Capítulo 7 Secretos...

Natalia

- ¿Qué quería el dragoncito? - dijo mi hermano cuando volví a casa.

- Saber algo - dije sin dar más detalles. Deje el Grimorio sobre la mesa y repare a mi hermano, tenía un machete y estaba vestido para salir. - ¿A dónde vas?

- A ver que ese chupasangre cumpla su palabra, si no está fuera aquí a la hora que el dragoncito le dijo, voy a cortarle la cabeza, no voy a andar con rodeos.

Sonreí. Eso era divertido, mi hermano quería ser un cazador.

- No eres un cazador.

- No, pero se cortar una cabeza - me sonrió. - Sí más de ellos vienen, tendré que llamar a los cazadores, romper el tratado.

- Esperemos no llegar a tanto - tome de nuevo el Grimorio y palmeó su hombro. - No llegues tarde para cenar.

- No lo haré.

Sin decir más se fue.

La gran mansión Campbell estaba protegida contra cualquier ataque e impedía a cualquier criatura atacar en el interior de está, por algo se volvió un punto de reunión para el consejo. Cuando madre murió, fui yo quien tomó su lugar en el consejo, sé quienes pertenecen, más no puedo decir en quienes confío.

Me dirijo a la biblioteca y no la que está a simple vista, la biblioteca que está oculta para el ojo de cualquier ser, pongo mi mano sobre el gran estante de libros y al reconocer mi sangre, se ilumina una luz morada y se abre una puerta. La biblioteca donde mantenemos todo lo oculto, cada libro de hechizos, cada grimorio, había un lugar reservado para el libro de los condenados, pero por desgracia ese libro era de una bruja más poderosa que yo, la madre de Alister.

Alister. Ese hombre me impresionó realmente, pocas veces compartimos palabras y en más de una ocasión fue por la fuerza. No somos amigos, pero ambos sabemos que estamos a la disposición del otro, ya que fui yo quien le ayudó a comunicarse con Azuba para despedirse.

Tras dejar el Grimorio en su lugar, mis dedos comienzan a pasar por cada libro que está ahí. Alguno debe decir algo sobre los dragones. Alister por poco y me descubre, pero estaba investigando sobre la conversión de un dragón adulto, no lo hago porque alguien me dijera sino porque puedo percibir que Alister carga con un gran fuego que lo está consumiendo, la bestia quiere salir pero no lo hace, solo tortura su alma. Me preocupa que termine como Azuba, es lo que menos deseo, porque nos guste o no aceptarlo, todo el mundo sabe que es mejor tener al poder un dragón que un vampiro o un ser humano. Alister debe ganar el poder, pero debe ser un dragón, sino, nunca lo hará.

Ahora, esa chica que describió. Lo hizo con tanta precisión y la forma en que hablaba de ella, no quería decirlo pero él está enamorado de una chica que puede ni exista aunque eso sería tonto pues un dragón no sueña, esa chica es una visión, así que es real. Pero ¿qué criatura puede ser tan poderosa para domar a un dragón que ni siquiera se ha convertido aún? Debe ser muy poderosa.

Una sirena es imposible, ellas siempre se mantienen lejos de los dragones. Una elfa también es imposible, además de que hay muy pocas.

Una bruja tampoco puede ser, aunque seamos muy poderosas no tenemos tanto poder para tener a un dragón de ese modo.

Creo que pasaré mis días investigando sobre alguna criatura con el poder de enamorar a alguien como Alister. Aunque debo admitir, podía ver su cambio cuando habla de ella o piensa en ella, es como si tuvieran un vínculo y ese vínculo le trajera paz y serenidad a Alister.

- Bueno mamá, es hora de saber que tan buena bruja creaste.

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Karpov

Castlebrook, el lugar con más seres sobrenaturales, este lugar tiene una gran carga mágica, Iervinth sí que supo aprovechar este lugar y crear todo esto. No olvidaré a ese hijo de puta, doblegó a todos los míos por capricho y los quemaba vivos por mera diversión, por algo le decía El Bárbaro.

Pero él ya está muerto, nadie supo cómo murió, solo se esfumó y dejó a la deriva a Boris, le sienta tan bien los años al cabrón, pero es divertido que su único hijo con vida no sea un dragón aún. Eso es una gran ventaja, Boris puede ser sometido, en todos estos años hemos descubierto muchas cosas y doblegar al único dragón existente será pan comido. Alister no podrá hacer nada, no tiene ni los colmillos para hacerlo.

- Darnell está rondando la zona con un machete - dijo Henry cuando regresó conmigo, con un vaso de sangre pura, conseguida del hospital claramente. - Disfrutala.

Divisó a Darnell con un machete, un brujo que es cazador, vaya sorpresa. Aunque quiera hacer algo, no lo haré, no es mi tiempo y todos lo verían como una amenaza, aunque si soy una amenaza.

Le doy un trago al vaso con sangre, no me agrada mucho el sabor de la sangre que ha sido refrigerada, pero es lo único que hay por el momento.

- ¿Cual es el plan?

Henry está desesperado por saber qué haremos, acudió a mí porque está desesperado. Sinceramente ni lo hubiera ayudado, es más mortal que un ser humano, su magia no le hace cosquillas a nadie, no es más que un mago de circo, pero es mi chance de joder a todo Castlebrook.

- No haré nada, por ahora. Todos van a esperar que haga algo, y tú mismo te metiste en boca de todos, no tendrá el apoyo de nadie por mí.

- Pero...

- No he terminado - vuelvo a darle un trago a la sangre. Toma mejor sabor con cada trago. - Tú vas a quedar en el poder a cualquier costa, me encargare de eso. Los dragones no serán un problema, porque claramente solo hay uno, Alister no es nada más que un ardido, literalmente - sonreí divertido. - Es la oportunidad que los míos han estado esperando, y tú no la has dado. Es por eso que te ofreceré la inmortalidad.

- ¿De qué hablas?

Castlebrook tiene prohibidos a los vampiros, pero ¿qué pasará cuando un vampiro ya esté entre ellos? No puedo meter a nadie de los míos por obvias razones, Henry es mi única opción fiable, si después no me sirve, puedo deshacerme de él sin problema.

- No puedo meter a ningún vampiro aquí, claramente, pero ¿qué pasa si el candidato ya es un vampiro?

- Me vas...

- Sí, te voy a convertir. No ahora, necesitamos conseguir tiempo y tienes que dejar que Alister vaya ganando puntos, nadie espera un golpe severo.

- Me gusta - sonrió tras procesarlo todo. - ¿Cuándo me convertirás?

- Sé paciente, consigue a tu gente - me termine la sangre. - Vas a estar en el poder, te lo aseguro.

Henry es tan manipulable que no me sorprende que sea Alister el mejor psiquiatra.

¿Por qué quiero el poder del Smile? Muy fácil, en ese lugar está lleno de locos mentales, pero no solo seres humanos, la mayoría son seres sobrenaturales y cualquiera que los tenga bajo su poder puede gobernar lo que sea. Cada uno de esos desquiciados mentales son poderosos, mucho más que cualquiera de nosotros, asesinos sanguinarios, sin alma, sin conciencia, perfectos para una guerra y es justo lo que yo quiero y necesito.

Es momento de vengar a los míos, hemos pasado muchos años en las sombras, pero es momento de que todos sepan que los vampiros somos más poderosos que cualquier ser.

Además, en poco tiempo me casaré con una hermosa mujer, lo que me pondrá en la cima del poder. Aunque es humana, puedo hacerla inmortal y la han vendido a muy buen precio, los Bloodsnout han sido casi de la realeza desde la antigüedad, seres mágicos y poderosos, aunque Lena sea humana ya que la adoptaron, posee una hermosura que doblega a cualquier hombre. Veintidós años es la edad de la chica, será mía a toda costa, es una pieza fundamental para esto. Porque es a ella a quien quiero a mi lado para el poder total.

- Tú solo espera mi llamada - concluyó. - Fue un gusto Miller, nos veremos pronto.

Henry no dijo nada más, no tenía que decir. Manipulable y estupido, pero es mi pase fácil para acabar con esta ciudad de mierda.

Cuando salgo me encuentro con Campbell, conozco quienes son y los respeto, no me metería con ellos, al menos no estando solo y no estando en su territorio.

- No sabía que también eras cazador - digo, mientras rodeo mi auto.

- Fui entrenado con los cazadores que los empujaron a volver a las sombras - sonrió mirándome. - Será mejor que te largues, ya casi son las 18:00 horas.

Sonrió y subo al auto. Me gustaría provocarle, pero ahorrare todas mis energías para cuando pueda enfrentarlo.

- Nos vemos pronto Campbell – le doy un guiño y arranco el auto.

Nos vemos pronto, Castlebrook.

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Darnell

Odio los vampiros, los detesto, los aborrezco. Odio a más criaturas, como las sirenas que solo engatusan a los hombres, pero los vampiros serán los que odie de por vida y a Dante, son las únicas criaturas que odio.

Cuando regreso a casa, no escucho ruido alguno, debería de estar la cena lista pero no hay rastro de mi hermana en la cocina. Hoy era su turno, a mí me tocó toda la semana, seguramente está en la biblioteca es donde ha estado estos días encerrada. Dejo mis cosas en su lugar y me encamino a la biblioteca, de inmediato siento como la carga de energía cambia, poso mi mano sobre el estante de libros y abro la puerta.

Todo está iluminado con las luces del candelabro, veo a mi hermana con tres libros abiertos, en posición de flor de loto los ojos cerrados, está levitando y las velas que la rodean llegan a agitarse.

¿En qué está metida está loca ahora?

No puedo dejarla sola porque empieza a descubrir nuevos hechizos, temo que un día ni pueda entrar a la casa porque la embrujo. Pero debo comprenderla, ella es la que tiene más carga espiritual, es la más poderosa de los dos, es obvio que siempre esté estudiando cosas nuevas y más ahora, no podemos estar desprotegidos por los vampiros.

En un momento las velas se apagan y me da un susto de muerte al verla de pie cerca de mí.

- Maldición, no hagas eso.

Me sonríe como niña pequeña en un parque de atracciones. Soy su juguete.

- ¿En qué estabas?

- Investigo cosas, los espíritus no dicen mucho - suspiró y cerró los libros.

- Puedo ayudarte - me acercó a ayudarla y veo los libros que tiene abiertos. Entre ellos uno que habla de Lilith. - ¿Quieres ver a la madre de todos los demonios?

- Solo quiero hablar con ella.

- ¿Sobre?

Natalia se detiene un segundo, deja los libros en su lugar y me mira, como si analiza en qué decirme o cómo decírmelo. Soy el mayor, pero siempre me han tratado como si fuera el pequeño, cuando es mi responsabilidad cuidarla.

- Solo habla Nat.

Suspira y se resigna.

- ¿Qué sabes sobre las Ninfas?

No pestañeo y contengo el aire.

- ¿Qué no son un mito? Incluso para nosotros son un mito.

Las Ninfas eran hermosas mujeres, su belleza era divina y demoníaca, los hombres caían rendidos a ellas, eran consideradas deidades, les daban hijos hermosos a los dioses.

Pero nadie en su puta vida vio una, ni siquiera los más viejos han visto una Ninfa. Son un mito.

- Nosotros somos un mito y existimos - me miró. - Hablo en serio, un Ninfa tendría el poder de doblegar a un dragón.

- ¿Qué? ¿Acaso dragoncito está con una Ninfa?

- No entiendo porque le dices dragoncito, pero no. Solo investigo qué criatura sería tan poderosa para doblegar a un dragón, que no sea una bruja o una sirena.

- Una sirena no podría, solo una bruja sumamente poderosa, y aún así, mira lo que le pasó a su madre - la observó un momento, es como si quisiera descifrar algo. - ¿Me dirás que ocurre?

- No hasta que yo lo sepa.

Naturalmente, primero ella debe resolverlo y después decirmelo. Como siempre.

- Le digo dragoncito porque es el último dragón - respondo su pregunta cuando salimos de la biblioteca.

- Pero ni siquiera es un dragón.

- Todavía no lo es, pero lo será, de él depende que no nos vayamos a la mierda.

- ¿De qué hablas?

- Los dragones son egoístas, pero siempre han protegido a los seres sobrenaturales, lo has visto hoy, sin la protección de ellos somos más vulnerables. Es por eso es que dragoncito debe tomar el poder del Smile, para que ninguno de esos locos caiga en manos equivocadas como las de un chupasangre.

- Alister será un peligro cuando se convierta en dragón, porque ni yo dudo que llegue su conversión, he investigado sobre eso con tal de ayudarlo.

- Yo también me he tomado tiempo para dragoncito, pero más que ayudarlo para su conversión, me concentro en como controlarlo, nadie está tan loco como para montar al dragón y controlarlo. Busco una manera de tenerlo con correa, pero sin que lo sepa.

- Nos matara si lo sabe.

- Por eso jamás lo sabrá - sonrió. - Vamos a cenar, muero de hambre.

            
            

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