Amor es más que palabras
img img Amor es más que palabras img Capítulo 9 La generosidad provenía del temor
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Capítulo 16 Resolveré el resto por ti img
Capítulo 17 Una escapada milagrosa img
Capítulo 18 Déjame ir, por favor img
Capítulo 19 Enemigos destinados a encontrarse img
Capítulo 20 Mala suerte img
Capítulo 21 Edward Rickman img
Capítulo 22 Telenovela cursi img
Capítulo 23 En peligro img
Capítulo 24 Era él de nuevo img
Capítulo 25 Por qué me traes aquí otra vez img
Capítulo 26 Estás tratando de seducirme img
Capítulo 27 Ahora es diferente img
Capítulo 28 No tengo ningún interés en jóvenes inexpertos img
Capítulo 29 Espero que no repitas mi error img
Capítulo 30 Tienes que llevártelo img
Capítulo 31 Por favor, trasládelo a otro hospital enseguida img
Capítulo 32 ¿Así es como salvan vidas y curan a los heridos img
Capítulo 33 A menos que te arrodilles img
Capítulo 34 La muerte de Richard img
Capítulo 35 Tienes que pagar el funeral img
Capítulo 36 Marcharse con dignidad img
Capítulo 37 Soy tu padre img
Capítulo 38 Cocinaré para ti img
Capítulo 39 ¿Qué haces aquí img
Capítulo 40 Soy alguien así img
Capítulo 41 Castigo img
Capítulo 42 Vetada por Franklyn img
Capítulo 43 Debe de haber algo mal con él img
Capítulo 44 De verdad soy tu padre img
Capítulo 45 Certificado de matrimonio img
Capítulo 46 Llévame, por favor img
Capítulo 47 La sorpresa preparada por Renata img
Capítulo 48 Pillado con las manos en la masa img
Capítulo 49 Pasar la noche juntos img
Capítulo 50 La mañana siguiente img
Capítulo 51 Excepto matrimonio img
Capítulo 52 Olvido img
Capítulo 53 Mi jefa quiere verla img
Capítulo 54 Una advertencia img
Capítulo 55 Un buen nieto img
Capítulo 56 Directo a Irieding img
Capítulo 57 Jamás se enamoraría de nadie img
Capítulo 58 Casi dijo algo inapropiado img
Capítulo 59 Quién eres img
Capítulo 60 Edward no es solo un doctor img
Capítulo 61 Competencia img
Capítulo 62 Aumentar la dificultad img
Capítulo 63 Ganó img
Capítulo 64 Venganza img
Capítulo 65 Las pruebas img
Capítulo 66 No soy con quien debería disculparse img
Capítulo 67 La 'disculpa' img
Capítulo 68 En medio de la nada img
Capítulo 69 Estoy libre esta noche img
Capítulo 70 Está ella en tu auto img
Capítulo 71 Allen fue hospitalizado img
Capítulo 72 La casa de Allen img
Capítulo 73 Puedes vivir en mi casa img
Capítulo 74 Aléjate de mí img
Capítulo 75 Me voy al extranjero img
Capítulo 76 Debía dos millones img
Capítulo 77 Dedo cortado img
Capítulo 78 Quién es ese hombre img
Capítulo 79 Irse sin despedirse img
Capítulo 80 Volver a encontrarse con él img
Capítulo 81 Una situación incómoda img
Capítulo 82 Accidente automovilístico img
Capítulo 83 Qué niño img
Capítulo 84 La mejor elección img
Capítulo 85 La frágil Cassidy img
Capítulo 86 Podría ser vegetal img
Capítulo 87 La operación tuvo éxito img
Capítulo 88 Pensé que no eras estúpida img
Capítulo 89 No va a volver img
Capítulo 90 Es demasiado gentil img
Capítulo 91 El día de su boda img
Capítulo 92 Desapareció img
Capítulo 93 Amenaza img
Capítulo 94 Firma el contrato img
Capítulo 95 Se fue img
Capítulo 96 Qué coincidencia img
Capítulo 97 Págame img
Capítulo 98 Terriblemente grosera img
Capítulo 99 Los encontramos img
Capítulo 100 Darte un hijo img
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Capítulo 9 La generosidad provenía del temor

Cassidy se quedó desconcertada después de escuchar la respuesta inesperada.

Siempre había reconocido las capacidades, destreza e ingenio de Franklyn. ¿Sería posible que el susodicho realmente permitiera que una persona inconsciente se le escapara de las manos?

Eso más bien parecía una excusa elaborada o un débil intento de ocultarle la verdad e impedirle contactar a Alfred.

"¿Es realmente tan fácil para él huir? ¿O es que prefiere mantenerlo oculto a mi vista, porque guarda algún secreto?", preguntó Cassidy con una voz teñida de escepticismo y riéndose entre dientes.

Cassidy, quien por lo general era complaciente e incuestionable frente a Franklyn, por primera vez desafió sus palabras.

Al escuchar el audaz comentario de la chica, Franklyn la miró por el rabillo del ojo, y notó la sonrisa sardónica que había en sus labios.

Arrugando la frente, estaba a punto de replicar, pero en ese momento Cassidy le informó: "Ya llegamos. Muchas gracias por su ayuda hoy, señor Pierce".

Entre tanto, Brayan detuvo hábilmente el auto. Sin dudarlo ni un momento, la chica se bajó del vehículo y cerró firmemente la portezuela detrás de sí.

Con un golpe resonante, la puerta hizo eco al cerrarse, dejando a Franklyn con el ceño levemente fruncido.

En lugar de mostrar enojo, este observó con un toque de intriga la portezuela firmemente cerrada.

Brayan, por su parte, parecía algo inquieto, ya que percibió un dejo de inquietud en el ambiente.

A pesar de que Cassidy se había bajado varios segundos antes, Franklyn aún no le había dado instrucciones a su empleado. Haciendo acopio de valor, Brayan se aventuró a recordarle a Franklyn: "Jefe, ¿dónde desea que lo lleve?".

Franklyn se reclinó en su asiento y miró por la ventanilla. Luego, haciendo caso omiso a la pregunta de Brayan y con un aire de indiferencia, le ordenó: "Transfiérele la propiedad de la casa, entrégale un cheque en blanco y difunde la noticia".

Sorprendido, Brayan se volvió hacia su jefe. ¿Ese día Cassidy logró despertar la ira de Franklyn? ¿Acaso este último estaba contemplando cortar por completo todos los lazos con ella?

Sin prestar atención a la mirada de su asistente, Franklyn se reclinó en el lujoso asiento trasero, con los ojos entrecerrados muy levemente. "Vámonos. Todavía tengo que terminar de elegir el traje de noche".

La idea de recibir un obsequio de despedida de Franklyn tan rápidamente ni siquiera había pasado por la mente de Cassidy. Antes del anochecer, unos suaves golpes resonaron en su puerta, indicando la presencia de Brayan.

"Señorita Wright, esta es la escritura que certifica que ahora esta casa es de su propiedad. El señor Pierce me ordenó que se la transfiriera. Además, me confió este cheque en blanco para su beneficio. Puede escribir en él cualquier cantidad que desee".

Con eso, Franklyn demostró ser excepcionalmente generoso.

El día anterior le había prohibido a Cassidy que se apartara de su lado. Ahora, al enterarse de la posible participación de Maggie en el crimen de Alfred, Franklyn se desvinculó rápidamente de ella.

¿Acaso la generosidad del hombre provenía del temor de que Cassidy pudiera causarle algún daño a Maggie?

En el momento en que esa idea cruzó por la mente de Cassidy, una abrumadora sensación de represión surgió en su pecho.

Después de varios segundos de un silencio contemplativo, la chica levantó la cabeza y, con evidente gratitud le dijo a Brayan: "Gracias por darme el mensaje. Comprendo las intenciones del señor Pierce. Mañana mismo presentaré mi carta de renuncia".

Una expresión de preocupación se grabó en el semblante de Brayan, mientras miraba a la chica. Anhelaba ofrecerle algunas palabras de consuelo, pero ella lo despidió: "Bueno, ya quiero irme a dormir. Hasta luego".

Una vez que el asistente se marchó, Cassidy empacó rápidamente sus pertenencias y abandonó apresuradamente la propiedad de Franklyn, bajo el velo de la noche.

Las posesiones materiales y el encanto de la casa no la dominaban. Continuar viviendo ahí equivaldría simplemente a someterse a la humillación.

Después de haber pasado algunos años junto a Franklyn, Cassidy se dio cuenta de que no tenían futuro juntos. Por lo tanto, consiguió un apartamento modesto, abrazando una nueva independencia.

A pesar del tamaño modesto del lugar, en comparación con la enorme casa de Franklyn, Cassidy desarrolló un profundo cariño por su nuevo hogar. Dentro de sus muros, disfrutó de la libertad de emanciparse de los gustos y preferencias de Franklyn, creando un santuario que emanaba calidez y comodidad.

Después de la mudanza, y mientras la noche envolvía los alrededores, Cassidy se instaló en su nuevo refugio, permitiendo que el cansancio se apoderara de ella.

Fue en ese momento de reposo que su celular cobró vida, rompiendo el silencio. Al mirar la pantalla, descubrió que era una llamada de Renata Murray, su única confidente en la ciudad.

Después de haber estado en un viaje de negocios en el extranjero, el regreso de Renata era inminente. Sin mucha deliberación, Cassidy entendió el motivo detrás de la inoportuna llamada de su amiga.

Como Renata estaba bastante familiarizada con las vulnerabilidades de Cassidy, esta dudó en responder, por lo que la llamada se desconectó automáticamente. Poco después apareció en la pantalla del dispositivo un mensaje de WhatsApp de Renata.

El contenido del mensaje consistía en poco más que mordaces calificativos que describían a Franklyn, como bruto desagradecido, acompañados de la promesa de acelerar su trabajo para poder regresar al lado de Cassidy lo antes posible.

Esta última leyó el mensaje de su amiga con una sonrisa en las comisuras de los labios. Luego, escuetamente respondió: "Está bien".

El día había resultado sumamente arduo para Cassidy, dejándola completamente agotada, por lo que se entregó a un sueño profundo en la comodidad de su cama.

A la mañana siguiente, al despertar, descubrió que el sol ya brillaba alto en el cielo.

Inicialmente planeó enviar su carta de renuncia solamente por correo electrónico, sin embargo, poco después descubrió que sus colegas la habían estado buscando activamente a través del grupo de chat de la compañía. Después de reflexionar por un momento, reunió fuerzas para levantarse, perseverando a través del dolor y decidida a asistir a la empresa para el proceso de entrega de su cargo.

Cuando Cassidy llegó a la oficina, ya eran más de las diez de la mañana. Al enterarse de la inminente renuncia de la chica, sus compañeros se mostraron reacios a despedirse de ella, y Emely sucumbió a las lágrimas en el acto.

Se podría afirmar acertadamente que esta última fue la aprendiz de Cassidy, gracias a lo cual forjó una conexión que trascendió los límites de la mera camaradería profesional.

Los colegas de Cassidy albergaron sentimientos tan profundos por ella, que se mantuvieron firmes en su determinación de organizar una reunión de despedida en su honor. Su insistencia persistió hasta el punto de que a la chica le resultó imposible rechazarlos.

En consecuencia, hicieron una reserva en un encantador restaurante japonés, el cual fungiría como sede para la fiesta de despedida.

Una vez que la jornada laboral llegó a su fin, el grupo se reunió en el lugar designado, con el ánimo deprimido por la inminente partida de Cassidy. No fue hasta que esta última inició una serie de bromas divertidas, que el ambiente se transformó y se llenó de conversaciones animadas y risas cordiales.

Inesperadamente, en medio del diligente servicio de la camarera, le sobrevino un momento de desgracia, provocando un tropiezo repentino que resultó en un desafortunado percance: un plato de suculentas anguilas cayó en cascada sobre el pecho y el regazo de la agasajada...

            
            

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