Cuando finalizan el recorrido, ya el sol está ocultándose en el horizonte, los trabajadores están terminando sus labores y la cena está casi lista.
- Gracias por el recorrido, y por todo lo que me explicaste.
- Estoy a sus órdenes.
Oh, que así sea. Piensa Elyan para sus adentros.
- Mañana en la mañana haremos una reunión para terminar de ponerme al tanto.
- De acuerdo.
Todos los trabajadores vuelven a reunirse en el comedor para la cena, hablan sobre lo que hicieron durante el día, sobre algún partido de fútbol que se aproxima, sobre el sombrero de Dareck que les parece muy gracioso y también se mezcla en la conversación las anécdotas graciosas de una fiesta que había pasado hace ya varias semanas.
Elyan solo los escucha en silencio, tratando de conocer un poco más a cada una de las personas que allí están, leyendo su lenguaje corporal y memorizando algunas cosas y datos que dicen acerca de ellos mismos.
- Señor Campbell, no quiero ser entrometida- Dice Emma luego de limpiar las comisuras de su boca con una servilleta- Pero nosotros le contamos un poco acerca de lo que hacemos. Puedo preguntarle ¿Usted hace exactamente lo mismo que hacía su padre? ¿Trabaja en lo mismo?
- ¿Quieren que les cuente un poco acerca de mí?
Todos asienten ante la pregunta de Elyan, este bebe un poco de agua de su vaso y procede a hablar. Todos lo observan con curiosidad, excepto Lucian que mantiene su mirada en sus manos sobre la mesa. Sin pensarlo su mirada se dirige hacia Khaled, ya que a pesar de que todos lo están observando, su mirada pesa sobre él, es como si mientras lo observa, no existiera nadie más en la habitación.
Siente sus mejillas arder así que retira su mirada posándola en los demás trabajadores.
- Me dedico a lo mismo que mi padre, estudié finanzas y luego una maestría en economía en Alemania. Todas mis prácticas las hice en Campbell Corporation y luego comencé a trabajar ahí mismo. Ayudaba a mi padre en algunos de sus negocios y también comencé a hacer mis propias inversiones, así que ahora tengo muchos negocios de los cuales hacerme cargo.
- Wow- Es lo que sale de la boca de Oliver- Eso suena como un montón de responsabilidad, señor Campbell.
- Lo es, tanto que he tenido que vender muchas acciones y terminar contratos porque las veinticuatro horas del día no me alcanzaban para hacer tantas cosas.
- ¿Y no tiene familia?- Pregunta Khaled- ¿Esposa? ¿Hijos? ¿Novio?
- Siempre he estado muy ocupado, estudiando y luego trabajando, así que no me ha quedado mucho tiempo para esas cosas.
- ¿Y tampoco está en sus planes?- Continúa preguntando el castaño- ¿No le gustaría casarse?
- Que preguntón, Khaled- Dice Emma- Lo lamento, señor Campbell, generalmente él es así.
- No te preocupes, no me molesta hablar sobre mi vida con ustedes. Y creo que sí, probablemente ya sea hora de ello, se me está yendo el tren.
- No lo creo- Continúa el castaño- Es usted muy guapo, joven, exitoso. Debe tener toda una fila esperando una oportunidad.
- Y tú ya te pusiste en la fila ¿No, tonto?- Dice Oliver en medio de una risa.
- Oh, cállate, enano- Responde Khaled lanzándole al menor una servilleta hecha bolita.
Oliver le muestra la lengua a Khaled en un gesto infantil y el mayor responde señalándolo con su dedo a manera de advertencia. Elyan sonríe y su vista va hacia el hombre que había permanecido en silencio desde que había comenzado a hablar.
Lucian se encuentra concentrado terminando la comida de su plato, su mirada puesta en la mesa y su expresión no es la más cálida de todas, su entrecejo está fruncido y sus músculos completamente tensos. Elyan piensa que quizás solo está muy cansado, pero su cambio de actitud abrupta lo confunde mucho, antes de que Emma le preguntara acerca de su trabajo él había estado participando activamente en la conversación.
Luego de algunos minutos más todos han terminado de cenar, se despiden y cada quien se dirige hacia su casa, quedando en la cabaña solo Elyan, Lucian y Emma. Pero Lucian ya se encontraba en su habitación descansando.
- ¿Necesita algo más, Señor Campbell?- Pregunta Emma secando sus manos con una toalla luego de lavar la vajilla sucia.
- No, no te preocupes- Responde Elyan, quien había estado allí bebiendo una taza de té caliente de manzanilla mientras la rubia terminaba su labor.
Quiere y necesita preguntar, pero no sabe cómo hacerlo sin parecer solo un hombre entrometido.
¿Lucian y tú son pareja? Muy directo.
¿Tienes pareja? Probablemente suene muy sugerente y no es su intención.
¿Lucian tiene pareja? Sugerente y entrometido.
- De acuerdo, me iré a descansar, si necesita algo durante la noche solo debe golpear en la puerta de mi habitación, estaré pendiente.
- Descansa tranquila, Emma, gracias.
- Buenas noches.
- Buenas noches.
Emma sale de la cocina y Elyan sirve agua en un vaso antes de caminar hacia su habitación apagando las luces detrás de él. Cierra la puerta con seguro y pone el vaso con agua sobre la mesa de noche, saca del armario un pijama ligero de color blanco y lo deja sobre la cama para luego dirigirse al baño. Se desnuda y entra a la ducha para lavar el sudor de su cuerpo y además relajar sus músculos cansados. Diez minutos después sale del baño con una toalla enrollada en su cintura, seca su cuerpo y aplica un poco de loción humectante y desodorante para luego ponerse su pijama, seca su cabello y cepilla sus dientes antes de ir a la cama. Conecta su celular a la corriente para ponerlo a cargar y decide responder algunos mensajes personales.
Tiene algunos de su madre y otros de Zaid, así que responde cada uno de los mensajes informándoles a los dos acerca de cómo ha ido su día. Anna, su madre, probablemente ya se encuentre dormida, pero Zaid suele dormirse bastante tarde, así que no le sorprende cuando recibe su respuesta.
"Espera un segundo, en todos tus mensajes hablas de la misma persona "Lucian me recibió en la finca" "Lucian me dio un recorrido por todo el lugar "Lucian es el responsable de todos los trabajadores", apenas y nombraste a los demás" y Elyan odia que su mejor amigo sea tan observador. "No hables idioteces, solo te dije lo que había hecho durante el día", apostaría lo que fuera a que no se creería ni un poco sus palabras. "Oh, mi pequeño Elyan, el primer día y ya pusiste tus ojos en un guapo hombre de finca". Rueda los ojos e ignora el calor que sube hacia sus mejillas que probablemente ahora estén coloradas. "Estás delirando, me iré a dormir, buenas noches".
Bloquea el celular y lo pone sobre la mesa junto a la cama para luego disponerse a dormir, si sigue hablando con Zaid teme exhibir lo adolescente hormonal que se siente desde que conoció al guapo joven Smith aquella mañana.
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Muy temprano en la mañana él ya se encuentra despierto, se dio una ducha de agua fría que contrarrestaba de manera deliciosa el calor del ambiente, secó su cuerpo y se puso un pantalón de material ligero en color blanco y una camisa color crema, junto a unas zapatillas blancas y un reloj de plata en su muñeca, se aplica crema humectante y bloqueador solar y un poco de perfume para luego salir de la habitación. Baja a la cocina en donde ya se escuchan voces y algunos ruidos. Lucian está recargado sobre la mesa con una taza con algún líquido humeante en sus manos, y Emma está preparando varios alimentos que probablemente sean el desayuno de los trabajadores.
- Buenos días.
Su saludo es respondido por las dos personas de manera amable.
- ¿Quiere café?- Pregunta la joven.
- No, gracias, no me gusta el café.
- ¿Té?
- Mucho mejor, gracias- Responde con una sonrisa.
Elyan se sienta en una de las sillas y observa a Lucian que bebe de su taza con concentración.
Su cabello húmedo cae por sus hombros y puede ver algunas gotas de agua sobre su piel, luce muy fresco debido al baño que claramente acababa de tomar, viste un jean de trabajo holgado y una camiseta de color verde militar que resalta los músculos de su torso y de su abdomen. Elyan siente su boca hacerse agua. Unas botas de caucho cubren hasta la mitad de su pantorrilla y en su cuello cuelga un collar con un dije de avión de papel. Es tan guapo.
- ¿Señor Campbell?- Escucha la suave voz de Emma que lo hace dirigirse a ella de manera rápida con un "¿Eh?".
Oh Dios, espera que por su propio bien no haya sido descubierto observando de manera poco discreta a aquel precioso joven.
- Lo siento, no te escuché ¿Me preguntaste algo?
- ¿Una cucharada de azúcar en su té como anoche?
- Sí, muchas gracias.
La rubia le echa la pequeña cuchara de azúcar al té y le entrega la taza.
- ¿Durmió bien?
- Sí, lo hice, estaba realmente cansado. ¿Y tú?
- Muy bien también.
- ¿Y tú, Lucian?
- Bien.
¿Por qué Lucian no le habla ya? Ni siquiera hace un intento por incluirse en la conversación, y piensa que quizás así es él y su personalidad. Pero quisiera que fuera un poco más accesible y así poder acercarse a él aunque fuera como amigo.
Sí, como amigo. Muy convincente, Elyan Campbell.
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Elyan se encuentra en el estudio de la cabaña, el que era el sitio de trabajo de su padre. Era una habitación bastante amplia, con un gran ventanal con vista a la parte trasera de la cabaña, justo en el lago y la vegetación que lo rodeaba; una biblioteca ocupaba por completo una de las paredes, con libros acerca de cientos de temas, el castaño pudo ver algunos de economía, medio ambiente, psicología, finanzas, ecología, literatura, astrología...
Dicho estudio también contaba con un escritorio con cajones a los lados, con toda la documentación relacionada a la finca Campbell, una cómoda silla tras el escritorio y dos delante del mismo, un sillón y una pequeña mesa también completaban la decoración, una alfombra y cuadros en las paredes era lo último por ver.
Tres golpes de unos nudillos en la puerta devuelven a Elyan de su ensoñación, había estado largos minutos detallando cada parte de aquel lugar.
- ¡Adelante!
La puerta es abierta y por la abertura aparece Lucian, con su cabello todavía un poco húmedo y aquellos ojos verdes observándolo con neutralidad.
- Pasa, por favor siéntate.
- Gracias.
Lucian cierra la puerta detrás de él y camina hacia el escritorio para sentarse en una de las sillas frente a Elyan.
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La reunión se prolonga durante tres largas horas, a Elyan realmente le cuesta concentrarse, en lo único que puede pensar es en lo bien que huele el hombre frente a él, en como ese rizo rebelde cae por su sien y su mano casi pica por querer acercarse y acomodarlo tras su oreja, en lo rosados que son sus labios y lo profunda que es su voz.
- ¿Elyan?
Ay no, ahí está de nuevo, siendo completamente obvio y exponiéndose de una manera descuidada a que absolutamente todo el mundo se entere de lo atraído que se siente hacia el ojiverde.
- Te escucho, Lucian, y pienso que claramente tú puedes ayudarme a solucionar todos y cada uno de los inconvenientes que tenemos actualmente en la finca- Dice en un tono serio y obligándose a sí mismo a no perderse en sus propios pensamientos- Conoces el lugar a la perfección, al igual que a los trabajadores y los animales. Nadie mejor que tú para proponerme las soluciones correspondientes.
- Bueno... sí, conozco el lugar y los problemas que hay aquí, pero usted es el experto en finanzas, es quien puede mantener a flote y funcionando de buena manera esta finca.
- Estoy de acuerdo, por eso es que tenemos que trabajar juntos, uno sin el otro sencillamente no funcionamos y la finca va a terminar yéndose a la quiebra total de nuevo, y no queremos eso, ninguno lo quiere.
- Me parece muy bien entonces. Gracias por darle una oportunidad a este lugar, por darnos una oportunidad a todos, señor Campbell, entre todos haremos que esta finca sea rentable aunque el panorama no sea alentador.
- Yo confío en ti... en ustedes, sé que todos hacen su mejor esfuerzo y trabajan muy fuerte todos los días, y yo también lo haré.
- De eso no tengo duda alguna.
- Lo primero que haré será ponerme al día con los sueldos de todos, contaré desde la última fecha de pago hasta el día correspondiente de este mes ¿De acuerdo? Lo siguiente será la compra de los alimentos de los animales y que el especialista o especialistas encargados nos agenden una cita para la revisión médica.
- También estaría bien que me delegara las nuevas funciones que tiene para mí, seguramente hay cosas que desea cambiar y yo no tengo en problema en ello.
El tono serio de su voz y la manera en que su cuerpo y sus gestos se tensan al mencionar aquello lo pone en alerta así que suaviza su tono para relajar a su trabajador.
- ¿Por qué dices algo como eso?
- En la cena, cuando me preguntó si yo me encargaba de cosas como los pagos y demás, en su rostro fue bastante notable que usted no está de acuerdo en que alguien más se encargue de los gastos de la finca, del manejo del dinero y los pagos.
- Lucian, en todos mis negocios no soy yo quien se encarga directamente del dinero, el tiempo no me alcanza para hacerlo, no entiendo por qué aquí debería ser diferente.
- Porque yo no soy profesional, no soy abogado o contador o algo parecido, y lo más importante es que claramente para usted todavía es algo absurdo que el señor Gastón haya adquirido esta finca.
- No me molesta que no seas profesional, has trabajado aquí durante años y conoces todas las áreas y el funcionamiento de este lugar, supongo que por eso mi padre confío en ti para el manejo de prácticamente todo.
- Pero usted no confía en mi, todavía no, y prefiero evitar cualquier tipo de inconveniente o malentendido y que el área financiera se la delegue a alguien de su confianza.
- Entiendo si tú prefieres que yo busque a otra persona, si te sientes más cómodo y seguro con eso yo lo haré, pero no te lo estoy pidiendo, no lo estoy sugiriendo y tampoco lo he tan siquiera pensado. No te conozco y no sé cómo haya sido el funcionamiento de la finca antes de la compra de mi padre y durante el tiempo en el que él fue el dueño, y es algo que tengo que revisar estos días o que delegaré a alguien más. Pero no desconfío de ti, y no quiero contratar a alguien más para que esté a cargo de lo que tú has manejado mucho tiempo.
- Amo este lugar, de verdad, no sabe cuánto, jamás haría algo que lo perjudicara, al contrario, me dedico diariamente a trabajar para que esta finca sea la mejor de la zona.
- Yo no estoy dudando de ello, así que sigue haciéndolo como lo has hecho gran parte de tu vida, y verás como tu esfuerzo y el de todos rinde frutos a corto y largo plazo.
- Lo haré, señor Campbell.