Pero una foto de su boca y hoyuelos, no me ayuda como los mensajes; entiendo que se pueda sentir algo inquieta por lo que paso. NH no esperaba que le contestara, imagino que ni siquiera creía que alguna vez fuera a leer sus mensajes; pero acá esto leyendo cada uno de sus mensajes con una estúpida sonrisa. Porque no puedo evitar sonreír viendo uno de sus mensajes.
Camino por el bufet de la esposa de Mason; escucho los balbuceos del pequeño Mason seguidos de la melodiosa voz de la pelirroja; Angela, quien está cargado y haciéndole juego al pequeño pelinegro. Hay algo que no se puede negar desde que vez a Matthew Daniels; es una copia idéntica de su padre; desde los gestos hasta la apariencia todo grita soy hijo de Mason Daniels. No había manera que Mason no se diera cuenta que tenía un hijo de apenas unos meses de nacido cuando lo conoció y si eso no fuera suficiente, el tatuaje en la nalga de Hannah comprobaba aún más las cosas.
-pero miren a quien tenemos acá, si es el angelical Erick-exclama a modo de saludo la pelirroja dedicándome una de sus sonrisas sin dientes
Angela es hermosa, pero no es el tipo de persona que me gusta; tampoco es que pueda estar con ella, Angela ha dejado en claro cuál es el miembro que le gusta, pero no tiene ninguna intención de saltar sobre nosotros, tampoco es que yo pueda hacer alguna jugada hacia ella u otra mujer.
-lamento no ser tu policía-ella gruñe mirándome con una molestia palpable-deberías aceptarlo, Say, te gusta el policía-insisto ganándome un gruñido más fuerte de su parte
La pelirroja no dice nada solo coge a Matthew contra su pecho caminando hacia su oficina donde hace el intento de revisar algunas carpetas llenas de papeles. Camino hacia la oficina que pertenece a Hannah, deteniéndome cerca de la puerta; la rubia está hablando por teléfono y tiene el ceño fruncido demostrando que nada de lo que está escuchan del otro lado de la línea le gusta.
- ¿Qué haces acá? -pregunta la rubia apenas cuelga el teléfono-espero no le hayas provocado un posible infarto de nuevo a la secretaria-sonrió mostrando los dientes para después negar
-Mason me mando, ahora soy el mensajero-murmuro-dijo algo sobre unos exámenes que había que llevar al hospital.
Hannah asiente y comienza a buscar un sobre blanco donde se encuentran unos exámenes que se mandó hacer ella y el bebé; la rubia habla dándome indicaciones de todo lo que tengo que hacer y a qué hora tengo que llevar los exámenes al hospital, repite como diez veces que no puedo llegar tarde y que tengo que esperar los resultados sin importar el tiempo que se demore.
-calma, rubia; ya lo tengo todo entendido-anuncio-primero me cambio de ropa-jalo la camisa la cual se encuentra llena de sudor, por las horas de ensayo-segundo voy al hospital, entrego los exámenes y espero los resultados como un buen niño
- ¡exacto! no hagas ninguna estupidez -se despide dándome una palmadita en el hombro sacándome fuera de la oficina y bufet porque se me hará tarde.
Lo primero que noto a llegar a la casa, es un música fuerte y rápida con una letra que no entiendo; si no estoy mal es español. Lo segundo que puedo apreciar es que la casa de al lado finalmente ha sido habitada y la ventana de al lado da con la ventana de la casa vecina; pero esto es normal, la sorpresa viene cuando una morena aparece en la ventana caminado por el pasillo con el dorso descubierto.
Observo la piel morena la cual se ve suave y dersa provocándome unas ganas de apretar y morder tanto como pueda, dejando marcas sobre ella; detallo las finas líneas de su espalda memorizando cada pedazo de piel que está a la vista; ella gira gritando algo en español. Capto el rebote de sus senos, como suben y baja cuando salta moviendo la cabeza.
La morena sonríe cuando la canción termina y después me observa directamente a los ojos; sus ojos se agradan un poco por la sorpresa de verme parado del otro lado de la ventana, pero no se tapa en seguida, en ningún momento hace el intento de cubrir sus senos los cuales atraen mi mirada, aunque no quiera hacerlo; solo me detalla por unos segundos dedicándome una sonrisa pequeña provocando que mis mejillas ardan.
No esperaba conocer a mi nueva vecina de esta forma, no esperaba verla casi desnuda en ningún momento de nuestra convivencia como vecinos civilizados; dudo que este encuentro cuenta como algo civilizado, pero no voy a negar que lo que he visto me ha gustado; me ha gustado mucho y quisiera volver a verlo.
Soy hombre, aunque quiera ser decente.
Mi vecina no hace nada, solo sigue su camino por su casa dándome una vista de su trasero gordo y levantado el cual se mueve con cada paso queda hipnotizándome con el vaivén de sus caderas y como la ropa interior blanca de algodón hace contraste contra su piel morena oscura.
"Mierda" gruño cuando desaparece de mi vista y mi pene a decidió levantarse por el espectáculo que acabo de presenciar.
Puedo decir que mi día ya no es una completa mierda; ya no entraría en un día malo si no es uno medianamente bueno, aunque deba darme una ducha con agua fría en este momento, puedo sentir que este día va para arriba y los demás si cada día me voy a llevar una sorpresa de parte de mi vecina; cosa que dudo.
Salgo del baño con el agua deslizándose sobre mi piel blanca con tonos rosados, los mechones de cabello rubio se pegan contra mi frente y mejillas dejándome en claro que muy pronto debo rebajarlo o dejarlo crecer por meses para donarlo. Me visto completamente de negro y agito los cabellos rubios liberando algo de agua de ellos. Camino rápidamente por la sala fijándome largos segundos en la ventana esperando volver a ver a la morena, pero no hay rastro de ella.
Cierro la puerta fijándome en la hora, dándome cuenta que tengo cuarenta minutos para llegar al hospital; entro en el deportivo colocando el motor en marcha, escucho el motor de una moto rugir con fuerza, pasando por el lado del deportivo negro con una velocidad impresionante; la moto se ladea hacia un lado tomando la salida del conjunto como si fuera una pista de carrera.
No puedo evitar que mi mirada se centre en los cabellos castaños oscuros y en el culo enfundado en unos pantalones negros apretados; la vecina desaparece perdiéndose en la calle principal y ahora cuando observo los carros pasar a mi lado y voy manejando por la carretera directo al hospital me doy cuenta que ella sabe quién soy.
Mi vecina sabe que soy Erick Davis, el guitarrista de Metal Zonic a menos que no sepa de la banda o de las celebridades; cosa que dudo realmente.
-Buenas, ¿podrías decirme donde se encuentra el área de exámenes? -le pregunto a una enfermera rubia que me mira con ojos de cachorro, ajusto la gorra un poco más esperando que responda mi pregunta, pero ella solo me mira con adoración- ¿hola?
La rubia me sigue mirando como si estuviera alucinando y no estuviera delante de ella; su mirada me parece tierna y algo graciosa, pero si no me da la información que necesito llegare tarde en este momento estando tan cerca del lugar donde se hacen los exámenes.
-te están preguntando algo, responde-una voz me interrumpe cuando tengo la intención de volver a preguntarle, la rubia sale de su fantasía.
Su mirada adquiere algo de miedo dirigiéndose hacia la persona que ha hablado; ella asiente y sale huyendo del lugar seguida de un comentario que no comprendo muy bien.
-disculpa que no te haya ayudado, casi nunca pasan estas cosas-alega la misma voz, acepto sus disculpas, pero está equivocada, estas cosas siempre me pasan-segundo piso hacia la izquierda -me indicada dándome más detalles del lugar, terminando la frase con un no tiene perdida.
Agradezco a la voz que me ha ayudado a ubicarme dándome cuenta que no es una enfermera si no una cirujana ya que lleva puesto una bata quirúrgica y el gorro quirúrgico que tiene atado en un moño fuerte su cabello casi negro. Ella me sonríe caminando hacia la sala de espera, su sonrisa, piel morena y gestos me suenan de alguna parte.
Es una copia mayor de mi vecina; unos pocos años mayor.
Tres horas llevo esperando por el resultado de los exámenes, tres horas donde he mirado el celular esperando un mensaje de NH, pero aun no llega ninguno, tres horas donde mi cabeza decide repetir la piel desnuda y el rebote de los senos de mi vecina como si fuera lo más interesante de mi día; lo es, pero no quiero pensar cada cinco minutos en ese momento.
- ¿Hannah Stor? -exclama el nombre de la rubia, mirando entre las personas que están esperando para ver si ella se encuentra esperando
-gracias-doy una pequeña sonrisa sin mostrar los dientes, ella me entrega los exámenes mirándome fijamente tratando de descifrar la parte de mi rostro que no se ve muy bien.
No es normal estar en la sala de espera de un hospital con una gorra y gafas de sol. Pero prefiero pasar desapercibido, lo más que pueda. Entro al deportivo pagando el ticket del parqueadero, mi celular comienza a sonar indicándome que han llegado varias notificaciones, desbloqueo el celular dándome cuenta que por fin a llegado el mensaje que llevo esperando durante días.
No debería afectarme tanto leer el mensaje, porque no es la primera vez que es subido de tono y sus palabras se desvían de una manera explícita en lo que quisiera hacerme; pero todo cala diferente en mi esta vez, ahora no lo veo como un mensaje más subido de tono; ahora es el mensaje y ese mensaje tiene una linda boca llena, llena y apetecible que aún sigue en mi galería.
Releo el mensaje, mordiéndome el labio inferior cuando dice lo muy caliente que se siente y que esta noche hará más que pensar en mi angelical cara; nunca me ha gustado que me digan angelical, pero ahora puede que le esté cogiendo el gusto o puede ser que mi mente retorcida quiera demostrarle a mi pequeña erótica que no tengo nada de angelical en mi persona.
"Ey rubio angelical, espero que estuvieras esperando mi mensaje; subiré mi ego diciendo que si lo has esperado desde ese día. Pero hoy no te contare sobre mi día, no mucho; solo puedo decir que he avanzado un poco más en mi sueño, ya casi consigo lo que tanto anhelaba.
Pero ahora solo quiero decirte en lo que he estado pensando ¿te han dicho que la sonrisa ladeada del concierto de hace días; fue muy caliente y lujuriosa? ¿no? bueno ya te lo dije, fue una jodida sonrisa caliente y lujuriosa.
Nene con esa boca podrías provocar un orgasmo con solo un movimiento; puede que tenga que cambiar tu apodo, pero sigues siendo angelical" Rio deteniéndome en la mitad del mensaje, las manos me pican por devolver el mensaje y exigir más información sobre ella.
Quiero saber más sobre NH, aun mas cuando sus manos escribieron que quiere tener sexo salvaje y sucio conmigo, no importa si es rápido y duro que ella lo acepta gustosa. Gruño respondiendo su descarado mensaje y bloqueando el celular para no fantasear con alguien que aún no veo en persona.