Capítulo 7 Él la traicionó primero

Por supuesto, Belinda no regresó a casa con la familia Lindfield.

Tres años antes, ella insistió mucho en casarse con Russell y dejó a su familia. Ahora se daba cuenta de lo estúpida que había sido al tomar esa decisión.

Se sentía muy mal por su padre y sus hermanos, quienes la querían y la extrañaban mucho. Además, estaba demasiado avergonzada como para presentarse en su casa y enfrentarlos en ese momento. Lo único que quería era estar sola para pensar las cosas con más claridad.

Al final, Calvin la llevó a su casa, le ofreció una habitación de invitados y allí se encerró.

Más tarde, Belinda se sentó frente a su computadora y pensó en todo lo que había pasado en la sala.

¡Russell y ella aún no se habían divorciado!

¡Él todavía era su marido! ¡Suyo legalmente!

¡Pero él estaba con otra mujer! ¡Incluso se mostraban muy íntimos en un lugar público! Y no era la primera vez que él la humillaba así.

¡Maldito Russell Kameron!

¡Fue él quien traicionó primero su matrimonio!

Con eso en mente, Belinda decidió hacerle pagar por su traición.

Rápidamente encendió su computadora y entró a Twitter después de tanto tiempo. Tenía decenas de mensajes privados, muchos eran de conocidos muy famosos que habían estado preguntando cómo estaba ella últimamente.

La mujer revisó todos sus mensajes y solo respondió algunos de ellos.

De pronto, llamaron a la puerta. Belinda la abrió y Calvin entró sonriente.

"Un par de amigos quieren reunirse esta misma noche. ¿Te gustaría unirte a nosotros y divertirte un rato?".

'¿Socializar? ¿En ese terrible momento? ¡De ninguna manera!'.

Sin dudarlo, ella sacudió la cabeza con decisión.

"No, gracias. Estoy un poco cansada. Creo que dormiré temprano hoy".

Además, tenía que pasar por todo el proceso de divorcio con Russell a primera hora de la mañana, por lo que no tenía ganas de salir ni mucho menos de socializar.

Tan pronto como Calvin salió de la habitación, Belinda se hundió en la cama. No había dormido bien durante varios días, por lo que en poco tiempo cayó rendida en un sueño profundo.

A la mañana siguiente, la mujer se despertó muy temprano. Salió de la cama y se paró frente a los ventanales franceses mirando en silencio el amanecer, mientras el sol se levantaba en el horizonte.

Se sentía mucho mejor ese día.

Finalmente lo pensó bien y tomó una firme decisión.

Si su esposo ni siquiera se preocupaba por ella, no tendría sentido seguir casada con él, por lo que tenían que terminar con esa farsa.

Eso era lo más correcto.

Pensando en eso, se sintió un poco aliviada. Sin embargo, ella no iba a permitir que nada ni nadie la pisoteara, por lo que solicitó el divorcio con mucha determinación. Después, buscaría justicia para sí misma.

Cuando vio la hora, entró al baño para arreglarse. Eligió un vestido azul pastel que Calvin le había comprado, porque quería lucir fresca y elegante esa mañana.

Puntualmente, llegó al juzgado a las ocho. Sin embargo, Russell no había llegado aún.

Pasó media hora y no había rastro de él.

Finalmente, a Belinda se le acabó la paciencia y lo llamó.

"Tengo más de media hora esperando en el juzgado. ¿Dónde rayos estás?".

Russell quedó en shock.

Al final resultó que su esposa estaba hablando en serio sobre el divorcio.

"Estaré ahí pronto", dijo apretando los dientes y colgó con enojo.

Russell estaba todavía con Cassidy en el hospital, por lo que no estaba tan lejos del juzgado. Solo le tomó unos pocos minutos llegar allí.

Cuando vio a Belinda tan deslumbrante en la distancia, no pudo evitar fruncir el ceño con incredulidad.

Nunca antes se había fijado en su belleza. Lucía muy fresca, incluso refinada. Era como una obra de arte que solo podía ser admirada desde la distancia. No obstante, ese sentimiento desapareció tan rápido como cruzó su mente.

"¿Estás segura de que quieres divorciarte?", le preguntó con frialdad.

Belinda empezó a decir: "Russell, quiero...".

"Tengo muchas cosas con las que lidiar. Si eso es lo que quieres, hagámoslo sin perder tiempo", la interrumpió él con impaciencia.

Belinda sonrió amargamente y no dijo nada más.

Se rio de sí misma por ser tan tonta e ingenua. Incluso hasta el último momento se aferraba a una pequeña esperanza de que Russell intentara salvar su matrimonio, pero sus ilusiones se desvanecieron instantáneamente cuando él habló con tanto desdén.

Reprimiendo toda su tristeza, Belinda sonrió con sarcasmo y habló con mucha naturalidad.

"Sé que es un hombre muy ocupado, señor Kameron. No se preocupe. Esto no le quitará mucho de su valioso tiempo".

Extrañamente, esa alegre disposición de ella lo enfureció muchísimo. Odiaba cuando la gente le hablaba con un tono burlón.

Además, ¡su esposa jamás se había atrevido a hacer algo así antes!

¡Siempre fue sumisa y obediente! ¡Ella nunca hizo nada en contra de su voluntad!

Pero ahora... ¡la nueva Belinda lo irritaba hasta los huesos!