Para él toda la vida la señora Prince había sido una vecina ejemplar: no se metía en la vida de nadie, ayudaba a mantener la seguridad del barrio donde vivían, colaboraba con las actividades escolares de los niños, a pesar de que ella no tenía hijos; para Halloween y Navidad decoraba la casa, cambiando todos los años la temática de la decoración y daba los mejores dulces. No se imaginaba que, detrás de esa máscara de vecina ejemplar, existía una mujer tan sexual y atrevida.
La curiosidad lo consumía, pero sabía que no podía arriesgar el bienestar de su familia por satisfacer su propio deseo morboso. Tenía que encontrar un punto intermedio entre ambas cosas.
-Niños, a comer -anunció Luke, llevando el plato con los sándwiches a la mesa para que coman sus hermanos.
-¡Queremos comer en la sala! -le gritó Brandon desde la sala.
-¡Por supuesto que no! ¡Luego papá y mamá se enojan conmigo porque ustedes manchan todo de aderezo! -se negó Luke mientras dejaba los platos en la mesa de la cocina-. ¡O vienen a comer en la mesa o me los como yo!
-¡Qué molesto eres, ya vamos!
En lo que sus hermanos comían el snack que les había preparado, Luke navegaba por las redes sociales, respondiendo un par de mensajes desde su celular. Los muchachos estaban organizando un pequeño viaje a la Reservación de Lynn Wood para poder acampar allí y pasar unos cuantos días lejos de todo. Las opiniones estaban divididas porque Alkali prefería ir a la playa, no al bosque, y a Kevin no le gustaba la idea de acampar. En cambio, a Luke le daría lo mismo cualquier decisión, si tan sólo tuviera el dinero para hacerlo.
Cuando sus hermanos terminaron, ya era hora de empezar a preparar el almuerzo. No le gustaba la idea de tener que dejar a sus hermanos sin comer, pero lo cierto era que el dinero escaseaba, y a pesar de contar con dos salarios, eran cinco las bocas que alimentar, y los niños comían como un regimiento. Luke pensó cuales eran las salidas para poder darle a sus hermanos el almuerzo de ese día hasta que sus padres puedan cobrar el salario de ese mes y reabastecer la despensa, y la primera idea que se le ocurrió era buena, si no fuese por la persona a la que involucraba: la señora Prince.
En más de una ocasión, Luke y su madre le habían tocado la puerta a su vecina para preguntarle si no podría prestarles un paquete de arroz o si no había sobrado algo de la cena, y la señora Prince casi nunca les había dicho que no. En una sola ocasión tuvieron una negativa de su parte y fue por algo en particular: una pelea doméstica con su esposo. Esta memoria le hizo preguntarse si la señora Prince estaría dispuesta a ayudarlos nuevamente en esta situación.
Después de sopesar las opciones y recordar la actitud pasada de su vecina, Luke decidió dar el paso y tocar a la puerta de la señora Prince para pedir su ayuda. Sabía que era un acto de humildad, pero su prioridad era asegurarse de que sus hermanos tuvieran suficiente comida para el día, al menos hasta que sus padres pudieran resolver la situación financiera.
-¡Niños, ya vengo! ¡Pórtense bien! -les pidió a sus hermanos mientras tomaba las llaves de la casa y abría la puerta para atravesar el jardín, abrir la puerta de la cerca y caminar hacia el pórtico de la señora Prince. Cuando estuvo frente a la puerta de la casa de su vecina, vaciló un momento sobre si pedirle ayuda o no a la señora Prince. En este momento seguro estaba haciendo un show privado o chateando con algún cliente, no quería molestarla; pero también recordó que ella no sabía que él tenía conocimiento de su doble identidad, así que no tendría que ser sospechoso para ella que su vecino se acercara a pedirle un poco de su ayuda como ya lo había hecho en más de una ocasión.
Luke levantó la mano y tocó el timbre de la casa de su vecina. Aguardó unos segundos...
-¡Ya voy! -dijo la voz de la señora Prince desde el interior de su casa. Pasados unos momentos, Sophie abrió la puerta y se sorprendió de ver su joven vecino en el pórtico de su casa. Era evidente que tenía una gran habilidad para sacarse y ponerse le peluca, el antifaz y ropa común a gran velocidad, seguramente había practicado mucho en caso de que su marido vuelva a una hora no prevista.
-¡Hola, Luke!
-Hola, señora Prince. Espero no molestarla.
-No, para nada, ¿en qué puedo ayudarte?
Luke hizo una pausa antes de continuar. No quería sonar desesperado ni revelar sus problemas financieros.
-Verá, señora Prince, estamos un poco cortos de alimentos en casa hoy y me preguntaba si quizás tendría algo de comida extra que podría prestarnos. Solo necesitamos un poco para el almuerzo, y puedo devolvérselo tan pronto como podamos.
La señora Prince pareció considerar la solicitud por un momento, pero una sonrisa muy amable se dibujó en su rostro.
-Claro, Luke, no hay problema. Tengo algunos víveres adicionales. Ven pasa. ¿Qué les gustaría para el almuerzo?
Luke suspiró aliviado. Había logrado su objetivo sin revelar más de lo necesario.
-Cualquier cosa que pueda prestarnos estaría bien, señora Prince. No queremos causarle ningún problema.
Luke entró por primera vez en su vida al interior de la casa de su vecina. Tenía una decoración sencilla, pero muy bonita. No había más mobiliario que el necesario, lo mismo que algunos adornos y pinturas que alegraban con algo de color las inmaculadas paredes blancas. No había fotos ni desorden. Se notaba que la señora Prince no tenía hijos y estaba atrapada en un matrimonio infeliz, porque la casa olía a tristeza y soledad.
-No es ningún problema en absoluto, querido. Estoy segura de que podemos encontrar algo en mi despensa.
Luke había dado un paso importante al pedir ayuda a la señora Prince. A pesar de su inicial preocupación sobre cómo reaccionaría ella, la amabilidad y disposición de su vecina para ayudar lo reconfortaron. La sonrisa en el rostro de la señora Prince le dio confianza, y la oferta de buscar algo en su despensa dejó claro que estaba dispuesta a ayudar sin hacer preguntas incómodas.
Luke siguió a la señora Prince hacia su cocina, donde ella comenzó a buscar entre los armarios y la despensa en busca de algo para el almuerzo. La cocina estaba ordenada y limpia, lo que concordaba con la impresión de pulcritud que tenía de su vecina.
-Aquí tenemos algunas cosas útiles -dijo la señora Prince mientras sacaba algunos ingredientes-. Voy a darte un poco de todo, ¿qué te parece? Y también tengo algo de lasaña que sobró de la cena de anoche. Mi esposo no va a comerla y sería una pena que se desperdicie.
Luke apreciaba mucho la generosidad de su vecina y se sintió agradecido por su ayuda. Observó cómo la señora Prince sacaba de los armarios todo tipo de latas de conserva y paquetes. Estaba bien abastecida, y tenía de todo a su disposición.
-Es demasiado, señora Prince. Con la lasaña bastaba. Muchas gracias por su ayuda. Prometo devolvérselo tan pronto como podamos.
-No seas modesto, querido. Sé que tus hermanos tienen un buen apetito, lo que es muy bueno en los niños, y no necesito toda esta comida juntando polvo en la despensa -dijo Sophie mientras terminaba de sacar algunos paquetes de sal y de azúcar y los depositaba en la mesa de la cocina. Observó el montón de víveres.
-Supongo que tendré que hacer varios viajes hasta mi casa -sonrió Luke al ver todo lo que había que llevar, cuando sólo le habría bastado un paquete de arroz o unos cuantos huevos.
-Voy al sótano a buscarte una caja vacía -anunció Sophie.
-¿Quiere que lo haga yo?
-No, no. No... no sabrías dónde están -se negó la señora Prince-. Ya regreso, no me demoro nada.
Abrió la puerta de la escalera que conducía al sótano y desapareció tras ella. Había algo en la voz de su vecina cuando ella se negó a que Luke vaya al hacia esa parte de la casa.
Mientras esperaba a que la señora Prince regresara del sótano con una caja para llevar los alimentos, Luke observó la cocina de su vecina. La casa estaba impecable y ordenada, pero había algo en el comportamiento de la señora Prince que le llamó la atención. Su negativa a que él fuera al sótano despertó su curiosidad. Sabía que no debía dejar que sus pensamientos sobre la doble vida de la señora Prince como RedWitch afectaran su relación de vecindad, pero no podía evitar sentirse intrigado. Al parecer, era en el sótano donde tenía montado todo su estudio para las transmisiones.
Cuando la señora Prince regresó con una caja vacía, Luke no pudo evitar hablar con precaución:
-Gracias, señora Prince, pero podría haberla ido yo a buscarla al sótano.
-Lo sé, querido, pero... Es solo que el sótano está un poco desordenado en este momento. No quería que te molestaras en buscar una caja entre todo ese desorden. -la sonrisa de la señora Prince demostraba sinceridad, pero había algo en su tono de voz que dejaba salir a la luz la presencia de una mentirilla, pequeña, pero que escondía algo mayor.
Luke aceptó la explicación de su vecina, aunque aún quedaba un pequeño rastro de curiosidad en su mente. No quería presionarla ni hacerla sentir incómoda, así que asintió y agradeció nuevamente su ayuda.
-Entiendo, señora Prince. Gracias por su amabilidad y por la comida. Aprecio mucho su ayuda.
La señora Prince le entregó la caja y Luke comenzó a llenarla con los víveres que ella le había proporcionado. Era una cantidad generosa de alimentos, y estaba agradecido de que sus hermanos tendrían una comida decente ese día gracias a la señora Prince.
-Espero que esto les ayude, Luke. Si necesitan algo más en el futuro, no duden en pedirlo.
-Esto hará más que sólo ayudar, señora Prince. Muchas gracias.
Sophie ayudó a Luke a llevar la caja hasta la puerta de la cerca y se despidió de él con una sonrisa. Con algo de esfuerzo, Luke entró a su hogar y dejó la caja en la encimera de la cocina mientras tomaba su celular y abría la página web donde la señora Prince hacía sus shows, buscó su usuario y vio la miniatura: el sillón donde por lo general estaba sentada se encontraba vacío. Entró en la sala de chat y ya había algunos usuarios quejándose de la ausencia de RedWitch.
TheMasterFucker: Dónde carajos está? Me está haciendo perder el tiempo. Voy a irme a otra modelo que sí trabaje.
David233: Ya se tardó demasiado. Dijo que era sólo un segundo. Ya lleva desaparecida diez minutos.
JustARandomGuy: No entiendo por qué tarda tanto. Le doy otros cincos segundos. Si no viene me voy a otra sala.
Luke empezó a sentir cómo la sangre hervía en su interior. La señora Prince no era una muñeca inflable, algo que sólo se usa y se tira para placer propio, ella también tenía una vida. Estaba a punto de escribir algo cuando apareció RedWitch, luciendo su melena pelirroja y un apretado sostén de transparencias.
-Lo lamento mucho... Llamaron a la puerta y me demoré más de lo previsto -se excusó con una sonrisa.
JustARandomGuy: No hay problema, hermosa. Acá estamos todos... esperando por ver como te mueves. Quien era en la puerta?
-Sólo mi vecino. Nada serio -respondió sonriendo.
Frankie_is_Stan: Seguro te demoraste porque se la mamaste, no mi vida?
RedWitch dejó salir una carcajada.
-No, no hice eso. Aunque... Ganas no me faltan -respondió con una sonrisa lasciva-. Es un joven muy apuesto y atractivo, y ustedes saben que tengo un gran apetito sexual.
A Luke le latía el corazón tan fuerte que le dolía el pecho. ¿La señora Prince lo encontraba atractivo?
Tomó su teléfono y escribió como RedHunter.
RedHunter: Y si tuvieses la oportunidad, si tu vecino se te insinuara, lo harías con él?
Luke aguardó la respuesta con el corazón en la mano.
RedWitch miró el mensaje de RedHunter y soltó una risita juguetona antes de responder en la sala de chat.
RedWitch: Mi vecino, dices? Bueno, eso sería interesante. Y qué tipo de insinuaciones tendrían que ser, RedHunter?
La respuesta de RedWitch aumentó la tensión en el chat, y varios usuarios comenzaron a especular sobre la posible interacción entre ella y su apuesto vecino. Luke, bajo el disfraz de RedHunter, se encontraba en un dilema. Por un lado, estaba emocionado por la perspectiva de tener una conversación provocativa con la señora Prince en su identidad secreta como RedWitch. Por otro lado, le preocupaba que esto pudiera darle insinuaciones a la señora Prince sobre su verdadera identidad.
Mientras consideraba su respuesta, Luke sintió que estaba cruzando una línea y que tal vez debería detenerse antes de que las cosas se complicaran más. La doble vida de la señora Prince y su propia doble identidad lo habían llevado a un territorio peligroso. ¿Debería seguir con esta conversación arriesgada o retirarse antes de que fuera demasiado tarde?
«¿Qué posibilidades hay de que sepa que soy yo?» se preguntó Luke.
-Las mismas posibilidades que yo me entere que ella es una modelo de webcam -se respondió, y escribió.
RedHunter: Pues... decirte que eres hermosa, sexy, atrevida, que lo vuelves loco, que le encanta como eres y que en las noches sólo puede pensar en ti.
RedWitch respondió con una sonrisa coqueta:
-Vaya, Hunter, eso suena muy tentador. Tal vez debería prestar más atención a mi apuesto vecino en el futuro. ¿Quién sabe qué sorpresas nos depara la vida?
La conversación en la sala de chat estaba tomando un giro cada vez más provocativo, y varios usuarios estaban emocionados por la interacción entre RedWitch y RedHunter. Luke, en su papel de RedHunter, se sentía, ahora sí, totalmente capturado por los encantos y la sensualidad de su vecina.
Mientras los usuarios en la sala de chat continuaban comentando y especulando, la mente de Luke se preguntó si debía seguir con este jueguito secreto o ponerle fin antes de que las cosas se complicaran aún más. Pero más podía la tentación de lo prohibido, así que mandó al diablo a su consciencia, y mientras ponía a descongelar la lasaña que muy amablemente su sexy y dulce vecina le había dado, se prometió que, a como dé lugar, tenía que conseguir dinero para interactuar con el alter ego de Sophie Prince.