Capítulo 7 Zen aporreó a los mayordomos (Primera parte)

Zen estaba tan emocionado que apenas pudo dormir por más de media hora.

A la mañana siguiente, lo hicieron ponerse la armadura de cuero antes de ser escoltado del sótano con esposas.

Ahora que había entrado en el nivel de refino de huesos, su cuerpo había producido un cambio cualitativo. Aunque sutil, dicho cambio se notaba en la forma en que caminaba, pues su modo de andar era más relajado, más coordinado y le ahorraba bastante esfuerzo.

Si no hubiera sido por las esposas que limitaban sus movimientos, Zen sintió que hubiera podido salir corriendo, y se sorprendió cuando vio que, en lugar de la Sala de Artes Marciales, los guardias lo llevaban a otra parte.

Aunque la residencia Luo ocupaba una gran área, estaba bien planificada. Además de la Sala de Artes Marciales, tenía un Pabellón del Consejo, un Parque Botánico, y un Taller de Refinamiento de Armas. Todo estaba perfectamente bien planificado y bien construido en el vestíbulo del lugar.

Zen miró a su alrededor mientras caminaba. Recordó que ese camino conducía a la zona interior de la residencia. Una vez que llegaron, los guardias lo guiaron por un camino más estrecho que parecía conducir al patio trasero.

Él arrugó la frente, pero no dijo nada. 'Esperemos y veamos a dónde me llevan', pensó.

Hacia mucho tiempo que no estaba en el patio trasero, y en silencio observó los cambios mientras caminaba. Las casas de sus tíos y sus familias se habían agregado a la residencia Luo, junto con varios pabellones y salas abiertas. Una vez fuera, se dio cuenta de que incluso habían hecho algunos estanques, construyeron puentes sobre ellos y agregaron una piscina en el pabellón junto al agua.

La mano de obra para estos nuevos edificios era exquisita. Cada nuevo edificio tenía techos altos sostenidos por vigas intrincadamente talladas. Los dragones pintados en oro brillaban bajo el sol de la mañana.

Después de ver lo que sus tíos habían hecho en la residencia, no pudo evitar sentirse maravillado. Aunque los Luo eran una familia rica, sólo las personas más fuertes sobrevivían en este mundo. Para un guerrero, la gloria y la riqueza debían ser las últimas cosas en las que debía pensar. Si una familia como la suya se contentara con la gloria y la riqueza presentes y no buscara algo más importante, seguramente no terminaría bien, por lo tanto, él creía que el Clan Luo sería arruinado por sus tíos tarde o temprano.

Después de que los guardias lo condujeron a través de un jardín con un estanque, lo guiaron a través de un estrecho pasaje que conducía a un segundo patio, donde vio a dos personas disfrutando del té.

Cuando los miró con atención, se dio cuenta de que uno de ellos era Darren, el mayordomo que no se había aparecido en dos días. La otra persona estaba ataviada con ricas ropas de satín, y parecía tener más de cincuenta años. Zen levantó una ceja al reconocer que el segundo hombre era Grey Huang, quien en un momento dado también había sido un sirviente del Clan Luo.

Su esposa había sido la niñera de Andrew Luo, quien era el hijo mayor del tío más joven de Zen. Grey Huang era muy bueno tratando a los demás con condescendencia, y tal vez eso era lo que finalmente lo había llevado a elevar su estatus dentro del Clan Luo.

Por lo que había escuchado de los chismes de los guardias, sus dos tíos habían aumentado su influencia y su poder, y como Grey Huang trabajaba para ellos, su estatus también había mejorado. Ahora era el mayordomo mayor del Clan Luo. Como era un tipo ambicioso y se consideraba de gran ralea, no les prestaba mucha atención a los parientes colaterales de los Luo.

Zen ya había oído hablar de su arrogancia anteriormente.

Desde donde estaba parado, pudo escuchar lo que Darren le decía a Grey Huang: "Esta casa que te dio Andrew realmente es una obra maestra. Si mi memoria no me falla, el dragón de jade tallado en la placa de la puerta está hecho de corindón original. Ese es un muy buen material, ¿verdad?"

Grey Huang rió entre dientes y respondió: "Sólo tú notarías ese tipo de cosas. Si te fijas bien, verás otros tesoros aparte de ese dragón de jade. El techo ha sido diseñado con tejas encáusticas, y esa estatua de león de cobre fue hecha por los mejores artesanos del Condado C..."

Darren apreciaba cada artefacto. Parecía que no se habían escatimado gastos, y, pensativo, le dijo a Grey: "Tu casa es perfecta, pero le falta una cosa".

"Tengo todo lo que quiero en mi casa. ¿Por qué dices que le falta algo?", Grey Huang respondió con orgullo.

Darren se rió mientras respondía: "Te faltan sirvientes capaces. Necesitas a alguien que sea inteligente y trabajador. Alguien con conocimientos suficientes para ayudarte con tu dieta diaria. ¡Tengo a la persona adecuada para ti!"

"¿De verdad? ¿Quién es esa persona?", Grey Huang preguntó por curiosidad.

Darren señaló hacia la entrada del patio y dijo: "¡Grey, mira!"

Grey Huang giró en la dirección hacia donde estaba apuntando Darren y vio a Zen. De pie y esposado, así fue como vio al famoso y ex jove patrón del Clan Luo. ¿Cómo podría no reconocerlo?

Zen escuchó de lo que hablaban esos dos, y su sangre hirvió ante la sugerencia de Darren. '¿Cómo se atreven esos dos perros a tomarse tales libertades?'

Aunque fuera un esclavo, Darren no tenía derecho a ofrecerlo como sirviente a un mayordomo del Clan Luo. ¡El apellido de Grey ni siquiera era Luo! Zen estaba muy ofendido.

Ni siquiera los parientes colaterales del Clan Luo se atrevían a portarse de manera irracional delante de él, ya que, después de todo, seguía siendo el hijo mayor de la rama más antigua del Clan.

'¿Cómo se atreve a instar a Grey Huang a que me tome como sirviente?', pensó.

Grey Huang lo estudió de pies a cabeza y una sonrisa llenó su vieja cara arrugada. "Emplear a este muchacho para cuidar mi dieta no es una mala idea, pero, ¿mi dueño, Andrew estará de acuerdo con ello?"

"No te preocupes, Grey, tú te ocupas de todos los asuntos del Clan Luo. Puedes sacar fácilmente a Zen de la Sala de Artes Marciales y reasignarlo a tu residencia. El no es más que un esclavo insignificante ahora. Ser golpeado en la Sala de Artes Marciales como saco de entrenamiento todos los días es su único propósito aquí. Será más conveniente para él ser tu sirviente. Su peor trabajo consistirá en limpiar materia fecal". Grey Huang no pudo evitar sonreír ante ese pensamiento.

Las personas como él, que habían escalado desde el fondo de la sociedad hasta la cima, se tomaban su reputación muy en serio, y ahora, el ex joven patrón del Clan Luo iba a limpiar su suciedad. Era una propuesta realmente interesante, así que asintió para mostrar su acuerdo.

"¡No te arrepentirás!", dijo Darren con una sonrisa cuando vio la reacción de Grey, y luego también asintió y se puso de pie antes de ordenarle a uno de los guardias que escoltara a Zen, sin embargo, este no se movió de su lugar. Se mostraba reacio a mover un sólo músculo hasta que los hombres de Darren intentaron empujarlo.