Capítulo 8 Buena mentirosa

En ese momento, Matthew siguió la línea de visión de su amigo hasta que sus ojos se posaron en Stella.

Rápidamente, apartó la mirada con indiferencia y fulminó a Neville con una mirada desdeñosa.

"¡Cierra la maldita boca!".

Resultaba obvio que Matthew estaba muy molesto, así que Neville entendió que no debía provocarlo o seguramente le arrancaría la cabeza.

Él sonrió con torpeza y no dijo nada más.

A los pocos minutos comenzó oficialmente el banquete.

Matthew mantuvo a todos los invitados cautivados con su discurso de apertura. Tan pronto como concluyó, recibió una fuerte ovación.

A continuación, todos los presentes comenzaron a disfrutar de la comida, la bebida y a divertirse.

En ese punto, Stella finalmente pudo tomarse un descanso del arduo trabajo. Sacó su celular, pero aún no hubo respuesta de Maverick.

¿Acaso estaba demasiado ocupado para revisar su celular?

Cabizbaja, ella guardó su celular y la tristeza brilló en sus ojos.

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Un par de horas más tarde, el banquete ya estaba llegado a su fin. Stella fue detrás del escenario para asegurarse de que las cosas restantes se hicieran bien.

Cuando llegó, se encontró con Vivien, quien estaba parada con una copa de vino tinto en la mano.

Seguramente la estaba esperando.

Mientras tanto, el banquete aún continuaba...

En el instante en que Stella vio a Vivien, supo que habría problemas, así que comenzó a pensar en cómo evitar una pelea detrás del escenario.

Ella sonrió y preguntó con cortesía:

"¿Puedo hacer algo por usted?".

"¡Ay, por favor! ¡Deja ya de fingir!", gruñó Vivien.

La sonrisa de Stella se esfumó. Pero se mantuvo lo más serena y educada posible.

"Bueno, como veo que no necesita nada, me pondré a trabajar. ¡Que disfrute el resto de la noche!".

Sus palabras fueron un detonante para la furia que ardía a fuego lento dentro de Vivien. Sus ojos relampaguearon mientras gritaba:

"¿Crees que puedes hablarme de esa manera solo porque Matthew te apoya? ¿Acaso no conoces tu lugar? ¿Cómo una simple empleada de relaciones públicas se atreve a ser tan arrogante delante de mí?".

Además de su innegable belleza, Stella tenía un carisma genuino que hacía que otras mujeres se pusieran celosas de ella.

Al recordar cómo Matthew la defendió frente a tanta gente, por primera vez en su vida, Vivien se sintió amenazada.

Sabía de primera mano que él jamás le había dado un trato especial a ninguna mujer.

Por eso, mientras miraba a Stella, los celos la devoraban por dentro. Parecía como si fuera a destrozarla viva en cualquier momento.

Por su parte, Stella no quería montar ningún espectáculo, así que dijo en voz baja:

"Tendré en cuenta sus palabras".

Dicho eso, asintió hacia Vivien y comenzó a avanzar para marcharse.

Cuando estaba a dos pasos de distancia se tambaleó hacia adelante. Luego de recuperar el equilibrio, Stella giró su cabeza.

En ese preciso instante, Vivien estaba pisoteando la cola de su vestido con su zapato. Luego le espetó con arrogancia:

"¿Quién dijo que podías irte? ¡Todavía no he terminado de hablar contigo! No me tomas en serio, ¿verdad? ¿Cómo rayos te atreves?".

Stella frunció el ceño con impaciencia y la frialdad brillaba en sus ojos. Aunque no era una persona de mal genio, tampoco podía soportar más la perturbación de Vivien. Entonces, la miró fijamente y le ordenó:

"¡Quite su pie de mi vestido!".

Con una expresión maliciosa y con mucha audacia, Vivien pisoteó aún más el vestido hasta que se manchó y arrugó.

"¿Eso es todo lo que tienes? ¿De verdad crees que temblaría solo porque me estás mirando así? ¡Por favor! No te tengo miedo. Incluso si vas con el chisme a Matthew, serás tú quien tendrá que irse. ¡Recuerda muy bien lo que te digo!".

Enseguida, Stella respondió.

"Usted es una invitada más aquí, así que mejor compórtese. Su nueva telenovela acaba de ser promocionada recientemente. Si estuviera en su lugar, esta noche me comportaría de la mejor manera posible".

La ira en los ojos de Vivien se hizo más profunda. Entonces resopló con desdén.

"¿Me estás amenazando?".

"Por supuesto que no. No soy esa clase de persona", dijo Stella con calma. "Sin embargo, permítame recordarle que este momento en el que pisó mi vestido e intentó provocarme quedó registrado".

Ella miró en dirección a la cámara de vigilancia.

"Si se corre la voz de que es totalmente diferente de los papeles inocentes que interpreta en las pantallas, entonces estoy segura de que el índice de audiencia no será lo único que se verá afectado".

Stella sonrió burlonamente.

Vivien enmudeció. Luego, como no podía replicar, decidió atacar físicamente.

En un arrebato de ira, la mujer levantó su copa y vació el vino sobre el cuerpo de Stella. Esta última quedó en shock. Aunque dio un paso atrás, el vino caía en su escote y goteaba lentamente.

Vivien aún no estaba satisfecha. Entonces tiró la copa al suelo y levantó su mano en el aire para abofetearla. Sin embargo, al mismo tiempo, Stella la agarró con fuerza de la muñeca.

"¡Ay! ¡Suéltame, perra! ¡Dije que me sueltes!", gritó Vivien de dolor.

Pero el agarre de Stella en su muñeca se hizo cada vez más fuerte.

Ella sonrió y dijo:

"No solo pisó y arruinó mi vestido a propósito, sino que también rompió una copa y tenía la intención de golpearme. ¿No cree que ha cruzado el límite? No entiendo por qué se esfuerza más que sus detractores en arruinar su propia carrera. ¿Acaso está cansada de actuar?".

Esas dos últimas frases surgieron como una clara advertencia.

Cuando terminó de hablar, Stella la soltó bruscamente y luego se dio la vuelta para alejarse de allí.

Vivien se indignó aún más cuando vio la marca roja en su muñeca. Frotándose, ella la amenazó:

"Solo espera y verás. ¡Haré que te arrepientas de haber nacido, maldita perra!".

Stella la ignoró y siguió su camino sin mirar atrás.

Mientras se alejaba, Vivien la fulminó con la mirada. Le resultaba difícil creer que un simple empleada del Grupo Prosperity pudiera ser tan arrogante. En ese momento juró que lograría que esa mujer insolente perdiera su trabajo y que su reputación se arruinara.

Justo cuando Vivien maldecía en su cabeza, la voz de Matthew interrumpió sus pensamientos.

"¿Qué pasó?".

Ella inmediatamente puso una expresión lastimera. Luego le tendió su mano y le mostró su muñeca enrojecida.

"Mira lo que me hizo tu empleada de relaciones públicas".

Sin Stella presente, Vivien se sintió libre de inventar muchas mentiras.

Exceptuando la escena anterior, sabía que Matthew siempre se ponía de su lado.

Ella estaba segura de que su muñeca lastimada despertaría su compasión, por lo que continuó quejándose:

"Fue muy grosera y arrogante conmigo. Me maldijo y usó palabras ofensivas que yo jamás podría pronunciar. También dijo que mi carrera estaba acabada. Por si fuera poco, dijo que yo no merecía estar invitada a este banquete".

Por si acaso no le creía, Vivien se sujetó el pecho con la otra mano y forzó una lágrima. Incluso logró que le temblara la voz.