7 meses después.
05/09/2014.
2:45 pm.
Han pasado varios meses inexplicables, por primera vez siento que vuelvo a casa, nada de viajes o nuevos trabajos, solo un lugar, una casa estable, amigos que siempre están conmigo cuando Papá y Kristen se ven muy seguido, van a cenar juntos los fines de semana, a veces me quedo a dormir en casa de Dina para no estar sola o ella y Thiago se turnan para ver películas conmigo una noche entera. Keith y Jacob son las personas más divertidas, la primera vez que me vieron se comportaron muy extraño, algo me dice que también conocen a mi madre no de una manera tan buena, lo digo por su actitud y como trataban de esquivarme cada vez que conectábamos miradas, aun así, después de unas horas con ellos no había quien los parara, es algo difícil preguntarles sobre ese tema, no los veo por su trabajo como lo mencionaron Eitan y Dina, siempre que pueden, me siento mal por ellos, ambos tienen a sus padres juntos pero verlos es casi un milagro, desde que los conocí sentí esa conexión de "que algo teníamos en común".
¡¡Por fin Vierneeees!! amo los viernes...
Salimos de un pesado día de clases, trabajos y tareas directo a la biblioteca, de clases pesadas a tratar de elaborarlas y así librarnos de algunas de estas para celebrar con tranquilidad el fin de semana, ya un ritual para nosotros. Thiago y Eitan habían conseguido algunos libros para comenzar, ellos obviamente en un nivel superior al nuestro; había sido la primera en terminar después de una hora y media pasando libros y páginas de un lado a otro con aquella carga que según los profesores son el mejor repaso para un examen, algo aburrida decido ver algunos libros para poder leer, no acostumbraba a buscarlos me daba vueltas el mundo con tantos nombres y me volvían loca muchos interesantes que no podía leer por falta de tiempo, no quedaba de otra los demás aun no terminaban su tarea, me sorprendí al ver un estante viejo, lleno de telarañas, era poco común ver algo sucio en este lugar a pesar de los desórdenes que hacen los estudiantes todos los días era un lio en verdad, hasta podría decir que daba miedo y olía a madera húmeda, nunca lo había visto aquí o quizá estaban haciendo limpieza, ordenando libros viejos guardados en algún lugar del instituto, solo sé que había un estante más en aquella biblioteca. Me acerco tratando de mirar hacia donde estaban los chicos entretenidos con algo en la pequeña computadora de Thiago, iba a llamarlos pero no quería que la señora de lentes media luna me sacara con un "sssh" lejos de ahí, mi vista cae en un libro lleno de polvo, su cubierta de color marrón apenas se distingue de tanta suciedad, paso mi mano tratando de sacudirlo cometiendo un gran error ya que una nube se alza hacia mi nariz y boca. Varias letras doradas estampadas en su portada revelan el título del libro.
Diario de Wesley Bloom.
Reí algo extrañada ¿Bloom?, ¿acaso es en serio?, por primera vez veía mi apellido en un libro, en este caso un diario como dice su título. ¿Me pregunto de que tratará está historia? Quizás la profesora Natalia Stewart, una mujer alta y muy delgada... tanto como para ganarse el apodo "varillita". Su nariz puntiaguda sostiene sus lentes grandes y cuadrados que agrandan sus ojos verdes oscuros cuatro veces más de lo normal, sus manos se juntan una encima de la otra frente a su estómago dejándolas caer de una manera extraña ya que son algo grandes y huesudas, esto lo hace una vez comienza a caminar de un lado a otro, alzando su barbilla para observar a sus alumnos quienes no dejan de observar sus mal pintados labios de color rosa chillón que al igual que su pelo de un tono amarillento a causa de un mal tratado tinte era todo un desastre. Trajo algunos libros nuevos con historias de varios años atrás, como lo menciono en una de sus clases de literatura, algo de donar libros a la biblioteca. Vuelvo a mi asiento aun sacudiendo el polvo restante del pequeño libro.
-¿Eso es un diario?-. Dina apunto con su dedo índice y un rostro acusador, Thiago y Eitan se acercaron algo curiosos.
-Espero que no sea de una chica de esas calentureadas-. Dina lo golpeo la parte de atrás de la cabeza a Thiago -deben dejar de hacer eso-. susurra con enojo, niego mirándolo solo a él. "Thiago y sus ocurrencias".
-Tonto-. Le susurramos los tres al mismo tiempo, él nos fulminó con su mirada sin nada más que decir.
-¿Bloom?-. mire a Eitan y asentí -Eres famosa ¿Eh?-. Suelto una risilla.
-Lo encontré lleno de polvo en uno de los estantes nuevos, no sé quise leerlo, tal vez sea de la profesora de literatura.
-No me sorprende, tiene tu apellido ¿Quieres saber que dice, cierto?-. sonrió con malicia. En realidad sólo era la curiosidad de un libro abandonado
-¿Y si lo abrimos de una buena vez?-. Dina sacudió sus manos con ansiedad, alzó un poco su voz ganándose un "Sssh" por parte de la bibliotecaria.
-Vamos abre el diario tengo curiosidad también, tal vez se trata de un tatarabuelo-. Animó Thiago sonriente. Niego de nuevo por tal ocurrencia.
Tres pares de ojos me observaban con impaciencia, descubrir el contenido de aquel diario se convirtió en unos minutos de una gran aventura, dejando de lado nuestros deberes abrí el libro con toda paciencia las páginas en blanco me dejaron algo confundida, algo decepcionada, después nos dejó aturdidos a todos... unas luces blancas iluminaron el libro desde su interior, aparecieron como luciérnagas en la noche... como una explosión -alguna broma de uno de los estudiantes del instituto-. Dentro de la biblioteca las paredes comenzaron a temblar fuerte haciéndonos caer todos al piso, manos piernas, bolsos encima de mi golpeando mi cara, me aterraba más estar debajo de la mesa y que una pared nos aplastará que aquel acto que había presenciado hubiera sido real. Muchos de los libros cayeron al suelo, los gritos de los que estaban en la biblioteca y fuera de ella empezaron a correr con desesperación, en cuestión de segundos la sirena de emergencia empezó a sonar alarmando aún más a los que se encontraban adentro, la mujer de lentes de media luna comenzó a gritar que saliéramos del lugar con rapidez, algo casi imposible con semejante susto y unas piernas de gelatina.
-¿Están bien?-. Preguntó Dina asustada, con su voz a dolorida, haciendo un esfuerzo por ponerse en pie.
-Eso creo-. intente mover mis piernas -me caíste encima-. Hable casi sin aire al moverme con más fuerza.
-¡¡Oh!!, como lo siento-. Dina se coloca en pie de inmediato a ayudarme de aquel trágico accidente.
-Solo un pequeño golpe-. Thiago gimió de dolor -en mi trasero-. Eitan empezó a reír por unos segundos, más la cara envenenada de Thiago lo obligó a parar y ayudarlo a levantarse. Tomo mi mochila con rapidez, estabilizando nuestros cuerpos para salir del lugar hecho un desastre. Muchos gritaban asustados lo que no ayudaba en mucho para mantener la calma, la sirena no dejaba de sonar, mi celular al igual que el de Thiago comenzaron a timbrar... ya podía adivinar quienes eran.
-¿Hola?-. Dijimos Thiago y yo al unísono.
-¿¡Hija!? ¿Dónde estás? ¿Estás con los chicos? ¿Están todos bien?-. Su voz estaba agitada.
-Estamos bien papá, estamos saliendo de la biblioteca, no te preocupes vamos para allá-. Terminé la llamada, Thiago hacía lo mismo a mi lado.
-Vámonos de aquí-. Sin chistar salimos a toda prisa hasta el estacionamiento siguiendo a Eitan, evitando ser empujados por la multitud de chicos que corrían espantados, de un lugar a otro. Ya en el estacionamiento Papá tenía el auto listo para irnos al igual que Kristen, abrieron las puertas para subir y ponernos en marcha sin espera de nada, mire a los chicos por última vez, se veían preocupados por algo que Kristen había dicho, Eitan por otro lado solo logro decir que a las seis nos veríamos en mi casa, colocando sus seis dedos en la ventana y luego apuntando hacia mí, moví mi cabeza con rapidez ya que papá se había puesto en marcha, secando un poco de sudor en su rostro preocupado con tal desastre. Esta vez maneja con más prisa de la que acostumbra, sus manos se aferran al volante hasta volver sus nudillos blancos, intento decir alguna palabra pero me arrepiento de inmediato, quien sabe que podría suceder si lo despierto de su estado. Llegamos a la casa tan rápido que temía fuéramos a estrellarnos por ahí en algún árbol o tienda, fue ahí donde esté suspiró con tranquilidad y secó el resto de sudor en su frente.
-¿Estás bien?, ¿Sucedió algo?-. Este me mira de pies a cabeza, coloca rápidamente su mano en mi mejilla izquierda negando.
-Disculpa que actuará de esa forma, nunca pensé que pasaría esto. Cuando salí al exterior y no te vi casi muero de la preocupación, ni siquiera te recordé.-solté una risa nerviosa.
-Vamos papá, ya me acostumbré a las reglas de seguridad de todos los institutos, sé cuidarme sola. Hubiera hecho lo mismo, fuera de esa locura no se puede ni pensar más que salir para estar a salvo-. Este resopla con cansancio y con una media sonrisa besa mi frente.
-Como digas, no volverá a pasar-. Abro la puerta del auto para salir al igual que él lo hace -ahora debo llamar al instituto, avisé de mi retirada pero quiero ver si necesitan nuestra ayuda, creo que el trabajo sobra en ese lugar-.
Asiento y dejo a papa mientras abro la casa dirigiendo mi cuerpo tembloroso al baño, tratando de aliviar el temor con una larga y relajante ducha, lo sucedido en la biblioteca había logrado dejar mi piel de gallina de nuevo. Es estúpido, tal vez una broma de algunos gorilas infantiles del equipo de fútbol, siempre asiendo bromas por doquier pero el temblor, ¿Una casualidad quizás?.
Salí del baño con pocas ganas de vestirme, pensar en alguna excusa para eso que pasó me estaba empezando a generar dolores de cabeza. Un short blanco de dormir y una camisa de Thiago negra con las iniciales "TYM" fue suficiente para vestirme, las veces que se ha quedado deja olvidada sus camisetas así que me obsequio una cuando las devolví a su casa, un recuerdo para espantar la soledad según sus ocurrencias. Observo el reloj que marcaba las 5:46 pm, papá se marchó al instituto apenas llamo al director para ver cómo iba la situación, mencionó algo de ayudar a la secretaria a ordenar los papeles y registros que se encontraban por toda la oficina, algo extraño ya que se encontraban en cajones bajo llave. También escuche que necesitaban personas para ordenar otras partes del instituto y seguir normalmente el lunes, los exámenes finales se acercaban, perder el tiempo no era una opción. Ya me veía juntando libros y sacudiendo el polvo, que gran trabajo... el timbre me saca de tales pensamientos, los chicos habían llegado.
-Hola de nuevo-. Estaban tan abrigados que parecía que no podían caminar -pueden colocar los abrigos en el sofá, no hay problema, veo que hace frío-. estos se miran entre sí y empiezan a quitar sus abrigos.
-Ni te imaginas, casi morimos de hipotermia cuando intentamos salir, parece que habrá una tormenta-. Eitan frotó sus manos intentando calentarse, luego lo siguieron Thiago y Dina.
-Suban a mi habitación les daré una manta-. Todos subieron temblando, yo los seguía unos pasos atrás, Thiago fue el primero en entrar y tirarse a la cama, tomando mi edredón para enrollarse como un taco, Dina toma uno de los sillones pequeños que papá me dejó para descansar, Eitan solo cerró la puerta cuando entre y se recostó en ella.
-¿Nos quieres asesinar?-. Me acerque a Thiago y lo golpe con suavidad en lo que creía era su hombro -¡¡aush!!, agresiva-. Lo emite mal. Mientras pasaba dos colchas a Dina y a Eitan en un intento de calentarlos. Thiago saco una mano del edredón acercando su mochila a él, lo miro extrañada mientras tomó asiento en mi silla giratoria cerca del escritorio, veo como intenta sacar algo con miles de intentos por encontrar lo que sea que fuera.
-Este diario-. Dijo sacándolo de su mochila con tranquilidad y colocando en la cama -hizo algo extraño o solo fue mi imaginación.
-¿Te robaste el diario?-. Dina lo miro asustada pero este solo se encogió de hombros -¡Thiago!, esta es una de las cosas más estúpidas que has hecho ¿Cómo piensas devolverlo?-. Toma sus mejillas con fuerza intentando no explotar, Dina era así.
-¿Por qué lo trajiste?-. Pregunte confusa, sabía que extraer un libro de la biblioteca era prohibido y causaría miles de problemas.
-¡Oh! No teman chicos, nadie notará la falta de un libro viejo y olvidado, además con lo ocurrido hoy, podría decir que lo tiré en mi mochila sin percatarme. Estaba tan asustado que ni siquiera lo noté-. Soltó Thiago con tranquilidad mientras Dina lo insultaba por lo bajo.
-¡Todos estamos en problemas!-. Mire mal a Eitan quien miraba furioso a Thiago, el "estamos en problemas" sonaba a muchos involucrados.
-Corrección-. Señala Dina con su dedo -Thiago es el que está en problemas, debes regresar ese libro antes de que alguien se entere, nosotros te cubriremos-. Asentí con orgullo por un momento hasta "te cubriremos".
-Espera-. Parpadee un par de veces -¿Nosotros lo cubriremos?, estás loca, eso dejaría más problemas.
-Estoy de acuerdo, él fue el imprudente-. Señalo a Thiago con cansancio -creo que debemos educarte-. Aprete los puños a lo que Thiago traga con dificultad y niega asustado.
-Aquí nadie educara a nadie, solo vamos a...-. El "click" de un seguro se escuchó en la habitación y no precisamente la de una puerta o una ventana... el diario.
El diario se abrió en unas de sus hojas en blanco nos miramos asustados mutuamente, Thiago saltó de la cama en un abrir y cerrar de ojos resguardando su rostro en la manta de Eitan quien estaba atontado mirando el diario.
Saltamos del susto al ver como unas pequeñas letras aparecían en este sin que nadie lo tocara. Dina se unió a nosotros arrinconado nuestros cuerpos a la puerta en un intento de huir...
-¡Cierra esa cosa!-. Susurro a Eitan quien negó al instante.
-Has lo tú Thiago-. Thiago lo miro mal y me miro a mí.
-Creo que me voy a ser pis-. Dina tapó su boca y señalo el diario.
Me acerque tomándolo en mis manos sin dejar de temblar y comencé a leer en voz alta...
Los cuatro jóvenes magos ya
están aquí, en el árbol
torcido cruzaran para detener
la maldad de la magia en la tierra.
Un árbol torcido será su pasadizo, este los llevara a la llave.
M.M.W.B.
Abajo del pequeño texto había unas iniciales y una estrella con esas mismas iniciales era como un tipo de firma que casi no era notable, sentí como un frío recorría mi espada y mire a los chicos en busca de una explicación a lo sucedido
-Esto debe ser una broma-. cerré el diario y lo puse en la cama este se abrió de golpe, en un intento de huir caí al suelo dándome un buen golpe para morir. Esta vez Eitan lo tomó y comenzó a leer sin miedo alguno, sin duda se trataba de una broma, sin titubear su voz o su pulso arruga su entrecejo con enfado a punto de hacer volar todo con la furia que emanaba.
Dice una profecía, que cuatro
jóvenes magos, vendrán de la
tierra de los humanos para detener
la magia del mal, para ello deben viajar al Mundo Manfort, el mundo de los magos...
-Vez, esto es una broma-. Dina comienza a reír como loca -bien hecho chicos, intentaré no matar a Thiago con eso de la "magia"-. Se burlo más fuerte. Thiago la empujó con suavidad.
-No es obra mía, yo no hice nada-. Thiago la miró molesto, mientras Dina alzaba su ceja izquierda de modo a que él dijera la verdad pero no rechisto, solo volvió su rostro molesto.
-Si es una broma-, me pare furiosa -no es gracioso-. Dina me miro nerviosa, no me gustaba enojarme pero tomarnos del pelo no lo permitiría.
-Pues yo no tengo nada que ver-. Hablo Eitan sin soltar el diario, sacudiendo este en el aire como una pandereta -así que Thiago tú lo vas a devolver, solo sin ayuda de , sin pero-. Sentenció esta ya colmando su propia paciencia.
-¿Chicos?-, Thiago hizo que los tres lo observáramos -vamos averiguar qué pasa con ese diario-. Imita la voz de algún dibujo animado en busca de una aventura pero a nosotros no nos causó gracia alguna, realizar todo ese montaje y pasar por semejante susto no era para jugar. Nos volvimos hacia él con nuestros ceños arrugados tanto como para unir nuestras cejas, Eitan se acerca golpeándolo en el ante brazo con poca fuerza, mientras sonaba la zona a dolorida según él.
-Tonto.