espera, James... Yo... - Elena se puso de pie, pero no se acercó a él, no le conocía y estaba allí sola con un extraño - James, mira...
- No tienes que decir nada - James sintió que le faltaba el aire y que iba a desmayar si ella no salía de su casa rápidamente, pues, se había puerto en ridículo, una carcajada salió de sus labios, se ilusionó con la idea de ser normal poder vivir con alguien y tener lo que ha deseado todo este tiempo, por dios era un maldito hombre virgen aunque solo se podía dar placer a si mundo porque no podía tocar a otras mujeres porque quería arrancar su propia piel - te llevaré la puerta esto Fue mala idea.