-Buenas tardes, señorita, caballero. Mi nombre es Horace y seré su mesero el día de hoy ¿Desean tomar algo?
-Un Gin and Tonic.
-¿Para la señorita?
-Un Mai Tai, por favor- yéndome por lo conocido, no soy de las que le gusta experimentar.
-Enseguida vuelvo con sus pedidos- se despide el amable camarero.
-Para ser tan ácida te gustan las bebidas dulces- declara sarcástico.
-Señor, si va a comenzar a atacarme me retiraré- anuncio a la par que intento levantare de mi asiento.
-Lo lamento- toma mi mano para intentar que me vaya y nuevamente logra hacer que mi piel se erice.
-Aquí tienen sus bebidas- dice el camarero - ¿necesitan más tiempo para ordenar?- automáticamente ambos asentimos -perfecto, regresaré en unos minutos.
Doy un sorbo a mi bebida sintiendo como el sabor frutal inunda mi paladar, es exquisito.
-Dime Hannah ¿qué te trae a Miami?- pregunta interrumpiendo el momento.
-Puede estar seguro que no son las mismas razones que lo traen usted.
-Puedes tutearme. Creo que eso quedó claro desde el inicio.
-Está bien...- trato de recordar su nombre ¿era Jeffrey? ¿Jeremy? ¡Demonios! Debí haber prestado más atención a la nota, me regaño mentalmente.
-Jack.
-¿Quién?- pregunto completamente descolocada.
-Mi nombre, es Jack- ¡oh! Así que es Jack. Mi rostro se pone rojo como un tomate.
-¿Y bien? ¿qué te trae a esta ciudad?
-Solo quise pasar un fin de semana diferente- me encojo de hombros tratando de parecer casual.
-Entonces brindemos, por un fin de semana diferente.
-Salud- no puedo evitar sonreír.
-Dime, ¿Quién es Hannah?- pregunta curioso.
-¿Acaso importa?
-Compláceme- replica dándome una sonrisa moja bragas. No puedo negar que es muy guapo, arrogante, pero guapo.
-Hannah es... independiente, lucha con fiereza por lo que desea, y le encanta viajar, aunque su disponibilidad limitada.
-Interesante, no es lo que esperaba escuchar, pero interesante- dice pasando los dedos por su barbilla.
-Si esperabas que compartiera detalles de mi vida privada, lo siento, no sucederá, te conozco hace un par de horas y este es el mayor tiempo que he pasado cerca de ti sin tener el impulso de querer estrangularte.
-¡Auch! Me lastimas- expresa dramáticamente haciéndome querer rodar los ojos.
-¿Y tú? ¿algo que desees compartir?
-Jack es...- responde robando mi frase -una persona que le gusta estar en control.
-Te faltó agregar arrogante- declaro llevando de nuevo la copa a los labios, el simplemente me da una sonrisa ladeada.
Durante la siguiente hora degustamos de algunos exquisitos platillos mientras continuamos con nuestra plática basada meramente en anécdotas, sin revelar datos personales al otro y debo confesar que Jack, es una persona culta, cautivadora y elocuente.
Al finalizar, salimos del restaurante decididos a caminar por los alrededores del hotel, es como si ambos de alguna manera estuviésemos tratando de extender el tiempo de compañía con el otro.
-Si tienes algún compromiso lo entiendo, no temas decirlo- expreso al percatarme que ha visto el reloj por tercera vez en los últimos minutos.
-Discúlpame un minuto- articula sacando el móvil de su bolsillo.
-Hazte cargo de la reunión- le dice a la persona al otro lado de la línea, sin siquiera esperar respuesta alguna.
-Jack, no quiero entretenerte...
-¡Shhh! Descuida, en estos momentos estoy donde realmente deseo estar.
Caminamos en silencio por unos pocos minutos hasta que llegamos a uno de los bares que se encuentra en el área de las piscinas y pedimos unas bebidas. Luego de unos instantes, emprendemos nuevamente nuestro camino, cocteles en mano.
-¿Deseas probar mi bebida?
-Está bien- respondo después de sopesarlo por unos segundos -Mmm... delicioso ¿puedes creer que es la primera vez que lo pruebo?
-Me alegra haberte enseñado algo por primera vez- ¿Cómo una frase tan inocente puede sonar tan sugestiva a la vez? Debería ser ilegal.
-¿Quieres probar el mío?
-Por supuesto que me encantaría- puedo notar cierta picardía en su tono de voz.
-Hablo del coctel- mejor aclarar para que no haya malos entendidos.
-Yo también.
Extiendo mi brazo para ofrecerle la copa, pero el me ignora.
-Prefiero hacerlo de otra forma.
En ese instante me toma por la cintura y sin poderlo prever sus labios se posan en los míos, mi boca se entreabre para dejar salir un suspiro, él aprovecha el momento para profundizar el beso. Sin querer evitarlo me dejo llevar fundiéndonos en un apasionado beso, de esos que te hacen estremecer y olvidar lo que acontece alrededor ¡Completamente alucinante! Llevo mi mano libre a su nuca para juguetear con sus cabellos, sumergiéndome en el mar de sensaciones que este contacto desencadena.
Luego de unos ¿segundos? ¿minutos? Se separa de mi y un gruñido se escapa de su garganta mientras saca de nuevo su móvil.
-¿Qué?- espeta desdeñoso a quien sea que está al otro lado de la línea telefónica -Ya voy para allá.
-Lo siento Hannah, si no fuese realmente importante mandaría todo al demonio.
-Lo entiendo, no te preocupes- expreso tratando de no mostrar decepción.
-Te veo luego- declara para luego dejar un beso fugaz en mis labios y marcharse sin siquiera darme la oportunidad de despedirme.