Capítulo 6 Acuerdo de Divorcio

Esa misma noche, Stella regresó a su residencia actual y se dio una larga ducha. Después, le hizo una videollamada a su abuelo.

Charlaron de cosas al azar antes de que Clint Anderson cambiara de tema.

Mirándola con ojos penetrantes, le preguntó:

"Sé sincera conmigo. ¿Estás enamorada de otra persona?".

Antes de entrar en la videollamada, Lucia ya le había hablado para contarle por qué Stella había sido plantada hoy. Él no le creyó. Sin embargo, le pareció prudente escuchar primero a su nieta.

"Abuelo, ¿de qué estás hablando?". De inmediato, Stella se sonrojó. "Tú y yo sabemos que trabajo las veinticuatro horas del día. ¿Qué tiempo tengo para enamorarme de otro?".

Recordando lo que Maverick le había hecho pasar, se quejó a Clint.

"Abuelo, voy a ser muy sincera contigo. No me gustó la forma en que Maverick me trató hoy. ¿Qué tan ocupado estaba que no tuvo tiempo para ver a su esposa que acababa de regresar?".

Clint frunció el ceño, sintiéndose confuso y aliviado al mismo tiempo.

Era una situación desagradable. Sin embargo, pensó que como no había otro hombre en el asunto, su nieta y su marido aún podían arreglar las cosas.

Clint la consoló:

"Te aconsejo que le des un respiro. Como hombre de negocios, debe de estar muy ocupado. Créeme. Los dos pronto se conocerán. Tómate las cosas con más calma. Un matrimonio sin comprensión por ambas partes está condenado al fracaso. Por ahora, deberías concentrarte en conocerlo y crear un vínculo entre ustedes".

Stella hizo un puchero y aceptó a regañadientes el consejo del anciano.

"Te he escuchado, abuelo. Sería mejor para ti descansar temprano. Buenas noches".

Después de colgar el teléfono, Stella se quedó pensando un rato. Luego, envió otro mensaje a Maverick.

"Comprendo que debes estar muy ocupado. Llámame cuando tengas tiempo. Tenemos que vernos, por lo menos".

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A la mañana siguiente, Stella estaba delante de la oficina del director general con ojeras.

La noche anterior se había quedado despierta con el teléfono en la mano esperando la respuesta de Maverick a su mensaje.

Por desgracia, no obtuvo ninguna.

Luego de esto, todos sus esfuerzos por dormir fracasaron. Para pasar el rato, decidió elaborar una lista de pianistas que pudieran sustituir a Henry.

La cena de aniversario estaba a la vuelta de la esquina. Como era su primera tarea, no quería que nada saliera mal.

Stella se dio unas palmaditas en la cara para quitarse el mareo. Y enseguida, tocó a la puerta.

"¡Adelante!", la voz profunda y poderosa de Matthew vino del interior.

Stella abrió la puerta y entró. Y de inmediato, vio a Matthew sentado en su escritorio.

Él llevaba un traje negro y una camisa a juego. Este traje le daba el aspecto de un hombre frío que lo tenía todo bajo control.

Stella había estado tan nerviosa el día anterior que no se fijó en el interior de la oficina.

No se parecía en nada a lo que había visto antes. La decoración era minimalista, hasta el color de las paredes y las cortinas.

Una pila de documentos y un monitor ultra delgado estaban sobre el gran escritorio.

Al otro lado, había una gran estantería llena de libros sobre temas que iban desde la gestión empresarial, pasando por el diseño hasta las finanzas.

Con un documento en la mano, Stella se acercó al escritorio y dijo amablemente:

"Señor Clark, esta es la lista de pianistas que he reunido. Cada uno de ellos...".

"Déjalo ahí", interrumpió Matthew con tono despectivo. "Tu trabajo ha terminado aquí. Los expertos en relaciones públicas deliberarán y luego seguirán con la negociación".

Al oír esto, ella se sorprendió.

Hoy estaba de peor humor que ayer, hasta sus ojos eran fríos.

Entonces, la chica bajó la cabeza y estiró la mano para dejar el documento. En ese preciso momento, otro documento llamó su atención. Sus ojos se abrieron ipso facto.

Era un acuerdo de divorcio.

¿Matthew se iba a divorciar?

Stella se sintió como si se hubiera topado con un gran secreto. Mientras sus ojos permanecían abiertos por el asombro, su mano temblaba.

"¿Qué estás mirando?", levantando la cabeza, Matthew le preguntó fríamente.

Cuando se encontró con sus ojos gélidos, Stella empezó a sudar frío.

"¡Fuera!". Matthew señaló la puerta, con el rostro aún más endurecido.

"De acuerdo", respondió la chica apresuradamente, se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta.

"Si quieres conservar este trabajo, no andes buscando lo que no se te ha perdido", añadió Matthew.

Se trataba claramente de una sutil advertencia.

Haciendo una pausa ella asintió. Luego, salió corriendo tan rápido como se lo permitían sus piernas.

Cuando regresó a su mesa, se había quedado sin aliento. Sujetándose el pecho, se preguntó por qué Matthew se divorciaba.

¿Tenía problemas en su matrimonio? ¿No fue ayer a recoger a su mujer al aeropuerto? ¿Por qué había decidido divorciarse?

Stella trató de pensar qué podría haber ido mal entre ellos, pero no podía entenderlo. El divorcio era común entre las élites, así que tal vez ella no podía entender la decisión de Matthew porque no estaban al mismo nivel.

Además, ¿qué le importaba a ella la vida privada de su jefe? La habían contratado como encargada de relaciones públicas, no como consejera matrimonial.

Después de entrar en razón, la chica se tranquilizó y siguió familiarizándose con la situación de la empresa.

Era casi mediodía cuando Fernando, el asistente personal de Matthew, se presentó en el escritorio de Stella.

Le dio un golpecito en el escritorio y le entregó un documento.

"Esta es la lista de invitados para la fiesta de aniversario de este fin de semana. Necesito que la revises a fondo, para que no haya sorpresas ni errores".

"Entendido". Stella tomó el documento.

Y enseguida, se puso manos a la obra. Uno a uno, comprobó los antecedentes de los invitados, sus experiencias empresariales y si tenían algún conflicto con Grupo Prosperity.

Después de lo ocurrido ayer con Henry, no podía permitirse hacer un mal trabajo.

El último nombre que estaba en la lista era el de Vivien Sugden.

Este era un nombre muy conocido. Como era una estrella, se le había relacionado con muchos hombres poderosos, incluido Matthew. Alguna vez corrió el rumor de que había algo romántico entre ellos.

Stella frunció el ceño y no supo qué hacer con Vivien.

Enseguida, corrió a preguntarle a Fernando.

"Sigue a tu corazón", le respondió él.

¿Debería seguir a su corazón?

Agobiada, Stella volvió a su mesa con el ceño fruncido.

Después de pensarlo un buen rato, decidió buscar en Internet sobre la relación entre Matthew y Vivien.

Resultó que no había pruebas de que salieran juntos. Todo lo que había en Internet eran chismes sin fundamentos. Y como ambas partes no hacían comentarios al respecto, la opinión pública estaba dividida.

Stella se quedó mirando el nombre, ensimismada.

¿Qué mesa debía asignar a Vivien?