Perversa Adicción
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Capítulo 2 Capitulo 1

Cassidy Johnson

Se supone que la secundaria es la mejor etapa de nuestras vidas ¿cierto? Pues son patrañas.

Con solo 17 años la vida puede ser muy dura.Se supone que a esta edad todo debe de ser dulce y compasivo.

O eso nos hacen creer.

Vivir en un mundo lleno de prejuicios, de comentarios involuntarios y obscenidades. Si, puede ser muy difícil.

Cuando eres hija única todo se complica aún más.

Debes ser perfectamente "perfecta", con solo una madre que día a día trabaja sin siquiera decir un "¿cómo te fue hoy, cariño?", "¿Necesitas algo?", "¿Quieres que pasemos tiempo juntas?"

Nada de nada, Rachel Johnson sólo se preocupa por mantener el dinero y el trabajo.

Es decir, eso no tiene nada de malo pero...la vida no se basa simplemente en los ingresos monetarios.

Aun no recuerdo la última vez que tuvimos una charla juntas o una salida... Pero esa es otra historia.

En la actualidad voy en mi último año de secundaria. "Kennedy School" es un lugar en donde todo aquel que mantenga un bajo perfil queda atrás, y si, vaya que es molesto.

Luego de que mi padre falleciera, a mi madre no se le ocurrió mejor idea que meterme en un colegio privado lleno de chicos imbéciles, creídos y niñas atolondradas.

Y no es que me vaya mal, de hecho, me he esforzado mucho para llegar a mi ultimo año con un "buen perfil", animadora y presidenta del centro estudiantil, una de las mejores alumnas del colegio con un buen promedio.

Y no, no lo hago por mi, lo hago por mi mamá.

Inevitablemente he caído en una rutina, que si bien no es tan aburrida, si es cansada.

Levantarme 9:30 a.m, hacer el desayuno para mí, terminar algunos deberes, ducharme, cocinar para mi y para mi madre (ya que ella viene a comer y luego vuelve al trabajo) e irme al colegio.

De hecho voy a la tarde al colegio, así lo ha decidido la mujer que me dio la vida ya que sin mentir, lo repito, trabaja todo el día.

Viendo el reloj el cual marca las 12:00pm, pego mi frente a la pared, se me está haciendo tarde y todo por andar de distraída.

Me coloco el horrible uniforme escolar, una falda con tablas negra, una camisa blanca y medias largas del mismo color, y por ultimo, zapatos negros.

Recojo mi cabello en una cola con un listón negro y salgo de casa, no sin antes dejar una nota en el refrigerador.

Mamá:

Hoy he dejado macarrones en el microondas, no he podido hacer otra cosa. Que lo disfrutes y tengas una buena tarde :)

No me preocupo por firmar la nota ya que, quien más ha de dejarla ¿Cierto?

*****

****

14:50p.m.

-Y ¿Que tal tu fin de semana?-mi mejor amigo Frank pregunta mientras muerde su manzana.

Se ve deliciosa, ya se me antojó una.

-Normal, ya sabes-contesto neutra.

-¿Normal? ¿Sólo eso? Nena siempre dices lo mismo, deberías divertirte más-responde mientras mueve sus manos de manera escandalosa.

A veces Frank logra alterarse muy rápido.

-Ya sabes que no me gustan esas cosas, solo prefiero...-

-"Quedarme en casa leyendo mientras tomo chocolatada caliente"-me interrumpe haciendo su voz más chillona, a modo de imitarme.

-Ves? Por eso eres mi mejor amigo- le guiño el ojo.

Frank rueda los ojos y toma mi mano.

-Como sea, el otro finde vas a salir y conmigo-suelta con tono firme.

-Oh, pero claro, ya tengo que ir viendo mi outfit- contesto sarcástica.

-Ya deja ese sarcasmo Cassy, tu sabes que irás-

-Como sea-bufo rendida.

Eso lo veremos, Franky

Frank es el tipo de chico que toda chica desearía tener como novio. Es lindo, atento, gracioso, moreno y tiene un cuerpo atlético.

Todavía no sé porqué no tiene novia..es decir, es todo un partidazo.

Y es que no es gay, de hecho, está enamorado de una joven cuyo nombre no sé y lo tiene loco.

Algún día me lo dirá el maldito.

Tomo asiento en el lugar del medio de la clase luego de haber saludado a casi todo el salón, ya que algunos llegan tarde.

-Cassidy no olvides que tenemos entrenamiento hoy- habla Lía, vicepresidenta del equipo de porristas.

-De acuerdo- respondo con una sonrisa a boca cerrada.

-Y tampoco te olvides de la junta estudiantil al final de clases en la sala de maestros-redobla Rogger, secretario general del centro estudiantil.

-Bien, no lo olvido-resoplo.

Ni te quejes querida, tu solita te metiste en esto.

-Ah, y hoy nos hacen cambio de profesor, ya que Gregory se jubiló-me recuerda mi mejor amigo.

-Bien-digo no conforme.

En verdad extrañaré a ese maestro, a pesar de solo haber estado dos semanas con nosotros le tomé mucho cariño.

No quiero un nuevo cambio. Odio lo cambio de rutina.

Si que será un largo día...

-Buenas tardes-levanto mi cabeza al oír su gruesa voz.

Y como olvidarlo, el profesor William Levlok, el más cotizado en todo el colegio, amado por las alumnas y odiado por los chicos.

Eso sonó tan estúpido y cliché.

Joven, alto, atlético y con mucho dinero.

¡Yei! Todo un combo.

Ruedo mis ojos al escuchar los suspiros de mis compañeras.

No entiendo que le ven, es un simple hombre, además... Creo que está un poco viejo para nosotras.

-Como ya todos saben, yo soy el profesor William Levlok y este, su último año, les estaré dando finanzas, además de ser su tutor guía-

Oí un severo "si" de parte de las niñas, hasta creo que se escuchó un gemido por ahí...

Vaya hormonas...

Reprimo una carcajada, esto es tan vergonzoso.

-Bien, ahora quiero que se presenten uno por uno, quiero oír su nombre, apellido y edad, nada más-todos asentimos con la cabeza-bien, empiecen-

Todos van presentándose uno por uno, cabe mencionar que las chicas exageran un poco... ¡Tontas! Es solo un viejo que simula ser joven.

Río por mis estupideces, a veces puedo ser muy "infantil" o "poco tolerante".

Pero hey, no me culpen. Solo veo mi realidad.

-Señorita, es su turno-

Por estar pensando en pelotudeces te quedaste en el aire boluda...

Vaya, a veces se te escapa o argentino, Cassy....

Me compongo rápidamente y me paro en mi lugar.

-Bueno, soy Cassidy Johnson, todos me llaman Cassy, y tengo 17 años-clara y consisa, doy mi leve presentación.

-Interesante- dice mirándome de arriba a abajo, cosa que me incomoda.

Ni que tuviese un mono en la cara o algo parecido.

-Presidenta del centro de estudiantes y del equipo de porristas ¿cierto?- elevo una ceja.

-Si, está en lo correcto-respondo neutra y cortante, lo único que quiero es que acabe la clase para poder ir a la cafetería.

-Bien por usted, el que sigue-

Me siento nuevamente ¿bien por usted? Que raro...

Su hora pasó relativamente rápida, ya que a pesar de ser el primer día con él, nos dejó actividades.

-Recuerden que para el día miércoles deben traer la actividad resuelta ya que la llevaré para corregir, y contará como una de sus primeras notas-

Todos en general respondemos "si", para luego oír la campana anunciando el recreo.

al fin.

-Ya es todo, pueden retirarse-

Guardo mis cosas en mi mochila lo más rápido que puedo, es lunes y en la cafetería hay pastel de chocolate.

Aunque cobran $2 dólares la porción, lo vale.

-Señorita Johnson, me permite unos segundos-

No, no, no.

-Por supuesto-

Mierda.. ¡Mi pastel!

-¿Te espero?-pregunta Frank.

-No, de hecho, apartame un pedazo de pastel de chocolate por favor, ten-le pido tendiendole el billete.

-No es necesario, yo invito-me guiña el ojo y se dirije a la puerta.

-Y bien...-apúrese que quiero mi pastel.

Suelta un leve suspiro para luego comenzar a hablar.

-Bueno, solo te pedí que te quedaras ya que como tu eres presidenta del concejo estudiantil y por tanto representante de todos los alumnos, sería interesante trabajar en conjunto contigo, acentuando el hecho de que seré tu tutor este año-

-Entiendo...-susurro, creo que escuché mi estómago rugir.

-Y quería pedirte tu número telefónico, así te pondré al corriente de todo las fechas importantes y trabajaremos mejor-mis cejas vuelven a fruncirse.

¿En serio? ¿No es más fácil comunicarse por Gmail?

-Si, pero ¿es necesario? No creo que...-me corta.

-Es exclusivamente para hechos escolares, Cassidy-

-De acuerdo-suelto dudosa.

Me pasa su teléfono que por cierto..IPhone X, vaya es un adulto moderno.

Me agendo lo más rápido posible.

Al finalizar le devuelvo su celular.

-Listo, si, eso sería todo..-déjeme ir por mi pastel.

Si, a veces puedo ser irritante.

-Puedes retirarte- finaliza al fin.

-Adiós profesor-tomo mi mochila y me voy hasta la puerta.

-Hasta pronto señorita Johnson- escucho su voz a mis espaldas.

Camino hasta la cafetería pensando en lo que acaba de pasar.

¿Mi número telefónico?

Admito que no me da tanta buena espina, pero bueno, todo sea por el centro estudiantil.

Vaya manera de comenzar la semana.

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