MR. EVANS: Un Amor Enredado
img img MR. EVANS: Un Amor Enredado img Capítulo 4 CAPITULO 4: EN BUSCA DE RECONCILIACIÓN
4
Capítulo 6 CAPITULO 6: PREPARATIVOS img
Capítulo 7 CAPITULO 7: VELADAS NÁUTICAS img
Capítulo 8 CAPITULO 8: UNA NOCHE INOLVIDABLE img
Capítulo 9 CAPITULO 9: SI TE HE VISTO, NO ME ACUERDO img
Capítulo 10 CAPITULO 10: SUSTOS Y DISGUSTOS img
Capítulo 11 CAPITULO 11 : REENCUENTRO img
Capítulo 12 CAPITULO 12: OFERTAS Y DECISIONES img
Capítulo 13 CAPITULO 13: CONDICIONES img
Capítulo 14 CAPITULO 14: UNA NOCHE ESPECIAL img
Capítulo 15 CAPITULO 15: UNA NOCHE MÁS img
Capítulo 16 CAPITULO 16: RESOLUCIÓN img
Capítulo 17 CAPITULO 17: BRIELLE img
Capítulo 18 CAPITULO 18: AMENAZA img
Capítulo 19 CAPITULO 19: PERSEGUIDAS img
img
  /  1
img

Capítulo 4 CAPITULO 4: EN BUSCA DE RECONCILIACIÓN

-Adelante -digo al escuchar los golpes en la puerta de la suite.

-Aquí tiene la información solicitada, señor Evans -informa Daniel, mi asistente, entregándome un papelito amarillo.

Hannah.

Habitación 508.

Leo un par de veces lo que está escrito en el trozo de papel.

-No quisiera saber lo que tuviste que hacer para obtener esa información -le dice Alex, y Daniel solo se encoge de hombros mientras una sonrisa socarrona se dibuja en su rostro.

-Mujeriego -musita Alex.

Me acerco al escritorio y, tomando una pequeña hoja, procedo a escribir la nota que acompañará las flores.

Hannah,

Lamento haberte causado una mala impresión sobre mi persona.

Por ello, quiero redimirme invitándote a almorzar.

Nos vemos a las 12:15 en el lobby.

No acepto respuestas negativas.

Jack.

Simple, conciso y directo al punto.

Doblo la hoja, la introduzco en un sobre y se la entrego a Daniel. Él sabe lo que tiene que hacer.

-Veo que la dama captó tu atención -dice Alex apartando su vista de la tableta electrónica.

-¿A quién no le llamaría la atención? ¿Acaso no viste lo hermosa que es?

-Si tú lo dices. Solo te aconsejo que tomes precauciones.

-Por favor, Alex. No estás hablando con un adolescente inexperto.

-Se han visto casos- dice divertido.

-Déjate de tonterías y dime ¿por qué razón estás aquí?

-Porque estoy a gusto, además siempre tomas las habitaciones más grandes en los hoteles a los que vamos, no es justo.

-¡Por Dios! Pareces un niño. Solo le falta hacer una pataleta.

Decido entrar al cuarto de baño para tomar una ducha rápida y cambiarme a algo cómodo antes de bajar a encontrarme con Hannah.

-¡Hey! -la voz de Daniel hace que me detenga.

-¿Todavía estás aquí?

-¡Tranquilo, tigre! Ya me marcharé, no estaré aquí cuando decidas traer a tu conquista, ser voyeur no es lo mío.

-Solo vamos a almorzar -replico en tono cansino. Estoy comenzando a perder la paciencia.

-En fin, toma -extiende la mano.

-¿Qué es eso? -al ver que no tomo lo que sea que esconde en su puño, toma mi mano y lo deposita. Son un par de paquetitos plateados.

-Más vale prevenir que lamentar.

-Alex, solo voy a almorzar con la dama en cuestión. Tú sabes, para disculparme.

-Si claro -guiña un ojo exageradamente -Pero siempre hay espacio para el postre. Ahora vete. No es bueno hacer esperar a las presas, digo a las damas.

Dándole un zape en la cabeza, abandono mi habitación.

Reviso mi reloj de pulsera y me percato de que todavía faltan algunos minutos para la hora acordada. Excelente.

Al salir del elevador, me acerco hacia la recepción, un buen lugar para esperar y estoy a plena vista.

Los minutos pasan uno tras otro y ella no aparece, me da la impresión de que tuvo la osadía de dejarme plantado.

Por enésima vez, oigo la campanilla del elevador y esta vez es ella quien sale por las puertas. Definitivamente, esta mujer es un espectáculo para la vista.

-Llegas quince minutos tarde, Hannah -no puedo evitar sentir irritación.

-Mire, señor, agradezca que vine. No soy de las que acostumbra a recibir invitaciones de extraños.

-¡Ah! Pero tú y yo no somos extraños. ¿Me permites escoltarte? -coloco mi brazo para que lo tome; después de unos instantes de vacilación, coloca su mano.

-Está bien, vamos.

Caminamos en silencio hacia uno de los restaurantes del hotel; puedo notar cierto nerviosismo en ella.

-Permíteme -retiro la silla para ella y luego me sitúo enfrente.

-Buenas tardes, señorita, caballero. Mi nombre es Horace y seré su mesero el día de hoy -saluda un empleado del restaurante entregándonos el menú-. ¿Desean tomar algo?

-Un Gin and Tonic.

-¿Para la señorita?

-Un Mai Tai, por favor.

-Enseguida vuelvo con sus pedidos.

-Para ser tan ácida te gustan las bebidas dulces.

-Señor, si va a comenzar a atacarme, me retiraré -declara mientras hace un ademán de levantarse.

-Lo lamento -digo, reteniendo su mano para evitar que se marche. Hace un gesto disconforme mientras vuelve a acomodarse en la silla.

-Aquí tienen sus bebidas -dice el camarero-. ¿Necesitan más tiempo para ordenar? -ambos respondemos con un asentimiento de cabeza-. Perfecto, regresaré en unos minutos.

Hannah da un sorbo a su cóctel, saboreándolo, y una hermosa sonrisa se dibuja en su rostro.

-Dime, ¿qué te trae a Miami?

-Puede estar seguro de que no son las mismas razones que lo traen a usted, señor.

-Hannah, puedes tutearme. Creo que eso quedó claro desde el inicio.

-Está bien... -su rostro se contrae por unos momentos, como si estuviese tratando de recordar algo.

-Jack.

-¿Quién?

-Mi nombre, es Jack -su rostro se enardece.

-¿Y bien? ¿Qué te trae a esta ciudad?

-Solo quise pasar un fin de semana diferente -expresa, encogiéndose de hombros.

-Entonces brindemos, por un fin de semana diferente -declaro levantando mi bebida.

-Salud -responde, y ahí está de nuevo esa hermosa sonrisa.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022