Abismado en tu encanto irresistible
img img Abismado en tu encanto irresistible img Capítulo 1 ¿Disculparse o divorciarse
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Capítulo 8 Espera mi llamada img
Capítulo 9 ¿Me darás una oportunidad img
Capítulo 10 No es ningún tonto img
Capítulo 11 ¿Exactamente de qué es ella capaz img
Capítulo 12 Regreso a casa img
Capítulo 13 Mucho tiempo sin verte img
Capítulo 14 La negociación img
Capítulo 15 Me importa un carajo img
Capítulo 16 Mike Wynter img
Capítulo 17 Miss Dew img
Capítulo 18 No te molestes img
Capítulo 19 Atrapado en el pasado img
Capítulo 20 Preparativos para la exposición de arte img
Capítulo 21 Volver a encontrarse img
Capítulo 22 La verdadera estrella img
Capítulo 23 Un chisme deliberado img
Capítulo 24 La firma del contrato img
Capítulo 25 ¿Quién inició el rumor img
Capítulo 26 Un hombre tan decepcionante img
Capítulo 27 Escándalo en la exhibición de arte img
Capítulo 28 Hector Palmer img
Capítulo 29 ¿Quién estaba detrás de esto img
Capítulo 30 La mujer detrás de todo img
Capítulo 31 Hazte más fuerte img
Capítulo 32 A nadie le importa tu hombre img
Capítulo 33 ¿Quién más estaba detrás de esto img
Capítulo 34 Por siempre y para siempre img
Capítulo 35 Delicada belleza img
Capítulo 36 ¿Quién es esa chica hermosa img
Capítulo 37 Los famosos bollos fritos de Stevie img
Capítulo 38 Seremos tus hijos img
Capítulo 39 ¡No estoy de humor! img
Capítulo 40 Confía en ella img
Capítulo 41 El proyecto continúa img
Capítulo 42 Hector Palmer, el gerente de proyectos img
Capítulo 43 ¿Una cualquiera img
Capítulo 44 ¡Ella es la indicada! img
Capítulo 45 Competidor img
Capítulo 46 ¿Se acaban de comprometer img
Capítulo 47 Una mujer caprichosa img
Capítulo 48 Banquete de cumpleaños img
Capítulo 49 ¿Dónde está tu regalo img
Capítulo 50 Mordisco img
Capítulo 51 ¡Malas noticias! img
Capítulo 52 Disculpa img
Capítulo 53 ¡Era él! img
Capítulo 54 No necesitas fingir img
Capítulo 55 No estoy preparada para una relación img
Capítulo 56 ¡Qué mala suerte! img
Capítulo 57 ¡Abofeteando a la perra! img
Capítulo 58 Usted y su doble moral img
Capítulo 59 Madre e hijo img
Capítulo 60 Una superestrella prometedora img
Capítulo 61 Casi la besa img
Capítulo 62 Compitiendo para ser el mejor bebedor img
Capítulo 63 ¿Dos hombres y una mujer img
Capítulo 64 Nuestra relación no puede continuar img
Capítulo 65 Lo que pasó entre él y yo img
Capítulo 66 ¿Quién dijo que ella no tiene educación img
Capítulo 67 Ya tengo mis ojos puestos en alguien img
Capítulo 68 ¡Estás en la lista negra! img
Capítulo 69 Oficialmente en la lista negra img
Capítulo 70 Será el esposo de alguien más img
Capítulo 71 El hombre y su prometida img
Capítulo 72 ¡Ella es una gran actriz! img
Capítulo 73 Me enfermas img
Capítulo 74 Medios turbios img
Capítulo 75 Celos img
Capítulo 76 ¿Cómo pudiste ser tan torpe img
Capítulo 77 Algo iba mal con el plan img
Capítulo 78 El mejor hacker img
Capítulo 79 Ocurrió algo img
Capítulo 80 Una figura ensangrentada en la hierba img
Capítulo 81 Su primera actuación img
Capítulo 82 Era un narcisista img
Capítulo 83 Los celos img
Capítulo 84 La fiesta de cumpleaños img
Capítulo 85 Perdidamente enamorado img
Capítulo 86 Esa mujer está loca img
Capítulo 87 El vídeo incriminatorio img
Capítulo 88 Tu belleza no durará para siempre img
Capítulo 89 ¿Realmente es de utilería img
Capítulo 90 ¿Qué tipo de persona es ella exactamente img
Capítulo 91 ¿Tengo alguna posibilidad img
Capítulo 92 ¡Qué bonita! img
Capítulo 93 ¡Se lesionó de nuevo! img
Capítulo 94 Las mujeres son muy extrañas img
Capítulo 95 Conociendo a su ídolo img
Capítulo 96 Gracias, señor Kameron img
Capítulo 97 ¡Fuego! img
Capítulo 98 Pidiendo un aventón img
Capítulo 99 El regalo más preciado img
Capítulo 100 ¡Todo es por ella! img
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Abismado en tu encanto irresistible

CUSTODIA
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Capítulo 1 ¿Disculparse o divorciarse

"¡Ah!".

Un grito desgarrador rompió la tranquila atmósfera de la mansión de la familia Kameron.

Hoy era el octogésimo cumpleaños de Rena Kameron, y los invitados se habían reunido en el salón, charlando alegremente. Sin embargo, todos se pusieron alerta al oír el grito.

Al pie de la escalera, Cassidy Bradley estaba hecha un ovillo, retorciéndose de dolor. Tenía los brazos y las piernas llenos de moratones, que resaltaban sobre su impecable piel. Incluso tenía un labio roto y le corría sangre por la barbilla.

Asombrada y conmocionada, la multitud miró hacia la escalera, donde había una mujer con el rostro inexpresivo.

¿Belinda Fletcher?

Enseguida, los invitados intercambiaron miradas de complicidad, pues podían adivinar a grandes rasgos lo sucedido, y empezaron a reñir a Belinda sin descanso. "¡Debió hablar primero con Russell en lugar de amedrentar a esta mujer!".

"¡Claro que sí! Una mujer madura no recurriría a la violencia, ni siquiera cuando se trata de otra mujer. Más bien, ¡debió aprender a domar a su marido!".

Belinda cerró los puños con fuerza. Estaba tan furiosa que no encontró palabras para replicar en ese momento.

Aquellos curiosos no tenían ningún interés en averiguar la verdad. Estaban demasiado ocupados señalando con el dedo a Belinda con desprecio y sorna.

Aunque Belinda y Russell Kameron estaban casados, todos en Eimbury sabían que Belinda prácticamente arrebató a Russell de Cassidy.

Esta última tuvo la gentileza de no vengarse de aquella rompehogares, pero Belinda, por su parte, no dejó de complicarle la vida a la pobre muchacha desde entonces.

En ese momento, Russell salió de entre la multitud en silencio, frunciendo el cejo ante la escena que tenía delante.

Al ver su expresión de disgusto, alguien no pudo evitar deleitarse con el picante incidente. "Russell, por fin llegaste. ¡Tu esposa no ha hecho más que abusar de esta pobre mujer!".

Al oír este comentario fuera de lugar, Russell arrugó el entrecejo.

Se dirigió presuroso al lado de Cassidy, con los ojos llenos de preocupación. "¿Te encuentras bien, Cassidy? ¿Qué sucedió?".

"Estoy bien... No es culpa de Belinda, ella no lo hizo a propósito. En realidad soy yo. Es que fui un poco torpe...", tartamudeó Cassidy con voz débil.

¿No fue culpa suya?

Russell conocía a su esposa demasiado bien, y sabía que haría lo que fuera con tal de conseguir sus objetivos.

Russell montó en cólera y actuó por impulso en cuanto oyó la versión de Cassidy. Subió corriendo las escaleras y siseó a Belinda: "¡Discúlpate con Cassidy ahora mismo!".

Su voz sonó tan fría e indiferente, que casi parecía que estuviera dando órdenes a una humilde esclava en lugar de a su esposa. Belinda sintió que se le revolvía en el estómago.

¿Disculparse?

Ni su propio esposo se molestó en escuchar su versión de los hechos y prefirió creer sin rechistar el relato de Cassidy. ¡Qué ironía!

Con una sonrisa amarga, Belinda levantó la barbilla con obstinación y replicó: "Yo no hice nada malo, ¿por qué debería disculparme con ella?".

"¿Ah, sí? ¡¿Estás diciendo que Cassidy se cayó por las escaleras por su propia culpa?!", bramó el chico.

"Eso es justo lo que pasó. ¡Quiere que todo el mundo crea que yo la empujé por las escaleras!".

Al oír esa excusa tan poco convincente, los invitados estallaron en carcajadas y señalaron a Belinda con gesto de desprecio.

¿Cómo podía alguien ser tan estúpido como para lanzarse por las escaleras por su propia voluntad?

¿Quién arriesgaría su propia vida para tenderle una trampa a otra persona?

¡Nadie creería una historia tan disparatada!

Ni siquiera Russell.

Con el rostro fruncido, agarró a Belinda sin previo aviso y la arrastró escaleras abajo. Al ser tomada con la guardia baja, Belinda perdió el equilibrio y su frente se golpeó contra la barandilla y se le hinchó de inmediato.

Pero Russell no se apiadó de ella en absoluto. Al contrario, dijo sarcásticamente: "¡Bravo! ¡Te lo mereces! Ahora, ¡discúlpate con Cassidy!".

"No. Yo no hice nada malo". Belinda negó con la cabeza con obstinación.

¡Era cierto! ¡No había hecho nada malo!

¡¿Cómo iba a disculparse por algo que no hizo?!

"Russell, no te preocupes por mí, estoy bien. No quiero que te pelees con tu mujer por culpa mía".

En ese momento, Cassidy, que se encontraba sentada en el suelo, frotándose los moratones con expresión de dolor, intentó mediar en la situación.

Sin embargo, su actitud solo sirvió para enfurecer aún más al chico. Miró a Belinda con furia indisimulada, preguntándose cómo una mujer podía ser tan despiadada.

Agarró a Belinda por la barbilla y gruñó con los dientes apretados: "Discúlpate o nos divorciamos. Elige".

A Belinda le sorprendió su actitud decidida. De inmediato, la multitud se deshizo en murmullos, cotilleando acaloradamente sobre la pareja que tenían delante. Ella, en cambio, solo se quedó en silencio.

            
            

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