Hasta el momento las cosas han estado normales, al menos mi rutina no ha cambiado luego de aquella platica, aunque debo de admitir que no he hecho tanto esfuerzo por el desayuno. Ya que Akira últimamente ha llegado con diversas cosas para la comida, es extraño despertar y tener lo necesario para preparar algo sencillo y rápido, así mismo me sobra tiempo para tomar una ducha antes de llevar a Luka al colegio lo que me lleva ¡por fin! a alcanzar mi primera clase. Así que, pensando mejor las cosas, si, en efecto ha cambiado.
Claro que para recuperarla fue difícil, pero era rogarle al profesor o tener más listas de materias para el siguiente semestre. Así que no me quedo de otra más que hacer todos los ejercicios de la semana en casi todo un día.
Esta mañana todos estábamos listos para salir de casa, cada quien con nuestros respectivos almuerzos y con el tiempo suficiente para salir. Aun sigo dejando a Luka en el colegio, pero como he mencionado ya cuento con la oportunidad de tener más tiempo libre y no voy tanto contrarreloj.
- Entonces ¿Qué opinas? ¿Estarás de mi lado o todavía te harás la chica inocente?, cosa que no te queda ya... eh, disfrutas mucho de las cosas de otros - refiriéndose al dinero que gasta para yo utilizar las cosas - Akira se acercó por mi espalda - Tú entiendes, no apoyas en nada y aun así tengo la amabilidad de compartir mis cosas contigo, creo que ya es tiempo de escuchar que estas de mi lado -
Entrecerré la mirada luego de escuchar sus comentarios.
- ¿Qué no apoyo en nada, bastardo inútil? Como si tu hubieras apoyado durante todos estos años que han pasado, ¿o se te olvido quien ha tratado de sacarlos adelante? Pero supongo que ya es hora de que lo acepte, pero ten en cuenta que si lo hago es para que dejes de molestar, porque no entiendo que ganas o en que te beneficia el que yo acepte, pero está bien... agregando de que no dejas de preguntas eso día a día y sinceramente ya me esta cansando -
Dio varios pasos al frente y se situó delante de la puerta.
- Porque así me quedo satisfecho de que no le dirás a ninguna de ellas, es algo así como una promesa y así sé que no vas a meter tu narizota donde no debes. - Guiño y salió de ahí.
- Como siempre, creyéndose el mejor de todo... ni siquiera respondió lo primero que le pregunte. - Pensé mientras tomaba tanto mis cosas como las de Luka, estando todo listo nos fuimos directamente al colegio y de ahí me marché a mis respectivas clases.
Luego de algunas horas las clases terminaron y volví por mi hermano pequeño, pasamos a comprar las cosas necesarias para la cena y comida de mañana antes de volver a casa.
Habíamos tardado lo suficiente ya las lámparas empezaban a iluminar la oscuridad; algo que nunca pasaba ya que anteriormente solo íbamos por lo esencial, pero esta vez fuimos por algo un poco más surtido. No obstante, antes de llegar me percaté que frente a nuestra puerta se encontraba la silueta de alguien; ya que la de Akira era diferente. Esta era alta, sutil he incluso podría mostrarse pacifica -Que inusual... es raro que alguien nos visite y más a estar hora. Para evitar cualquier cosa creo que me quedare al pendiente de mi hermano - Me dije a mi misma sujetándole los hombros a Luka sin dejar de prestarle atención a aquel individuo.
Cuando llegué a la entrada de la casa dejé las cosas a un costado de las escaleritas y me detuve frente a la extraña.
- Buenas noches... ¿Buscas a alguien? - Pregunté sin soltar a mi hermano. Sigo sin confiar en las personas y más ahora que mi hermano mayor anda haciendo de las suyas.
Al escuchar todo el ruido que hacía al acercarme a ella dio un pequeño salto como cual gato. - ¡Ay, perdón!, Buenas noches, este... sí, perdón por interrumpir a esta hora, estoy buscando a Akira, creo que esta es su casa ¿no? -
La lámpara de calle que se encontraba a mis espaldas no dejaba ver por completo mi rostro; gracias a la sombra que esta daba y la oscura noche, pero si me dejaba ver con detalle el de la chica que estaba frente a mí. Por como venía vestida podía afirmar con certeza que se trataba nada más y nada menos que de una chica de clase alta así que seguramente se trataba de alguno de sus ligues. Una camisa larga de color negro, jeans de mezclilla y unas botas largas del mismo color de la camisa, eran el conjunto que vestía en ese momento. También traía una clase de bolso que no sabía identificar si se trataba de una mochila o un bolso casual ¿o un casco? Si de rasgos faciales se trata, esas pestañas largas hacen excelente juego con ese par de ojos color miel, cejas delineadas, nariz respingada pero suave, labios delgados cubiertos de una suave y ligera pintura de labios rosa, su cabello es de color negro azabache mezclado con un par de mechas azules, con un largo aproximadamente hasta por debajo de los hombros.
- ¿Qué tengo que decir en este momento? ¡Negar o afirmar... ahhg! Maldito Akira, en que lio me has metido - Pensé sin decir nada al respecto.
- ¡En efecto! Aquí vive y es mi hermano ¿Para qué lo buscas? ¡¡Eres su novia!! - Luka expresó emocionado. Por lo que actué de inmediato y cubrí su boca. Había olvidado que había una tercera persona en este momento.
- Sí, lo soy, pero tiene algo de tiempo que no lo veo, por lo que me gustaría hablar con él o simplemente dejarle un recado. Si le pueden mencionar que he venido a buscarlo y que si sigue sin aparecer me tomare la molestia de venir frecuentemente por aquí. Creo que no es mucho pedir, ¡por favor! Estaré una semana por aquí así que espero tener respuestas de él lo más pronto posible - Sonrió, para comenzar a caminar hacia la calle; ya que como menciono se encontraba en el pequeño descanso frente a mi casa. -Por cierto... ¿será que tú también eres su hermana o algún familiar? -
- Claro, yo le hago llegar su recado... - La observe fijamente - Y sí, soy su hermana. - Arque mi entrecejo y suspire. Solo espero que no empiecen a llegar de esta manera sus supuestas novias porque entonces si tendremos problemas.
- Ya veo, un gusto, entonces confió en ti... - Exclamó mientras levantaba aquel bolso el cual si resultó ser un casco y subió a una motocicleta. Al poco tiempo desapareció a lo lejos.
Volví a tomar las cosas que antes había dejado sobre el piso - ¡Venga Luka entremos a casa! - Dije mientras lo empujaba de manera graciosa. Cuando cerré por completo la puerta escuché la risa de Akira venir desde la sala, así que todo este tiempo estuvo aquí adentro.