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Ignoro el problema al menos por ese instante, era más importante irse de ahí para encontrar a Brandon. Se detuvo en el vestíbulo al encontrarse con algunos conocidos, chicos que la cortejaban aunque tenían parejas, cuando continuaron su camino, ella hizo lo mismo, continuo hasta llegar a un pasillo que llevaba al jardín, pensó en espiar un poco por las ventanas para verificar si Brandon estaba por ahí, pero en su camino se encontró con Henrieta Lars
Scarlett habló cordialmente con ella, porque la había visto espiar hacia el jardín, donde algunos meseros se preparaban para recibir al gentío en la carpa blanca y finamente decorada para la celebración, aunque pocos sabían a qué se debia aquel baile.
Henrieta se la llevo de vuelta al vestíbulo y ambas muchachas que era íntimas amigas de Melanie, empezaron a subir los anchos escalones y al topar con el fino reloj de madera de caoba del muro, escucho su nombre ser pronunciado en un tono bajo, se volvió y vio a Charles Wilson. Era un muchacho de agradable aspecto, cabellos negros y rizados, y ojos castaños tan puros y afectuosos como los de un perro
Iba bien vestido con unos pantalones color mostaza y una chaqueta azul y una camisa blanca que apenas se dejaba ver. Un leve rubor apareció en su rostro cuando Scarlett lo observo de pies a cabeza, porque era tímido con las muchachas. Como la mayor parte de los hombres en aquella fiesta, admiraba muchísimo la vivacidad y la desenvoltura de Scarlett. Hasta ese momento nunca habían cruzado más que alguna que otra palabra descortesía y por ello, al ver que tenía la atención de su chica soñada, se le cortó casi la respiración.
-¡Charles, que bueno verte!-pronuncio Scarlett forzando una sonrisa, para poder evitarle la pena de tener que ignorarlo porque eso era lo que quería hacer, no quería seguir perdiendo el tiempo con él ni con Henrieta, debia irse de alguna forma.
-Lo mismo digo-respondió Charles mientras le extendía la mano para estrechar la sueva piel de la mano de Scarlett y cuando ella respondió no pudo evitar suspirar.
-¿Has visto a tu hermana? -se atrevió a preguntarle pensando que tal vez él podía darle información sobre su paradero
-No-dijo aclarándose la garganta-pero puedo ayudarte a buscarla.
-Eso me encantaría, pero no quiero ser una molestia-respondió Scarlett solo por mera cortesía, sin saber que aquellas palabras que no significaba nada para ella, para Charles lo eran todo.
Él había soñado con ella dos veranos atrás, pero por ser más vivaz y coqueta nunca se atrevió a hablar con ella, por temor a que lo rechazara, por lo tanto, permaneció en las sombras admirándola en secreto.
Ciertamente, nadie había despertado las violentas emociones novelescas que siempre había tenido la ilusión de sentir. Deseaba ser amado por una criatura bella y fogosa, ardiente y traviesa, como lo era Scarlett, ella era todo lo que él deseaba y anhelaba, a pesar de ser tan joven.
¡Y allí estaba Scarlett, manifestándole que no quería ser una molestia, cuando él era la verdadera molestia, por no ser lo suficientemente valiente para expresarle sus sentimientos!
Intentó pensar algo que decirle, pero no pudo, aunque le agradeció que le permitiera esos segundos de grata conversación que Scarlett le había ofrecido. Aquello era demasiado hermoso para ser verdad.
-¿Te parece si te espero aquí?-sugirió Scarlett feliz de no tener que buscar a Melanie, aunque si prestaría atención de ver a Brandon-estaré con Henrieta, no vayas a coquetear con otras muchachas, porque soy sumamente celosa.
Esas increíbles palabras atravesaron el corazón de Charles, al punto de empezar a retroceder creyendo que debia cumplir el deseo de Scarlett a la mayor brevedad y mientras bajaba las escaleras, admiro sus espesas pestañas que bajaban deliciosamente sobre los ojos claros.
Cuando Charles desapareció en busca de su hermana, sus ojos se volvieron a encontrar con aquel hombre a quien había oído llamar Rhett, él se mantenía apartado, no muy lejos de Charles y efectivamente, había oído la breve conversación que ambos habían tenido porque volvió a sonreírle maliciosamente con la fiereza de un gato y sus ojos se fijaron en ella impresionado por lo que había escuchado y oído.
«¡Por dios» pensó Scarlett, indignada, le parecio que ese hombre la miraba como si la conociera de años y estuviera llamándola con la mirada, pero Scarlett que estaba acostumbrada a ser ella quien invocara la presencia de los hombres, solo se dio la vuelta y siguió escaleras arriba a Henrieta!
-¿Quién es ese hombre odioso que está abajo, el que se llama Rhett?-le pregunto Scarlett mientras avanzaba a paso lento por la barandilla del brazo de Henrieta.
-¿Cómo, no lo sabes, querida? -murmuró Henrieta, excitada, mirando de reojo hacia la planta baja donde aún se podía observar la figura de Rhett-es el comandante de Brandon, vino porque planeaba irse con él de vuelta a Iraq, pero claro, Brandon lo invito a posponer su viaje para poder disfrutar de la fiesta.
-Tiene aire de insoportable-añadió Scarlett mientras le echaba un ojo desde lo alto.
-Por supuesto que lo es, se cree la gran cosa, pero no eres la única que piensa eso de Rhett.
-¿De verdad?-pregunto Scarlett sorprendida creyendo que tal vez ese tipo en realidad era solo un pervertido que le gustaba observar a las mujeres.
-De verdad-asevero Henrieta.
-¿Qué es lo que ha hecho para merecer tal reputación?-quiso saber un poco más sobre aquel hombre.
-¡Si supieras!-expreso Henrieta emocionada por contarle un chisme jugoso a Scarlett-se llama Rhett Bucker, es de Charlestón, me parece que heredo el negocio de su familia, tiene bastante en el banco querida, incluso más que los Wilson, quizás podría comprar el pueblo entero si quisiera, pero lo que todo el mundo dice sobre él, es que asesino a su compañero mientras estaba en combate, la corte lo declaro inocente, pero existe el rumor de que lo planeo todo para poder acabar con su vida sin recibir su merecido castigo y que decir de las mujeres que va dejando a su paso, por ahí se dice que ha dejado hijos bastardos a donde sea que va.