KER: DIOSES & REYES
img img KER: DIOSES & REYES img Capítulo 5 EL PRINCIPE Y LA GENERAL
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Capítulo 6 UNA CORTE IMPERIAL AGITADA img
Capítulo 7 EL DEBER DE UN REY, EL AMOR DE UN PADRE img
Capítulo 8 EL LLAMADO DEL DEBER img
Capítulo 9 EL LLAMADO DEL DEBER (PARTE II) img
Capítulo 10 DEVASTACIÓN Y TRAICIÓN img
Capítulo 11 CIMIENTOS DE UNA REBELIÓN img
Capítulo 12 DECISIONES A TOMAR img
Capítulo 13 INCERTIDUMBRE img
Capítulo 14 ANTECEDENTES DE UN TRAIDOR img
Capítulo 15 DECISIONES QUE MARCAN img
Capítulo 16 VICTORIA AGRIDULCE img
Capítulo 17 UN VINCULO SE FORTALECE img
Capítulo 18 LA SOMBRA DE UNA REBELIÓN img
Capítulo 19 ENTRE LA TRAICIÓN Y LA REVELACIÓN (PARTE I) img
Capítulo 20 ENTRE LA TRAICIÓN Y LA REVELACIÓN (PARTE II) img
Capítulo 21 EL PESO DE UN ADIOS (PARTE I) img
Capítulo 22 EL PESO DE UN ADIOS (PARTE II) img
Capítulo 23 DUELO & ASCENSIÓN img
Capítulo 24 EL FIN DE UNA DINASTIA img
Capítulo 25 IDEAS Y ENFRENTAMIENTO img
Capítulo 26 ENEMIGAS PUBLICAS img
Capítulo 27 UN REGRESO MARCADO POR LA REVELACION img
Capítulo 28 EL PESO DE SHERIMI-LEK img
Capítulo 29 EL DESPERTAR DE UNA DIOSA (PARTE I) img
Capítulo 30 EL DESPERTAR DE UNA DIOSA (PARTE II) img
Capítulo 31 EL DESPERTAR DE UNA DIOSA (PARTE III) img
Capítulo 32 EL DESPERTAR DE UNA DIOSA (PARTE IV) img
Capítulo 33 Ausencia (Parte I) img
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Capítulo 5 EL PRINCIPE Y LA GENERAL

La presencia imponente de la General Ker Heinrich, con su armadura reluciente, y la seriedad del gran mariscal y el príncipe heredero, creaban una atmósfera de respeto y expectación en la sala. Las puertas de roble se abrieron lentamente, con un crujido que resonó en la estancia, revelando a los visitantes que habían llegado para tratar asuntos de guerra y defensa, temas de vital importancia para la seguridad del reino.

La General avanzaba con pasos firmes y decididos, su postura erguida y su mirada fría transmitían una autoridad inquebrantable. Su piel pálida contrastaba a la perfección con su cabello azabache, que caía en cascada sobre sus hombros como una noche sin estrellas. Sus ojos azules, como zafiros pulidos, reflejaban una inteligencia aguda y una determinación férrea.

La armadura color carmesí que vestía se ajustaba a su cuerpo con precisión, como una segunda piel que resaltaba sus líneas elegantes y atléticas. Un cinturón adornado con intrincados grabados rodeaba su cintura, sujetando una espada que había presenciado la caída de cientos de enemigos a manos de la General. La hoja, afilada y reluciente, era una extensión de su voluntad, un símbolo de su poder y dominio en el campo de batalla.

Todos la veían como una mujer de corazón helado, fría y distante. Sin embargo, esta actitud era solo una coraza que utilizaba para protegerse de las intrigas y las envidias que la rodeaban. Era la única mujer que ocupaba un cargo de poder en la corte, y por ello, se enfrentaba constantemente a trampas y artimañas de quienes buscaban desbancarla. Pese a las dificultades, nadie en todo el imperio poseía su talento y experiencia. Se rumoreaba que había sido entrenada por el mismísimo dios de la guerra, convirtiéndola en una guerrera de habilidades excepcionales.

Era solo un mito, un susurro entre las sombras. Nadie sabía nada de su origen, ni siquiera el eco de una palabra resonaba en su pasado. Una noche oscura y lluviosa, bajo un cielo que la luna teñía de sangre, apareció. Solo un vestido cubría su diminuto cuerpo, apenas seis años de vida se adivinaban en su mirada. Era escuálida, frágil, y no emitía sonido alguno.

Muchos se acercaron con la intención de ofrecerle alimento y refugio, pero su respuesta fue un feroz ataque de arañazos y mordidas. Una pequeña loba salvaje, protectora y salvaje, que veía en cada mano extendida una amenaza. Solo una persona logró establecer un vínculo con ella, un lazo que desafió la lógica y la razón. El anterior Ministro de Defensa, Andrik Heinrich, fue quien calmó la tormenta en su interior, domesticando a la pequeña fiera que habitaba en su alma.

Heinrich acogió a la pequeña forastera con un amor incondicional, un amor paternal que poco a poco fue templando la fiera que habitaba en su interior. El antiguo Ministro de Defensa ya tenía un hijo de su matrimonio, un joven llamado Zachary que era un par de años mayor que su nueva hermana. Inmediatamente, una hermosa amistad floreció entre ellos, una hermandad que trascendía las diferencias de origen y los unía como si se hubiesen conocido desde siempre.

Zachary fue quien le otorgó su nombre, inspirado por la destreza que la niña demostraba al cabalgar y dominar las técnicas de combate con espada y cuerpo a cuerpo que Andrik impartía a la Guardia Escarlata. Su elección fue "Ker", que en su idioma ancestral significaba "muerte violenta". Un nombre que, para sorpresa de todos, la pequeña acogió con gusto. Aunque Andrik no lo consideraba el más apropiado, al ver el entusiasmo de su hija, decidió registrarla oficialmente en el árbol familiar como Ker Dariele Heinrich.

Su segundo nombre, "Dariele", significaba "Ella es el regalo", una elección que reflejaba a la perfección la esencia de la pequeña. En poco tiempo, se convirtió en una parte inseparable del alma de Heinrich, un vínculo que trascendía lo terrenal.

Ker jamás se sintió atraída por las actividades que ocupaban el tiempo de las demás damas. No obstante, obedeció a su padre y aprendió las artes de la costura, la cocina y la enfermería, pues eran el único precio que él exigía a cambio de permitirle entrenar con la Guardia Escarlata. En este ámbito, Ker despuntó con rapidez, eclipsando a sus compañeros y llamando la atención del mismísimo emperador Kyan. Este, intrigado por su talento, comenzó a encomendarle pequeñas pero cruciales misiones de espionaje, las cuales, gracias a su astucia y determinación, ella llevó a cabo con un éxito rotundo.

                         

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