Capítulo 6 THOMAS

Capítulo 7 THOMAS

- ¿Cómo estas amigo? ¿Cómo te acabo de ir anoche con la mujercita con la que te fuiste? - Sergio mi mejor amigo me pregunta.

-Bien, pues la verdad es una mujer muy hermosa, no es tan mayor como las otras mujeres a las cuales le hemos trabajado, así que esta vez ni siquiera tuve que valerme de medicinas para poder atenderla como merecía- hacia dos años habia ejercido el trabajo de gigoló, si, era un prostituto, pero empecé por necesidad, mi madre comenzó a enfermar de cáncer y sus tratamientos son excesivamente costosos, aunque su seguro médico nos ayuda siempre, ella necesita mas atención y cuidado desde casa, ella y mi hermanito Jorge son lo único que me quedan , cuando ella enfermo, yo estaba sin empleo, mi amigo me ofreció trabajar en un bar como mesero, allí me di cuenta que podía ganar mas prestando mis servicios sexuales, aunque algunas veces era desagradable, otra veces como la noche anterior con Brenda, eran excelentes experiencias.

-Pero que suertudo eres, además de que te dejo unos cuantos billetes durante la noche, esperemos que esta noche salga una mujer igual a ella, y que te de dinero.

-Espero lo mismo Sergio, la verdad las quimioterapias de mi madre están saliendo muy costosas, pero tengo la esperanza de que ella se recupere pronto, si eso no pasa, no se si viva- Enciendo un cigarrillo, ya estaban por abrir las puertas del bar y mi amigo y yo empezábamos con nuestro espectáculo.

No me emocionaba la idea de tener ese trabajo, ni siquiera me habia permitido tener una relación formal con alguna otra mujer por fuera de este sitio, pero era lo que por ahora hay, además ya me había acostumbrado a este estilo de vida nocturno y de mujeres, no solamente obtenía dinero, sino que también diversión.

-Bueno amigo, esta noche serás un sexy vaquero, ese traje gusta demasiado, muchos éxitos, ya sabes si encuentras tu primero o yo, los dos debemos ponernos de acuerdo yo estaré en el segundo piso, donde las mas mayores, ya saben como me gustan- mi amigo era un total pervertido, era un hijo de papi y mami, pero por su rebeldía sus padres lo habían sacado de su gran mansión y no le ayudaban con nada de dinero, así que también tomo este empleo para sobrevivir, pero para tener mas diversión, disfrutaba estar con un harem de mujeres todas las noches, pero lo que mas disfrutaba era que le pagaban por hacerlo. Las mayores eran sus favoritas.

Esa noche comenzó temprano, yo habia hecho todo lo posible por mantenerme en forma, tenía una alimentación balanceada, y hacia ejercicio casi todos los días que no amanecía en la cama de una cliente, invertía también en mi cuerpo y por fortuna para mí, era uno de los favoritos del bar, las mujeres se encantaban por dejarme propinas entre los pantalones, mientras me desnudaba frente a sus ojos.

Esa noche llego una exótica mujer que sobrepasaba los 40 años, con un hermoso abrigo y un maquillaje llamativo, de inmediato llego a mí, me arroja su mirada deseosa, y saca un billete de 500. Cuando veo esa cantidad entre sus dedos, y recuerdo el gran examen que tenia que hacerse mi madre el día siguiente, no dudo en dirigirme hacia ella como el fácil de los venados que habia sido atrapado por su cazador.

Un león hambriento y aprovechado, porque la señora no estaba para nada deseable, pero su billete si que lo estaba.

-Hola nene grrr- ella me pasa sus largas uñas por mi cuerpo sudoroso por el baile de la noche

-Hola nena, ¿quieres que sea tu gatito esta noche?

-Siii, por supuesto que sí, me encantan los gatitos que quieran jugar con esta mami. - la mujer me miraba de una forma pervertida y algo acosadora, pero sabía que, si me dejaba llevar por los instintos económicos, y la hacia feliz, iba obtener una gran recompensa de su parte.

-Bueno, ven, vamos hasta la caja, facturas mis servicios básicos, y en la habitación te hare feliz, de tu motivación depende mi actuación- le guiño un ojo, y la tomo del brazo, ella rendida por mis encantos cancela mis servicios por adelantado y sin dejar de mirarme un solo segundo vamos hasta la habitación.

-Con tu permiso, necesito ir al baño a lavarme las manos para acariciar tu preciado cuerpo.

La mujer comienza a desvestirse ante mis ojos, y aunque toda mujer era digna de apreciar y respetar, ella no era de mis gustos, esa noche sabia que necesitaba una ayuda extra para poder complacer sus deseos, así que me fui hacia el baño, y consumí lo que me ayudaría esa noche a re potencializar mis sentidos.

La mujer comenzó a darme muchas ordenes y a dejarme billetes de 200 con ellas, esa noche me habia parecido todo tan desagradable, despues de dos horas de humillaciones y felaciones, la mujer saca dos billetes de 500 y me los entrega.

-Toma minino, gracias por tus servicios, eres el mejor chico que he tenido en la vida, pronto voy a regresar por ti- la mujer pasa su dedo por su boca y me comparte un beso, me sentí utilizado, en dos años que llevaba en este trabajo, jamás me habia sentido tan mal, esta mujer estaba realmente loca, y aunque su dinero me habia hecho la noche, me sentia realmente sucio, me di una fuerte ducha y decidí no regresar mas al bar, ya habia cumplido con mis exigencias de la noche, me iba a descansar.

No se porque de repente en mi cabeza vienen los pensamientos de la noche anterior con Brenda, esa noche no sentí como si le estuviera dando placer, sentí como hace mucho no lo experimentaba, hice el amor con ella, lamentaba que no lo hubiera recordado, porque si fue maravilloso, en medio de todo lo rudo que pudo haber sido nuestro encuentro, ella me inspiraba dulzura, y ante sus bajos instintos y su sonrisa encantadora.

Fui el hombre mas feliz por haber probado cada espacio de su cuerpo, parecía que no hubiera sido tocado nunca, porque cada vez que la acariciaba su piel se ponía como de gallina, y ni hablar de su entrepierna, estaba húmeda y deliciosa, y sus caderas me pedían una atención preferencial cada vez que se rosaban contra mí.

No quería confundir nada, ya que con mi clienta de la noche anterior estaba seguro de que jamás iba a volver a hablar, se habia convertido en esos amores platónicos, que solamente te dan un par de billetes y se van, pero esa era mi vida, amores y placeres pasajeros y sexo por dinero, el amor verdadero estaba muy lejos de acercarse a mi puerta.

Aunque eso era lo que más disfrutaba de este trabajo, que podía ser el canalla que quisiera y me iba a ir con más de mil dólares en el bolsillo, así funcionaban las cosas, para un ser sin sentimientos y con muchas necesidades como yo.