Llevo 5 años de mi vida siendo profesor por hobby, en una secundaria llena de adolescentes hormonales corriendo de en los pasillos de acá para allá, y obviamente, cuando eres un hombre atractivo como yo tienes que soportar ser perseguido por varias alumnas todo el tiempo. No lo niego, es divertido en ocasiones, eso me ayuda de salir un poco de la rutina aburrida.
Aunque algunas estén bastante bien (físicamente hablando) he logrado resistir a la tentación.
Además de que puedo tener a la mujer que quiera en mi cama, eso claro está.
Puedo lograr que cualquiera esté a mí disposición en el momento que desee.
El mundo está a mis pies y está más que
claro que todo lo que quiero lo consigo.
La única vez que una alumna llamó realmente mi atención fue hace exactamente cuatro años, ella estaba en primero y con tan solo trece años logró cautivarme. Si, quizás suene algo fuera de lugar, pero soy hombre, los humanos tenemos esos "instintos salvajes"que nos hacen actuar por naturaleza.
Y si, claro está que es algo.... Turbio, pero no pasó de más que unas cuantas miradas de mi parte, que por supuesto, no fueron correspondidas jamás. Ella siempre se mantuvo al margen y nunca captó o no quiso captar mis segundas
intenciones.
Todavía la sigo viendo en los recreos, es bonita y su cabello reluce por donde quiera que pase, sus ojos claros te deslumbran y su caminar es simplemente perfecto.
Sacudo mi cabeza olvidándola y salgo de la ducha. Necesito concentrarme en algo más...productivo.
Hoy tengo que presentarme ante mis nuevos alumnos, ya que el profesor Gregory, quien estaba a cargo de alumnos de ultimo año decidió jubilarse y a causa de eso, ahora son responsabilidad mía.
Genial...Adoro enseñar.
Termino de vestirme, agarro mi maletín y subo al coche arrancando a toda prisa, no sin antes mirar la hora en mi reloj.
Odiaría llegar tarde.
No me gusta la impuntualidad.
**
-Buenas tardes- sonrío entrando a la sala de maestros. Siempre intento mostrar mi mejor sonrisa, una buena impresión es la clave principal del éxito.
-Que tal William ¿listo para conocer a tu nuevo curso?- habla Lidia, profesora de inglés.
-Por supuesto, será pan comido-
Como siempre.
-Él que será comido, pero por las miradas serás tu Will, prepárate-aquí vamos de nuevo con los intentos de coqueteo.
Suelto una sonora carcajada.
-Por favor, no es nada con lo que no pueda vivir-respondo algo arrogante, pero sincero. Ya estoy acostumbrado a recibir ese tipo de atenciones.
Escucho el timbre sonar y me dirijo a la puerta.
-Que tengan una buena jornada- me despido yéndome hacia mi clase.
Voy hasta mi nuevo salón "sexto A", y entro de manera sigilosa.
Observando como el aula está en un pequeño revuelo, normal de ver cuando un profesor no se encuentra.
-Buenas tardes- me encargo de que mi voz salga impotente.
-Buenas tardes profesor- ellos responden en tono alto, al unisono.
Observo todos y cada uno de sus rostros hasta detenerme en uno en específico, no pudiendo creer lo que veía.
El único rostro que ha llamado mi atención desde siempre, y he de decir que ahora se ve más hermosa que nunca.
Así que la pequeña Cassidy Johnson será mi alumna.... Esta oportunidad no la pienso desaprovechar.
La miro detenidamente, sus gestos, su rostro ,y es que esta niña no tiene ningún defecto. Es simplemente perfecta.
Tal es el deseo de oír su voz que les pido a mis alumnos algo que jamás pensé que pediría. Jamás me ha importando ni he usado esa metodología pero...necesito saber si su tono ha madurado al igual que todo su cuerpo.
-Bien, me ahorraré la típica presentación porque creo que ya todos saben quien soy, y que de ahora en adelante yo seré su nuevo profesor. Sin mas que añadir, quiero que se presenten uno por uno, oír su nombre, apellido y edad, nada más, no quiero que se extiendan en detalles que no sean de relevancia- los alumnos se imitan a asentir- bien, comiencen-
Todos van presentándose uno por uno como había ordenado, pero la verdad es que el único rostro que observo es el de Cassidy, quien parece algo ida en sus pensamientos.
Si tan solo pudiese saber que ronda en esa cabecita..
-Señorita, es su turno- le digo al notar que era su turno de presentarse, y ni siquiera se inmutó. Ante mi petición, levanta su mirada para luego pararse en su lugar.
Ese uniforme si que le queda bien.
Basta Levlock, ya hasta pareces un viejo verde.
-Bueno, soy Cassidy Johnson, todos me llaman Cassy, y tengo 17 años-
-Interesante- digo recorriéndole completamente con la mirada. No lo puedo evitar-Presidenta del centro de estudiantes y del equipo de porristas ¿cierto?- elevó una ceja aloírme.
¿Pareceré acosador? Quizás no medí mi atención.
-Si, está en lo correcto, profesor- contesta firme, un poco arrogante. Tanto que me recordó a alguien.
-Bien por usted, el que sigue- decido cortar un poco el interés, no quiero que se emocione.
Más bien el que está emocionado es otro...
Miro como se sienta y luego siguen sus demás compañeros, a quienes no les puse ni una pizca de cuidado.
-Bien, una vez acabando, y siendo que es mi primera clase con ustedes, quiero que abran su libro y realicen las actividades de la página 81 y 82- Solo escuché un leve "si profesor" y todos comenzaron a realizar sus trabajos en silencio, cosa que me dejó complacido...solo por unos quince minutos.
Debo admitir que el resto de la clase fue algo molesta, debido a que algunas alumnas se paraban cada minuto para "preguntarme cosas sobre el libro". Y no estoy molesto o bueno... Soy profesor para eso estoy. Más bien lo que molesta es que ella no se haya parado en ningún instante a preguntar nada, solo se concentró en su tarea y en hacer consultas con su "amigo".
Con esos pensamientos entre ceja y ceja, veo el reloj y solo faltan dos minutos para acabar con mi pequeño martirio.
-Recuerden que para el día miércoles deben traer la actividad resuelta ya que las llevaré y corregiré-
En general me responden "si" y luego se escucha la campana sonar.
Ya no veré a Cassidy por hoy..
-Ya es todo chicos, pueden retirarse-
En ningún momento aparto mi mirada de ella, y ni siquiera se da cuenta.. Vaya que si puede ser algo...despistada. O tal vez me evite al propósito.
-Señorita Johnson, me permite unos segundos-me adelanto en decir.
-Por supuesto-contesta sin pensanserlo tanto.
Noto como sus ojos se dirigen al chico que se encuentra a su lado.
-¿Te espero?-pregunta el moreno.
Arqueo mis cejas. ¿Y este quien se cree? Solo la he convocado a ella.
-No, de hecho, apartame de la cafetería un pedazo de pastel de chocolate por favor, ten- observo como le teniende un billete.
-No es necesario Cassy, yo invito- le guiña el ojo y se dirije a la puerta. Evito hacer un comentario por aquella patética escena, solo espero que mi cara no me delate.
-Y bien...-me pregunta algo impaciente con su dulce voz.
Al parecer alguien tiene apuro...es una pena.
-Bueno, solo te pedí que te quedaras ya que como tu eres presidenta del concejo estudiantil y por tanto representante de todos los alumnos, sería interesante trabajar en conjunto contigo, acentuando el hecho de que seré tu tutor este año-
-Entiendo...-
-Y quería pedirte tu número telefónico, así te pondré al corriente de todo las fechas importantes y trabajaremos mejor-sus marcadas cejas se fruncen.
Espero ansioso su respuesta.
-Si, pero ¿es necesario? No creo que...-le corto antes de que pudiese negarse.
-Es exclusivamente para hechos escolares, Cassidy-siento como pronuncio su nombre de forma dulce, saboreando el momento.
-De acuerdo-contesta algo dudosa.
Le paso mi celular para que pueda agendarse mientras que siento como la excitación a flor de piel.
Al finalizar me devuelve el celular.
-Listo, si, eso sería todo..-
Vaya, si que la niña está apurada.
-Puedes retirarte- finalizo a regañadientes, dejándola ir...por el momento.
-Adiós profesor-coloca su mochila en sus hombros y va directo a la salida.
-Hasta pronto señorita Johnson-
Observo como desaparece del salón y una risa mal intencionada se escapa de mis labios.
El primer paso está completo.
Ay mi querida Cassy, pronto vas a caer...
Estás en mi lista de objetivos, y como lo menciones al principio, yo siempre consigo lo que quiero, no importa lo que tenga que hacer para conseguirlo.