Capítulo 3 Sombras del Pasado

Después del incidente durante la audición, Elena se sumerge en un torbellino de emociones contradictorias. La sensación de incomodidad persiste, como si las sombras del teatro estuvieran acechándola en cada esquina. A pesar de sus intentos por mantenerse centrada en su entrenamiento, la presencia fantasmal de la noche anterior la persigue, provocando un inquietante temor en su corazón.

Durante los ensayos del día siguiente, Elena se encuentra distraída y nerviosa, incapaz de concentrarse en los pasos que una vez dominó con gracia. Su mente sigue regresando a la figura misteriosa que la observaba desde las sombras, preguntándose quién era y qué quería de ella. Mientras tanto, sus compañeros bailarines notan su estado alterado, pero nadie se atreve a preguntarle qué le sucede, temerosos de perturbar su frágil equilibrio emocional.

Al llegar la noche, Elena regresa a su apartamento con el peso del misterio aún sobre sus hombros. Mientras se prepara para descansar, un ruido sutil la saca de su letargo. Con el corazón latiendo con fuerza, se levanta de la cama y se adentra en la oscuridad de su sala de estar. Allí, entre las sombras, vislumbra una figura borrosa que parece desvanecerse ante sus ojos. Un escalofrío recorre su espalda cuando se da cuenta de que no está sola en su apartamento.

Con el coraje que solo la desesperación puede inspirar, Elena se enfrenta a la sombra, exigiendo respuestas. Pero antes de que pueda obtener una explicación, la figura se desvanece en la oscuridad, dejándola con más preguntas que respuestas. Mientras contempla la oscuridad que la rodea, Elena se da cuenta de que ha sido arrastrada a un mundo de misterio y peligro del que no puede escapar fácilmente.