Debo decir que soy latina, mejor dicho, soy de Venezuela y tuve que esforzarme muy duro para poder estudiar en esta universidad cumpliendo así uno de mis sueños en estudiar en el extranjero y Italia es el lugar perfecto.
Camino entre la gente que aún están afuera de la entrada, todos me miran con curiosidad y claro que me miran, soy una chica nueva y no parezco nada italiana. Mira por todos lados, no sé en dónde ir, este lugar es tan grande que una nueva como yo se puede perder rápidamente.
Camino por los pasillos en busca del área de Artes, y sin darme cuenta tropiezo con alguien haciendo caer mis cosas al suelo.
-Oh, lo siento mucho- Digo sin mirar a la persona con quien choque, solo me agacho a recoger mis cosas y veo como una mano agarra mi libreta para extendérmela -Muchas gracias de verdad- Levanto la mirada y veo unos hermosos ojos grises.
Oh dios mío.
El chico frente de mi es un total galán, ojos grises, barbilla cuadrada sin nada de vello, piel blanca, cabello castaño oscuro, nariz perfilada, labios finos, cejas gruesas y por lo que veo tiene un cuerpo atlético.
-Deberías de tener más cuidado por donde caminas- Me da una gran sonrisa que me hace perder en ella.
¿Qué me pasa? Contrólate Sofia Curuso.
-Lo siento, es que soy nueva y no conozco muy bien los pasillos- Nos podemos de pie y noto que atrás de el hay tres chicos mirándonos.
-Quizá te podemos ayudar- Me extiende su mano -Soy Marko Martileni-
Estrechó mi mano con la suya -Soy Sofia Curuso, un gusto- Le doy una sonrisa.
Su mano se siente muy bien y encaja perfectamente con la mía.
-Ven, te presentaré a mis hermanos- Me agarra de la mano para llevarme hasta los tres chicos que nos mira con curiosidad -Ellos son Marius, Oscar y Samuel- Señala a cada uno.
-Un gusto en conocerlos- estrechó manos con cada uno recibiendo la misma sensación que tuve con Marko.
Marius es de cabello rubios algo oscuro, con ojos grises, su color de piel es algo bronceada, no tiene barba o algún vello, tanto la nariz y las cejas son iguales que Marko y al parecer todos tienen eso en común. Tiene un lunar muy llamativo abajo de su ojo izquierdo, también con cuerpo atlético y musculoso.
Oscar es de cabello castaño un poco más claro que el de Marko y rizado, sus ojos grises, cejas gruesas, nariz refinada, barbilla perfilada y con una barba muy atractiva, también tiene el cuerpo musculoso y de ellos es el más alto por algunos centímetros.
Samuel es de cabello rubio y con unos rizos en las puntas de su cabello, los típicos ojos grises, la nariz y cejas, este en su piel blanca porta variedad de pecas haciéndolo ver muy hermoso.
Dios, que hermosos son estos hombres.
-Entonces, dinos que área estas buscando- Marko me saca de mi admiración.
-Busco el área de Arte- Aprieto fuerte la libreta con mis manos -Si no es mucha molestia de que me guíe- Sonrió algo apenada.
-No es ninguna molestia linda, podemos llevarte- Habla Samuel con una sonrisa.
Ellos me guían hacia la zona de arte, en el camino pude conocer por donde está la biblioteca, los baños, la cafetería y un lugar de descanso para aquellos estudiantes con tiempo libre.
-De verdad me salvaron- Estamos afuera del salón que me toca clase, ellos fueron tan amables que me acompañaron hasta la puerta -Se los agradezco con el alma-
Ellos ríen -Bueno pudimos acompañarte y hacer que conocieras un poco este lugar- Oscar me da una sonrisa radiante.
Me derrito.
-Bueno, ya tengo que entrar y así ya no les quito el tiempo- Me despido de ellos con un movimiento de mano y entro al salón rápidamente.
Todos en el lugar me observan, los ignoro y solo me siento en un lugar vacío al lado de la ventana. Dejo mis cosas ordenadas para esperar a que la clase comience.
-Hola- Dice una chica que está a mi lado -Hola su Amelia y ella es Gia- Señala a la chica a su lado.
Miro a la chica -Un gusto, soy Sofia- Les doy una sonrisa.
-¿Eres extrajera?- Me da una mirada de curiosidad -No te había visto aquí, las clases empezaron dos días atrás-
-Mi vuelo se atrasó, por eso no pude llegar en los primeros días-
-Oh ya veo, bueno bienvenida a Roma- Me da otra sonrisa y su vista va hacia el frente poniendo atención al profesor que empezó la clase.
El día fue genial, pude conocer a algunos de mis profesores, y noté que Amelia habla mucho y Gia solo me miraba de una manera neutra. Nos dirigimos a la cafetería de la universidad, el lugar está lleno y eso es porque es hora libre para poder almorzar algo. Junto a las chicas fuimos a pedir nuestra comida, por mi parte pedí una gran ración de papas fritas con una Coca-Cola y un sobre de ketchup, ellas me miran raro ya que no pedí la típica ensalada y bebida saludable que al parecer todas las chicas de aquí compran.
Nos sentamos en una mesa desocupada, ellas empezaron una conversación que no me llamo nada la atención de participar y solo me concentro en comer mis papas mientras miro a los alrededores. De lejos vi como los hermanos Martileni están sentados en una mesa justo en el medio de todo el lugar, varias chicas lo miran con sonrisas, ojos brillantes y mejillas rosadas.
Parece ser populares.
Me sobresalto en recibir una mirada de los cuatro, se ven tan imponentes sentados en esa mesa como si fueran los dioses del lugar y por lo que vi parecen serlo.
-Oigan chicas- Ellas dejan de hablar para verme -¿Ellos quiénes son? Parece ser muy populares aquí-
-¿Hablas de los hermanos Martileni?- Pregunta Gia por lo que asiento -Son muy populares aquí, también vienen de una de las familias más adineradas de todo el país-
-También son muy guapos y atléticos, todas las mujeres suspiran por esos hombres- Habla Amelia después de beber su jugo -Y en realidad son siete hermanos, ellos son los que aún están estudiando, ya los demás trabajan en las empresas en la que son dueños-
-Vaya siete hermanos- Digo sorprendida -Pobre de su madre- Rio un poco.
-En realidad ellos vienen de padres polígamos, tienen tres mamás y su padre- Abro los ojos al no poder creerlo -Unas de las cosas en la que ellos son famosos-
Que interesante, seria genial tener una relación de esa manera tan única y diferente a otras.
-Pues de verdad que es muy único eso- Termino de mi Coca-Cola -Por cierto, ¿Conocen algún centro comercial que quede cerca? Necesito algunas cosas que me hacen falta-
-Oh claro- Me da el nombre y dirección del lugar, ya más tarde iba a buscarlo en mi gps para no perderme.
En la hora de la salida me despido de las chicas, ellas iban por su lado y yo bueno quería estar sola, no se me da bien hablar con mujeres. Busco en el mapa la dirección del centro comercial que me dio Amelia y se encuentra cerca de la universidad por lo que camine admirando todo a mi paso hasta llegar a mi destino.
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-Que hambre tengo- Me dirijo a la feria del centro comercial en donde hay varias tiendas de comida, escojo una tienda de pizza.
Probar la pizza de su lugar original seria genial.
Llega mi turno de pedir -Buenas tardes, por favor una pizza pequeña de pepperoni con mucho queso por favor- La chica anota mi pedido, pago y espero a que me de mi ticket de espera.
-¿Sofia?- Una voz masculina hace que voltee un poco para encontrarme a la persona.
-Oh, Samuel, que coincidencia- Le sonrió.
-La verdad que si hermosa- Se acerca a hacer su pedido -Vine con los demás, están sentados en una mesa- Me mira cuando nos dan los tickets -¿Te gustaría acompañarnos?-
-Oh, no quiero molestarlos- Digo con pena, no podía estar bajo las atentas miradas que ellos me dan.
-Por favor, así no comes sola y nos cuentas como fue tu primer día- Me trata de convencer con una mirada de cachorro.
¿Cómo negarme a eso? No soy de piedra.
-Bien, aceptó- Rio, el me lleva a la mesa donde están sus otros hermanos quienes me miran con algo de intensidad -Ho-Hola chicos, que gusto volverlos a ver- Me siento en el medio de Marius y Oscar -Espero no molestarlos, Samuel me invito a comer con ustedes-
-Para nada molestas, preciosa, es un gusto verte de nuevo- Oscar se recarga en la mesa con sus brazos -Dinos, ¿Cómo fue tu primer día?-
-No puedo quejarme, fue mejor de lo que espere- Dejo las bolsas que traía a un lado de mi asiento -La universidad es gigante y bueno aún me falta conocerla-
-Y dinos ¿Qué hacías en este lugar?- Pregunta Marko.
-Vine a comprar algunas cosas para mi supervivencia-
-¿Supervivencia? ¿Vives sola?- Vuelve a preguntar Marko sin dejar de mirarme cosa que hace también los demás.
-Sí, vivo sola en un departamento pequeño, pero cómodo para mi sola- Quito la chaqueta de jeans dejándome solo en mi pequeño top negro de tirantes, dejo la chaqueta en la silla y regreso mi mirada hacia ellos.
No dejan de mirarme, no me incomoda me hace sentir como un lindo cuadro de pintura -¿No eres europea, cierto?- Marius ladea su cabeza un poco.
-No lo soy, mi abuelo paterno es italiano y por eso mi apellido, soy latina, nací en Venezuela-
-Ya veo que nuestros amigos hablan en serio- Continúa Oscar cuando ve mi cara de confusión -Varios de nuestros amigos han viajado por Latinoamérica y dicen que las mujeres de tu país son muy hermosas y ahora lo confirmamos-
Rio un poco -Me siento halagada por mí y por las mujeres de mi país, pero todas las mujeres del mundo son hermosas no importa su raza, color o físico- Ellos me miran con una sonrisa y asienten -Yo como muchas mujeres no soy nada perfecta, mi cuerpo es muy exagerado por así decirlo, no soy ni flaca ni gorda ya que me gusta mantenerme un poco en forma, mi cabello es algo aburrido ya que es muy liso y largo, mi color canela es algo normal en latinas y mi nariz es algo gordita- Rio tocándome la nariz.
-Pero aun así eres muy hermosa, no es muy común ver a alguien como tú en este país, ya sabes las mujeres de aquí se preocupan mucho por su físico y son delgadas- Habla Marius y ellos asiente de acuerdo a su hermano.
Tuvimos nuestra comida luego de algunos minutos, ellos pidieron dos pizzas familiares las cuales desaparecieron en segundos, les gusta mucho comer por lo que vi y por mi parte comí la mitad de mi pizza y la otra la pedí para llevarla así poder comerla en la cena.
Ellos se tomaron la molestia de acompañarme al edificio en donde vivo, fue divertido estar con ellos en el auto mientras cantamos canciones de la radio. Me hablaron de sus hermanos mayores que ahora se encargan de sus empresas, pero no al cien por ciento porque aun sus padres son los presidentes y lo bien que todos ellos se llevan, siendo buenos hermanos y mejores amigos.
Me encanto pasar tiempo con ellos, son divertidos y les gusta escuchar, hablar no tanto ya que Marius y Oscar son algo callados y serios, pero me respondieron a cada pregunta que les hice.
Fue agradable mi primer día.