Olvidé correr las cortinas, maldecía Nataly mientras se tapaba la cara con la manta de la cama. La joven se volteo y miro el despertador de su mesita de noche. Apenas eran las casi las 7 am y empezaban a colarse por el ventanal del dormitorio los primeros rayos sol. La pobre Nataly, exhausta y malhumorada, decidió levantarse antes para empezar un nuevo día. Al poner un pie en el suelo maldijo a Joe por el intenso entrenamiento de ayer a la tarde. Una vez levantada se dirigió hacia el baño dejando atrás un espacioso dormitorio decorado con mucho carácter en tonos verdes.
El baño era totalmente diferente. Una estancia majestuosa y elegante. Por un instante decidió darse un baño, pero declino la idea ya que le llevaría más tiempo, y ella no era un mujer que lo perdiera. Por lo que finalmente se decidió a darse una ducha rápida y arreglarse para salir dirección la oficina.
Aparcó el coche en el parking privado de la empresa. Se dirigió al ascensor y subió a la planta 38. Allí se encontraban las oficinas de N&S Financers. Empresa que ella misma había creado y gestionado desde los orígenes. - Buenos días señorita Nataly - dijo Cristina, su mas fiel secretaria. Cristina era una persona muy noble, que había llegado a ese puesto gracias a su desempeño y gran trabajo. Cristina muy sonrientemente le dio una carpeta con toda la información que días anteriores Nataly le había pedido. - Muchas gracias Cristina - dijo Nataly mientras se dirigía hacia su despacho. En un instante Nataly pensó en subirle el sueldo a esa encantadora muchacha, ya que siempre se esforzaba en todo lo que ella le pedía y nunca le fallaba.
La mañana transcurrió de manera tranquila y sin ningún incidente. Cuando levanto la vista de la pantalla de su ordenador ya era la hora de comer, pero tenia mucho trabajo y no quería dejar las cosas a medias. Unos golpecitos en la puerta la sacaron de sus pensamientos. - Perdone señorita Nataly - dijo Cristina - Dado que usted a trabajado sin descanso me tome la libertad de pedir a su restaurante favorito que le trajeran algo para comer, espero que no lo moleste - dijo mientras acercaba una bandeja plateada con unos platos que olían exquisito. - Te lo agradezco - dijo Nataly - La verdad es que tengo un apetito atroz y he perdido la noción del tiempo.
Nataly dejo a un lado el trabajo para poder disfrutar de unos de sus platos favoritos. La ensalada cesar con setas le encantaba y Cristina lo savia muy bien. La verdad es que Nataly era una CEO de lo mas agradecida, los pequeños detalles que le ofrecían sus trabajadores le daban la vida. Todo y ser una mujer sería y discreta, sus trabajadores eran los mejores valorados, tenia las mejores condiciones labores en comparación con las empresas de la zona y eso ellos lo valoraban.
La tarde podríamos decir que fue mucho más ajetreada, los mercados estaban cerrado de manera negativa, los clientes llamaban sin cesar y un millón de operaciones tenían que llevarse a cabo. - Por fin - respiro Nataly mientras miraba la pantalla de su PC orgullosa de todo su trabajo. Pero el sonido del teléfono la obligo a seguir con la mente activa, no tenia tiempo para descansos. - Perdone la molestia señorita Nataly pero hay un señor que quiere hablar con usted de manera inmediata- dijo Cristina con una voz suave. - Llévalo a la sala de espera en un minuto estoy con el. - dijo Nataly.
- Perdone señor, si me acompaña a la sala de espera en un minuto la señorita Nataly lo atenderá - le dijo Cristina al señor que esperaba hablar con su jefa. Mientras lo acompañaba a la sala Cristina le ofreció un café al caballero y el acepto de muy buen gusto. Minutos mas tarde Nataly apareció ante ese hombre que no conocía. - Buenas tardes, mi nombre es Nataly. - dijo ella ofreciéndole la mano para saludarlo. - Buenas tardes señorita Nataly, un placer conocerla. Mi nombre es Marcus Astric. - dijo el mientras aceptaba la mano de ella para el saludo. - Por aquí por favor. - dijo Nataly señalándole el camino hacia su despacho.
- Digame, en que podemos ayudarlo? - dijo ella para saber que podía ofrecerle. Nataly no podía dejar de mirar a ese joven que tenia sentado delante de el. Parecía tener su misma edad, pero su semblante era serio. Vestía un traje negro, que le quedaba como un guante. Este joven tiene una posición económica elevada pensó Nataly, ya que el traje era hecho a mano y de buena calidad. Nataly lo miro directamente a los ojos, oscuros y rasgados, las facciones fáciles muy marcadas y unos labios carnosos. Todo eso enmarcado con un pelo negro peinado con un tupe lateral que le favorecía muchísimo. Nataly retomo la compostura tenia que ser lo mas profesional posible, ese hombre que tenia delante despertaba sus instintos mas oscuros.