Apoteosis
img img Apoteosis img Capítulo 4 Método de refinación de armas (Segunda parte)
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Capítulo 16 Golpe fatal (Segunda parte) img
Capítulo 17 Nivel de refino de órganos (Primera parte) img
Capítulo 18 Nivel de refino de órganos (Segunda parte) img
Capítulo 19 Refinador de armas malignas (Primera parte) img
Capítulo 20 Refinador de armas malignas (Segunda parte) img
Capítulo 21 Refinamiento del cuerpo con fuego (Primera parte) img
Capítulo 22 Refinamiento del cuerpo con fuego (Segunda parte) img
Capítulo 23 Refinamiento del cuerpo con fuego (Tercera parte) img
Capítulo 24 Llamas negras y escamas de dragón img
Capítulo 25 Libertad (Primera parte) img
Capítulo 26 Libertad (Segunda parte) img
Capítulo 27 Libertad (Tercera parte) img
Capítulo 28 La Capital Imperial (Primera parte) img
Capítulo 29 La Capital Imperial (Segunda parte) img
Capítulo 30 Provocación (Primera parte) img
Capítulo 31 Provocación (Segunda parte) img
Capítulo 32 El examen inicial (Primera parte) img
Capítulo 33 El examen inicial (Segunda parte) img
Capítulo 34 Presión invisible (Primera parte) img
Capítulo 35 Presión invisible (Segunda parte) img
Capítulo 36 Pasando el examen inicial (Primera parte) img
Capítulo 37 Pasando el examen inicial (Segunda parte) img
Capítulo 38 Tengo una idea muy simple. (Primera parte) img
Capítulo 39 Tengo una idea muy sencilla (Segunda parte) img
Capítulo 40 Shock (Primera parte) img
Capítulo 41 Shock (Segunda parte) img
Capítulo 42 La Píldora de Longevidad img
Capítulo 43 La ira de Zen (Primera parte) img
Capítulo 44 La ira de Zen (Segunda parte) img
Capítulo 45 Me niego a aceptarlo (Primera parte) img
Capítulo 46 Me niego a aceptarlo (Segunda parte) img
Capítulo 47 Yan Luo img
Capítulo 48 Montaña Sangrienta (Primera parte) img
Capítulo 49 Montaña Sangrienta (Segunda parte) img
Capítulo 50 Ryan Fang (Primera parte) img
Capítulo 51 Ryan Fang (Segunda parte) img
Capítulo 52 La mejor manera de lidiar con los tontos (Primera parte) img
Capítulo 53 La mejor manera de prescindir de los tontos (segunda parte) img
Capítulo 54 Los siete mejores clanes nobles img
Capítulo 55 Obligado a luchar (Primera parte) img
Capítulo 56 Obligado a luchar (Segunda parte) img
Capítulo 57 Pelear con uñas y dientes (Primera parte) img
Capítulo 58 Pelear con uñas y dientes (Segunda parte) img
Capítulo 59 Ogro (Primera parte) img
Capítulo 60 Ogro (Segunda Parte) img
Capítulo 61 Usando el cuchillo volador (Primera parte) img
Capítulo 62 Usando el cuchillo volador (Segunda parte) img
Capítulo 63 Un sentimiento de angustia img
Capítulo 64 Recuperar el cuchillo volador (Primera parte) img
Capítulo 65 Recuperar el cuchillo volador (Segunda parte) img
Capítulo 66 Selección de un método de refinamiento (Primera parte) img
Capítulo 67 Selección de un método de refinamiento (Segunda parte) img
Capítulo 68 Métodos de práctica de nivel cinco (Primera parte) img
Capítulo 69 Métodos de práctica de nivel cinco (Segunda parte) img
Capítulo 70 Montaña del Infierno (Primera parte) img
Capítulo 71 Montaña del Infierno (Segunda parte) img
Capítulo 72 Problemas interminables img
Capítulo 73 Desafío img
Capítulo 74 El estado de olvidarse completamente de sí mismo (Primera parte) img
Capítulo 75 El estado de olvidarse completamente de sí mismo (Segunda parte) img
Capítulo 76 Juego del gato y el ratón (Primera parte) img
Capítulo 77 Juego del gato y el ratón (Segunda parte) img
Capítulo 78 Alcanzando el nivel de refino de médula img
Capítulo 79 Mantén la calma (Primera parte) img
Capítulo 80 Mantén la calma (Segunda parte) img
Capítulo 81 Mantén la calma (Tercera parte) img
Capítulo 82 El hecho crudo y frío img
Capítulo 83 La enojada Maestra Su (Primera parte) img
Capítulo 84 La enojada Maestra Su (Segunda parte) img
Capítulo 85 Aparcamiento de Cielo Azul (Primera Parte) img
Capítulo 86 Aparcamiento de Cielo Azul (Segunda Parte) img
Capítulo 87 Un ataque repentino en los cielos (Primera parte) img
Capítulo 88 Un ataque repentino en los cielos (Segunda parte) img
Capítulo 89 Ser rescatados (Primera parte) img
Capítulo 90 Ser rescatados (Segunda parte) img
Capítulo 91 Un desafío inesperado img
Capítulo 92 Se puso en ridículo a sí mismo (Primera parte) img
Capítulo 93 Se puso en ridículo a sí mismo (Segunda Parte) img
Capítulo 94 Ganancias que se obtienen en crisis img
Capítulo 95 Una buena cosecha de núcleos de cristal (Primera parte) img
Capítulo 96 Una buena cosecha de núcleos de cristal (Segunda parte) img
Capítulo 97 Situación trágica (Primera parte) img
Capítulo 98 Situación trágica (Segunda parte) img
Capítulo 99 La bestia gigante en el lago de lava img
Capítulo 100 Transformándose en un arma espiritual (Primera parte) img
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Capítulo 4 Método de refinación de armas (Segunda parte)

La última pieza de una pequeña lámina de oro se abrió paso en su cuero cabelludo para entrar en el cerebro de Zen, que sintió como si le hubieran golpeado con un enorme martillo de hierro. Todo su cuerpo tembló violentamente cuando los fragmentos de la lámina de oro se unieron antes de emanar una luz brillante.

Después de que la luz dorada se fuera desvaneciendo gradualmente, estos pequeños fragmentos de oro penetraron en el cuerpo de Zen. Algunos recuerdos, que no le pertenecían, surgieron de la nada.

"Método Estupendo de Refinación de Armas..."

"El Primer Método de Refinación de Armas Antiguas..."

"Usa la carne como arma. Utiliza tu cuerpo como alma, templa y practica a fondo, limpia el organismo para obtener una gran vitalidad..."

'¿Este es el método de refinación de armas?'

A pesar de que Zen no sabía cómo refinar un arma, tenía claro que convertirse en un maestro de refinación de armas era una carrera gratificante. El Clan Luo, aunque poseía grandes recursos financieros, ni siquiera podía contratar a un maestro de refinación de armas del nivel más bajo. Eso era suficiente para demostrar lo ventajoso que era ser un maestro de refinación de armas, pero ¿usar la carne como arma? ¿Qué significaba eso?

'¿Este método implica que necesito refinarme a mí mismo para ser un arma efectiva?'

Tan pronto como se le pasó a Zen ese pensamiento por la cabeza, algo increíble sucedió.

Su temperatura corporal ascendió bruscamente. Sorprendido, inhaló profundamente al sentir calor y luego frío, y después calor nuevamente.

¡Mucho calor! Estaba incómodo cuando la temperatura de su cuerpo aumentó. Pronto sintió como si se estuviera quemando de adentro hacia afuera, y corrió rápidamente al tanque de agua que estaba al final del sótano. Ahí era donde le dejaban agua para que la usara en sus rutinas diarias.

Se metió en el tanque sin pensárselo dos veces, y cerró los ojos mientras su cuerpo se iba hundiendo. El agua a su alrededor comenzó a chisporrotear.

Mientras el agua burbujeaba y se espumaba, el tanque comenzó a temblar. Al poco tiempo el vapor comenzó a salir del tanque. Antes de que el cuerpo de Zen pudiera enfriarse, todo el agua del tanque se había evaporado. El sótano entero se llenó de niebla.

El agua no logró bajar la temperatura corporal de Zen; por el contrario, sintió como si la temperatura de su cuerpo todavía estuviera aumentando. Incapaz de soportarlo más, se retorció en el fondo del tanque vacío. Poco a poco aparecieron grietas en la piel de Zen y una luz roja oscura, como un trozo de hierro al rojo vivo, se abrió paso.

Dio vueltas en el fondo del tanque mientras la niebla se arremolinaba a su alrededor.

No solo su cuerpo, la mente de Zen también estaba experimentando cambios increíbles.

De repente se le vino a la cabeza un enorme horno negro con nueve relieves de dragón en la pared.

Cada dragón estaba pintado de diferentes colores: turquesa, negro, blanco, morado... Los dragones habían dejado al descubierto sus colmillos y parecían estar arañando el aire a su alrededor.

Ocho de ellos cerraron los ojos mientras que el dragón que estaba en el fondo abrió los suyos y miró fijamente a Zen.

Con ojos profundos que reflejaban la experiencia y la sabiduría de haber sobrevivido decenas o cientos de millones de años, el dragón miró a Zen sin emoción. Él podía sentir el poder que emanaba del dragón.

"Chirriando, chirriando, y chirriando..."

El alma de Zen temblaba ante su intensa mirada. Pronto sintió como si su alma se abriera de par en par.

Justo cuando Zen notó que cada centímetro de él estaba a punto de romperse, escuchó unos susurros provenientes del dragón. Entonces el horno gigante giró sin parar y las llamas se encendieron en el horno.

Una gigantesca llama negra se elevó.

Zen nunca había visto algo así antes. La llama parpadeaba ferozmente en el oscuro y silencioso sótano. ¡Por un momento Zen sintió como si se fuera a quemar el mundo entero!

El horno gigante cubrió a Zen y, poco después, sintió que el fuego ardiente envolvía su alma. Sucedió tan rápido que no tuvo tiempo de maravillarse con lo que estaba presenciando.

Cualquier otra persona hubiera sido devorada por la llama. Sólo alguien muy especial sería capaz de soportar el dolor de su alma ardiendo. Zen no podía perder el conocimiento ante ese dolor insoportable porque era el sufrimiento de su alma y todo sucedía en su mente. Lo único que podía hacer era apretar los dientes y esperar que terminara lo antes posible.

"Ah, ah, ah, ¡déjame morir!"

Pronto Zen alcanzó su límite y empezó a gritar de dolor. Habría hecho cualquier cosa, incluso abrazar a la muerte, para aliviar el dolor que sentía, pero para él la muerte era un lujo. En ese estado una persona no podía hacer nada, ni siquiera morderse la lengua para suicidarse.

Tan pronto como su alma no pudo soportar más dolor y estaba a punto de romperse, el horno emitió un brillo colorido para reparar de inmediato el alma de Zen.

Quemando, aplastando, reparando y luego otra vez quemando, aplastando y reparando...

El ciclo torturador parecía repetirse interminablemente.

Zen no sabía cuánto tiempo continuaría ese dolor mortal, hasta que finalmente se detuvo.

Respiró hondo y le dio la bienvenida al alivio. Apenas tuvo tiempo de recuperarse de la experiencia cuando descubrió que de su alma emanaba una luz dorada.

Después de un buen rato, Zen finalmente se fue espabilando lentamente.

En su mente el horno gigante había dejado de girar, pero la llama negra no se extinguió. El fuego estaba bajo control y se veía menos aterrador.

Zen ya había comprendido que su alma y su cuerpo habían sido refinados en ese horno.

En el gran mundo las maravillas nunca dejaban de suceder. Algunos maestros de refinación de armas empleaban todo tipo de formas extrañas para refinarlas. Cometían innumerables asesinatos para recolectar sangre humana y usarla en la refinación o, peor aún, algunos incluso robaban almas de humanos para alimentar a sus armas, convirtiéndolas así en una especie de arma maligna.

No obstante, esta teoría de refinación de armas abogaba por refinar el propio cuerpo de una persona y convertirla en un arma mágica. Zen nunca había oído hablar de eso antes. Parecía una locura...

La desgracia puede ser una bendición disfrazada y viceversa. Después de calmarse, ¡Zen pensó que lo que le había sucedido no tenía por qué ser algo malo!.

Un arma mágica necesitaba pasar por cinco etapas en este mundo, siendo la primera la etapa de arma misteriosa. Después de esto, el arma se convertiría en un arma espiritual, un arma fabulosa, un arma sagrada y un arma divina sucesivamente. Cada una de estas etapas se dividía en grados superiores, medios e inferiores. Todos tenían un valor extremadamente alto.

El cuerpo de Zen acababa de ser refinado en un arma mágica. Aunque estaba en el nivel más bajo de un arma misteriosa, se sintió poderoso.

Era extraño pensar que era un arma mágica. La cara de Zen reveló una sonrisa amarga.

Cuando se volvió para mirar por el único conducto de ventilación del sótano, Zen vio que estaba amaneciendo. Había estado tan consumido por su experiencia que había perdido la noción del tiempo.

A pesar de su noche de insomnio y la extraña y desgarradora experiencia, Zen no estaba cansado, sino sentía su espíritu descansado e incluso elevado.

Se tranquilizó después de respirar profundamente. Toda la ansiedad que había prevalecido la noche anterior había desaparecido. Lo que decía el libro era totalmente cierto, todo sucedería según el destino. Incluso comer y beber estarían predefinidos. Solo teniendo una mente estable uno podría lidiar con cualquier dificultad.

Después de limpiar cuidadosamente las cenizas del libro quemado y poner el tanque de agua a su lugar original, el sonido de la puerta del sótano abriéndose llenó el silencio. Zen frunció el ceño. Era la hora de recibir una paliza.

            
            

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