- ¡Vamos chicos es hora de levantarse! -
Hace varios años esto se ha convertido en una de mis llamados favoritos; para no decir consecutivas o muy repetitivos, quiero tomar o ver el lado positivo de todo esto.
Mi nombre es Amira, si, demasiado extraño, según mis padres tiene como significado el ser o que yo sea "Una dama especial o encantadora", un nombre nada agradable, no al menos con lo que soy actualmente y lo que seré, pero bueno, no es momento de enfocarnos en algo que relativamente no importa.
Mi complexión es delgada; quisiera pensar que estoy en mi peso normal o simplemente sobrevivo, mi piel es de un tono pálido, incluso puede verse frágil; me imagino que se debe a lo poco que salgo al exterior porque sinceramente no tengo color por parte de los rayos UV. Respecto a mi forma de vestir, sinceramente no soy muy cuidadosa en eso, de hecho, no le tomo nada de sentido estar arreglándome o vistiéndome lo suficientemente bien si me pasare toda la tarde en casa en donde estaré en mi mundo; eso sin tomar en cuenta las horas en que asisto a la Universidad.
Mis facciones no son tan notorias, constan de un rostro delgado y perfilado, cejas delineadas, ojos color verde y pestañas largas. Todo esto hace juego con mi largo y fino cabello albino, su largo va hasta mitad de mi espalda o un poquito más, la única cosa de mi cuerpo que cuido muy bien y que realmente me encanta, es donde paso más tiempo en peinarlo o arreglarlo, simplemente en eso.
Mi estilo de vida es muy sencillo, casi no estoy adentrada a la tecnología ni a las cosas que van ingresando día a día; un motivo es porque no contamos con las cosas necesarias para adquirirlos ya que nuestro nivel económico no lo permite, así que para entretenerme por las tardes recurro comúnmente a los libros, una de las cosas que sinceramente hacen volar mi imaginación, quieras o no, al fin de cuentas todo lo que ocurra en ellos siempre tendrá un final alternativo en tu propia mente y por si fuera poco eso te llevara a que vuelvas a leer el mismo libro e intentar aclarar por qué obtuvo ese final y no el que querías desde que finalizaste el primer capítulo. Tal vez vivir en una historia sea una de las mejores cosas que pueda existir; y de las cuales me gustaría pertenecer, ya que si el autor lo desea simplemente te arregla el estilo de vida y tus problemas económicos en cuestión de medio capitulo, y a pesar de que haga muchísimas cosas lo hará sin que se sienta extraño, sinceramente las cosas ahí si son tan distintas a esta estúpida realidad en la que vivo. Sinceramente siento demasiada envidia en estos momentos. Pero, en fin, continuemos.
Ahora, todo esto que acabo de describir de mí, son casi las mismas cualidades de mi hermano Akira, que según mis padres significa "persona alegre e inteligente" si, el único que no se puede quejar de su nombre ya que le queda perfecto; ignoremos lo alegre, es decir, es hombre, le queda a la perfección incluso todo puede hacer a la perfección. Y lo sé, porque la gran indiferencia de géneros se encuentra aquí en este pequeño pueblo en las afueras de Rusia, así que desde que él nació siendo hombre toda la vida se le ha facilitado, desde no hacer nada en casa hasta tener casi un trabajo asegurado.
Él es de mí misma edad, ambos tenemos dieciocho años, es unos centímetros más alto que yo; por obvias razones, mide alrededor de 1.80 metros, a mi simplemente réstenme 10 cm y sabrán mi estatura. Ya ambos somos unos "adultos" en cuestiones legales, respecto al estudio, como antes mencione apenas ingresamos a la universidad, pero volviendo al tema de la adultes, siempre me he preguntado cuando es que realmente comencé a serlo. Tal vez cuando todo el peso de la familia recayó sobre mí; desde siempre, así que ahí empecé a ser más madura y responsable. Sin mencionar que no tengo casi ningún recuerdo de mi madre y agradezco no tenerlo, sería un recuerdo nostálgico y a la vez odioso, no me agradaría recordar el rostro de aquella mujer que nos abandonó.
Una voz interrumpió mi pensamiento - ¡Arriba pequeño! - Exclamó Akira, mientras entraba todavía risueño a la habitación.
- Ahh, pero no quiero ir al colegio, preferiría que Amira asistiera puntual a la universidad, o me voy solo. Me portare bien, lo prometo - Luka se sentó sobre la cama y me observó fijamente.
Al escuchar eso solté una risa - Tranquilo, solo es una clase la que pierdo por llevarte al colegio, podre recuperarla el siguiente año. Así que no te preocupes por ello - Me acerqué hasta la cama donde se encontraba y me arrojé a un lado de él mientras pensaba; no será la primera y última clase que perderé dentro de estos cuatro años, pero prefiero llevarlo directamente yo al colegio que pase por algún peligro.
- Aun así... no me gusta ser la razón del porque las pierdas, creo que ya puedo manejarme por mi propia cuenta e ir directamente al colegio sin ningún problema - Luka enseguida se levantó y corrió hasta donde se encontraba Akira.
- Bueno, tal vez si tuviéramos dinero las cosas serían distintas, tendrías tu propia niñera, nuestra propia recamara e incluso alguien que se encargue de la comida, así Amira, no perdería ninguna clase y las cosas serian muy pero muy diferentes - Suspiro Akira mientras caminaba por el pasillo que conducía al baño. - pero bueno, no se vale soñar de más -
- Tu primero deberías de empezar a decir esas cosas frente a Luka, no entiendes que lo haces sentir todavía peor - Fui hasta donde se encontraba mi hermano pequeño y acaricie su cabeza - Tranquilo, he dicho que la repondré el próximo semestre, ahora, es mejor que te vayas a cambiar o los dos terminaremos quedándonos en casa y ahí si estaré en problemas escolares -