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Elena volvió a su pequeña casa furiosa, tranco la puerta con un fuerte golpe que resonó por toda la casa, Rafael era un idiota que no podía entenderla para nada, solo quería que cada uno fuera feliz en su mundo y en su espacio, pero no juntos porque no iban a ser felices nunca, con un pasado como el suyo una pobre hija de un sirviente y ella no tienen futuro.
Le prometió a su padre no ser como su madre y no iba a fallar en su promesa, su mamá fue una tonta que se creyó las mentiras del Rey que dijo amarla, pero termino acabando con su vida, la gente de la mansión era tan mala , Rafael había tratado de votar a todos a la calle cuando decidió cambiar el castillo por una mansión, poco a poco fue despidiendo a los empleados más viejos que sabían el sucio pasado el difunto Rey.
Tomo su bolso y unas zapatillas de andar cómodas, iría a patinar un rato, para despejar su mente prefería pasar la tarde bailando o nadando, pero parar ir a nadar no podía estar nadie en la escuela, tendría que entrar a escondidas porque su padre no le había podido pagar la matrícula universitaria, era muy costosa y solo asistían los hijos de algunas personas importantes de la Isla.
Era odio pensar incluso en tener un futuro como doctora o enfermera, pues en casi ningún hospital contrataban chicas, eran muy machista con la liberación femenina, mientras salía de casa no pudo evitar pensar en el hombre que había visto fuera de la tienda la noche pasada , era tan guapo y limpio quizás era un rico de cuna que vino a pasar el rato porque nunca antes lo había visto, sintió en su pecho una sensación extraña juraba haber visto esa mirada de aquel hombre cuando estuvo en la mansión, esa sombra negra a lo lejos Pero era algo estúpido pensar que un extraño se podía pasear por los pasillos de la mansión como le diera la gana.
Cuando llegó al club de baile se escabullo cómo siempre a uno de los salones apartado donde la profesora Mariana la dejaba bailar a su gusto, dejo caer su bolso al piso y luego se sentó en este saco sus zapatillas de ballet, no le gustó el ballet como una carrera profesional solo como un pasatiempo, su pasión era la medicina leer cosas nuevas y avanzadas de medicamentos y métodos científicos nuevos era su pasión en esta vida.
Pero la carrera era muy cara y su padre apenas le alcanzaba el dinero para las cosas de ellos dos, además Elena trabajaba en casas de familias por días y se ganaba algunos ahorros extras, fue a la toca disco y puso un disco cualquiera, solo necesita sentir la musica correr por sus venas viajar a otro mundo y espacio. Así lo hizo durante horas se perdió en la música, solo era ella en sus mundos de fantasía, un mundo donde no había dolor ni recuerdo.
Mientras bailaba no noto la presencia de un hombre alto que la observa por el vidrio de la puerta cerrada, su corazón se aceleraba con cada movimiento que ella daba y cada giro en el aire era como volar con ella, James no entendió por qué estaba obsesionado con esta chica que nada tenía que ver con su familia y con él, ella era un pobre más de la isla porque él un príncipe que fue destruido para poner a otro.
Sus puños se cerraron con fuerza al recordar cómo su padre y su madre fueron echados del palacio porque no pudieron vivir hay, solo el verdadero heredero al trono podía estar en los aposentos reales, era estúpido que lo echaran por no ser alguien normal como los doctores decían, estaba tan perdido en sus pensamientos que no noto cuando la música se detuvo quiso alejarse, pero no pudo ser muy tarde la puerta se abrió y Elena apareció frente a él
- Hola, ¿Busca a alguien? La profesora Mariana está en el aula 3B - Elena habló en automático, pero su cerebro le gritaba que este hombre era el guapo y sexy extranjero que se había encontrado la otra noche fuera de la tienda.
- Me recuerdo - James no quería perder el tiempo, ella le gustó
- ¿Cómo?- Elena fingió no escuchar bien.
- La otra noche tú y yo nos conocimos...
- Oh, claro, el chico con el que tropecé fuera de la tienda, lo siento - No estaba lista para volver a verle menos ahora que está tan despeinada, sudada y prácticamente desnuda por esos leguis pegados a sus piernas.
- Tranquila fue mi culpa por no verte venir esa noche - James estaba algo nervioso, nunca antes había hablado con una chica no una tan guapa y menos una que estaba en su cabeza día y noche desde que la miro por primera vez - Bailas muy bonito , tienes talento
- Gracias - Con las mejillas sonrojadas, Elena le agradece - Voy a entrar, fue un placer conocerte...
- Soy James - Solo eso, no quería decir su apellido
- Soy Elena - Extendió su mano, por un momento pensó que él no la tomaría por la forma en la que observe las manos, pero a la final le dio un pequeño apretón y la dejo ir.
- Espero verte pronto Elena - James se dio la vuelta para irse, la había cagado, había dañado su oportunidad de conocerla por un simple roce de manos frustrado y molesto regreso al auto y se derrumbó en el asiento - Vamos al departamento, no quiero estar más en las calles de esta isla.
Elena descubrió cómo el chico guapo se alejaba con el corazón acelerado, ese pequeño roce de manos fue una corriente que eléctrica que le traspaso, pero estaba un poco decepcionada, él parecía no hacerlo sentido, cerró la puerta del aula y volvió a la música al baile, pero con esos ojos marrones presentes en su memoria, porque no podía dejar de pensar en ellos desde el primer encuentro James dijo que su nombre era ese quizás si le pedía a su amiga Elisa que lo investigará un poco podría saber de dónde vendría y quiénes eran sus familiares. Así podía saber con qué clase de hombre estaba tratando.
James regreso al auto molesto, su molestia no era con la chica que apenas conocía, era consigo mismo, era un total idiota molesto cerro la puerta del carro dejando sus cuerpos reposar en el asiento, sus manos sudaban un poco, así que las limpias de las piernas de sus pantalones quizás le había asustado o había parecido un acosador parado fuera del auto observando como una idiota.
Pero la verdad es que había asistido a la escuela de bailes porque su madre era el dueño de esa academia por años, todas las personas de la Isla que tenían muy buenos recursos asistían a las clases de distintas actividades, no sabía a qué familia pertenecía la chica, pues, nunca la había antes y también como él viva en el extranjero solo hace algunos meses había regresado para desgracia de la familia del Rey.
Había estado en la escuela desde muy temprano en la mañana revisando y leyendo los libros de la contabilidad que Mauro administrador por muchos años había manejado muy bien, pero desde hace algunos meses su tío, el hermano de su mamá le pidió volver a la Isla había mucho movimiento extraño en las empresas de su madre y grandes sumas de dinero que desaparecieron sin explicación alguna, cuando el tío Esteban habló con Mario este aseguro que todo marchaba bien y que esas sumas de dinero estaban seguras en una cuenta en el extranjero ducha cuenta nunca existió y tampoco James tenía conocimiento de todos lo que estaba pasando.
Tras pensarlo mucho tono la decisión de volver a casa, ya era un hombre capaz de llevar y administrar el mismo su herencia, por lo que varios días después se puso en contacto con Rafael y le pidió permiso para volver a la isla. Cómo siempre se negó diciendo que no era bueno, la gente volvería hablar del pasado cuando se entera de su llegada, por lo que al volver no se quedó a dormir en la ahora mansión, sino que durmió en un hotel las primeras noches de su llegada .
Si tío Esteban le consiguió un departamento para vivir, así que lo en lugar de alquilar lo compro como también lo hizo con un auto nuevo, los guardias de seguridad era inevitable que no lo siguieran a todas parte, si alguien lo reconocía las cosas se podría poner fea, Rafael le había pedido siempre andar en la Isla bajo el cuidado de los guardias y que no se hizo notar tanto.
Cómo si el fuera un hombre de salir mucho, en el pasado se corrió el rumor de que su nacimiento había sido maldito y que su condición lo llevaría a la ruina, quizás si lo llevaría a la tristeza y la soledad, a vivir apartado de la gente que no conocía, convivir con los pocos amigos que dejaron en el país donde experimentaron hasta hace poco.
Rafael hace años había dicho en una entrevista que se había quitado la vida, cuando James le preguntó por qué lo hizo Rafael respondió que la gente estaba preguntando por su paradero y que tenían que hacer algo drástico para acabar con los rumores, su nombre y apellidos cambiaron por completo usando el apellido de su madre y el segundo nombre de su padre.
James de Alexandre le robó la identidad a Louis Kenilworth.
Estaba cansado de vivir escondidos bajo una identidad que no le perteneció nunca, extrañaba jugar en las playas, jugar con amigos a lo que abandonó al irse, extrañaba lo que fue el castillo dónde él nació y vivió hasta el día que se fue.
James añoraba tener lo que un día lo hizo feliz otra vez en su vida, pero lamentablemente todo eso ahora estaba en manos de Rafael y ya nada le pertenecía solo las acciones de dos empresas y la herencia de su madre, por lo que lucho tanto para que su primo no lo tomara tambien como suyo.
Al llegar al departamento con tan solo abrir la puerta, sus ojos se encontraron con un Rafael parado del medio del salón con las manos en las caderas.
- ¿Puedo saber dónde estabas? Louis... porque me haces perder la paciencia - La voz dura de Rafael le trasmite lo molesto que está.
- Fui a la escuela de Bailé, tenía que ver las cuentas por mí mismo - James tomo asiento en el salón y le hizo señas a otro para que también lo hizo.
- Te dije que lo manejes todos desde casa, te mandé a traer muchas cosas y un sistema de computadoras de la mejor tecnología que hay en la Isla y fuera de ella - Los puños apretados de Rafael le demostraron cuánto este le odiaba - Quedamos en qué no ibas a pasear por la Isla...
- Nunca dije que no haría eso - Le interrumpe - Dijiste que no podía salir sin seguridad, pero nunca dije o dijiste que no podía salir de casa
- Es lo mismo Louis, ¿Qué hago si alguien te reconoce?
- Nadie va a hacerlo, la gente piensa que soy un turista
- Tienes que volver cuánto antes voy a hablar con...
- No voy a regresar, lo hablé con Manuel y no quiero irme acabo de llegar.
- Fue mala idea.
- No lo fue, es solo que me odias tanto que no puedes ni verme
- No digas esa estupidez, eres mi familia, pero como Rey me preocupa el futuro de nuestra familia si la gente se entera de que eras vivo
- Nunca debiste decir que morí
- Lo hice por tu bien - La mano de Rafael cae sobre el brazo desnudo de James y este se aleja rápidamente - Lo siento, estoy preocupado por ti.
- No tienes por qué hacerlo
- Si tengo Louis, no soportas que la gente te toque y si esto te pasa en la calle ¿Qué vas a hacer?
James se quedó callado pensando en las palabras de su primo por un rato, cuando Rafael se fue del apartamento este corrió al baño, se desnudó y se metió en la ducha, tenía que borrar toque de su pie.
Por un momento se detuvo a pensar que el sentimiento cuando ella le tocó fue diferente.