-Por supuesto, Sr. Evans- responde rápidamente, tomando su tableta electrónica- Para hoy tiene una reunión con los asiáticos a las 3:00 p.m. para discutir los últimos detalles del contrato. A las 8:00 p.m., cena con ellos. Mañana a las 10:00 a.m., brunch con los arquitectos, seguido de una reunión para la firma del contrato. A las 2:00 p.m., tiene golf con algunos miembros del comité de empresarios del Estado de Florida. Para el domingo...
-¿Qué?- interrumpo -No hay nada planeado para el domingo. Fui específico en eso. Mañana en la noche estaré de regreso. Así que notifica al piloto para que haga los arreglos pertinentes.
-Espera un momento, Jack. Se supone que este fin de semana no es solo de trabajo. Necesitas divertirte, liberar tensiones, echar una cana al aire. Tenemos suficiente tiempo entre un compromiso y otro para hacerlo- y ahí viene el mismo argumento de siempre, Alex, mi mejor amigo y socio, siempre es el alma de la fiesta y por ende quiere arrastrarme con él- Además, tienes que acompañarme a buscar un anillo de compromiso.
¿Anillo de compromiso? su petición me deja sin palabras. Sé que la relación entre él y su asistente había dado un vuelco en los últimos meses, pero jamás habría pensado que hubiese tomado un matiz tan serio y menos que ya estuviese listo para dar ese paso.
-Y, por supuesto, debes comprar un regalo para Lilly, sino estará molesta contigo los próximos días.
-Ni modo- murmuro.
-Así se habla, amigo- dice palmeándome la espalda.
-¿Todo está listo en el hotel?- pregunto a Daniel.
-Si, señor. Las suites, el restaurante y cada sala de reuniones han sido confirmadas. Al igual que su asistencia al juego de golf.
-Excelente.
Una vez que llegamos al hotel, camino hacia la recepción y diviso frente al mostrador a una mujer con un cuerpo de infarto, buscando algo en un bolso inmenso. Bien, Jack, hora de ponerle un rostro a ese hermoso cuerpo. Con mi suerte, será lo mejor de mi estadía en este lugar.
-Reservación para Evans- declaro con firmeza a la recepcionista, cuyo rostro se tensó al notar mi presencia.
-Inmediatamente, señor- responde, mostrando cierta timidez.
-¿Disculpe?- Logro captar su atención, haciendo que se voltee rápidamente -Me están atendiendo a mí, así que espere su turno por allá. Aquí tiene mi identificación, señorita Harper- Mmm... tiene garra. Me encantan las tigresas.
-No tengo tiempo para esto, soy un hombre demasiado ocupado. Por favor, verifique mi reserva.
Puedo percibir la creciente furia en su interior. Interesante. Debe ser una mujer sumamente pasional. No logro escuchar lo que dice, mi mente divaga en otras formas de entretenerla.
-Está bien. Termine de atender a la señorita, por favor- replico desdeñoso.
-¡Oh, wow! ¡Cuánta caballerosidad! Disculpe que no me postre a sus pies- La leve risa de Daniel y Alex me recuerda su presencia. Parece que ella no ha reparado ellos.
- El sarcasmo no va con su hermoso rostro.
-Al igual que ser patán no le queda a su her...- No completa la frase.
-¡Oh! Entonces le parezco atractivo- hace un esfuerzo evidente por no saltarme al cuello.
-Aquí tiene, señorita- ella me ignora, aceptando la llave magnética que le ofrece la recepcionista.
-Gracias, muy amable. Que tenga un feliz día.
-¿No me va a desear feliz día?- me trevo a decir sabiendo que la sacaría de sus casillas.
-A usted no le deseo ni siquiera una buena digestión. Ahora, con su permiso- Toma la pequeña maleta a su lado y se dirige hacia los elevadores.
-Daniel.
-¿Sí, señor?
-Quiero su nombre y la suite en la que se hospeda. Ordena un ramo de rosas rojas. En breve te entregaré la tarjeta que lo acompañará.
-De inmediato, señor.