Los Dulces 40
img img Los Dulces 40 img Capítulo 4 Confesiones
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Capítulo 7 ¿Y Ahora Qué img
Capítulo 8 Locuras De Aquí Y Allá img
Capítulo 9 Entre Sombras img
Capítulo 10 Una Visita img
Capítulo 11 Amores Y Desamores img
Capítulo 12 ¿Casualidad O Algo Más img
Capítulo 14 Entre Lágrimas y Risas img
Capítulo 15 Noticias img
Capítulo 16 Todo Puede Pasar img
Capítulo 17 ¡Boda Y Sorpresas ¡ img
Capítulo 18 Escapadas img
Capítulo 19 Amoríos Y Líos img
Capítulo 20 Enemigos A La Vista img
Capítulo 21 Cosas De Familia img
Capítulo 22 Entre Cortinas img
Capítulo 23 Diferencias img
Capítulo 24 Jugadas Y Aciertos img
Capítulo 25 Emociones Y Confesiones img
Capítulo 26 Rivalidades img
Capítulo 27 Cupido En Acción img
Capítulo 28 Tras Cortinas img
Capítulo 29 A Un Paso Del Altar img
Capítulo 30 Revelaciones img
Capítulo 31 Tristezas Y Penas img
Capítulo 32 Pasos Seguros img
Capítulo 33 Festejar Y Amar img
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Capítulo 4 Confesiones

La semana se había pasado sin ser notada, Bill había llamado a sus hijas para salir el viernes a tomar un café, pero ellas cambiaron por

unas copas en el bar que estaba cerca de casa.

Nadia iría con su mejor amiga Nora, Grace asistiría con su amigo Moss, según ella estaban a un paso de ser novios, quería que lo conocieran.

Nora estaba sola por elección y sencillamente por hacer sufrir un poco a Akiro, quien llevaba dos años en Norman-Oklahoma, musico y voz principal de la banda "Dreame" Akiro mostraba un profundo interés en Nora, pero esta le rechazaba. Él estaba dispuesto a conquistarla...y esa noche por casualidad o destino, se encontrarían en el mismo bar... Su banda tenía esa noche una presentación especial al cierre.

Nadia pintó sus labios de un rojo oscuro, aplicando sombra blanca sobre sus parpados, el tono rosa magenta en sus mejillas le daba un toque hermoso.

Vestía de rojo a media pierna, con sus botines del mismo color, el vestido en capas y encaje, resaltaba sus curvas, su cabello negro y ojos cafés claros eran la perfecta combinación. Grace fue afortunada, heredera de unos hermosos ojos azules igual a los de su madre.

Sabía que llamaba la atención y lo presumía. Nadia no tenía nada que envidiarle, el café claro de sus ojos eran atractivos y hasta seductores.

-Uh...solterona si, treintona sí, pero bella, ve a conquistar todos esos chicos solterones del lugar, algunos aún viven con la madre, y no tienen una mascota para acariciar en sus solitarias noches, deben parecerse a ti ...cuarentones reprimidos...solitarios -. Bailaba frente al espejo mientras con diversión y seducción se hablaba así misma. De repente se quedó mirándose fijamente al espejo. Su risa era estrepitosa y contagiosa.

Alice corría a su habitación.

- ¿Qué pasa contigo? Creí que hablabas con alguien...-.

-Nada Alice querida, no es un novio debajo de la cama.... no pasa nada ¡esta es mi noche! adiós...no me esperes despierta, conoceré un hermoso cincuentón, canoso, con lentes sexy, tomaremos margaritas, bailaremos en el tubo, y después...-.

Le miraba con una mueca sutil.

-Eres una loca demente, compórtate esta noche, tampoco estés dejando tu cuerpo por ahí...-.

-Jajaja...ay madre, no pienso dejar mi cuerpo por ahí como dices...ahora no puedo sentarme a charlar sobre ese tema... papá llegó, ve a dormir y descansar...-. Le lanzaba un beso.

- ¿Porque tengo la sensación que estás con copas encima? -.

- Porque las sensaciones no existen como tal, son las realidades, una copa de vino y nada más-. Bajaba a prisa las escaleras, en aquel instante que Alice descargaba la taza en el lavaplatos, se dirigía rápidamente al balcón de su habitación, el auto se alejaba.

Sergio tomaba la copa de frutas que su madre le entregaba mientras le acariciaba sus cabellos.

-Mamá me alegra estar de regreso...papá no para de cantarme sus nuevas canciones del karaoke-.

-Oh Sergio casi no lo podía creer verte anoche en la puerta de casa, espero que no sea como siempre, dices que será un mes de descanso, pero en cuanto pasan dos semanas te marchas-.

-Me tomaré tres semanas para descansar seguro, de hecho, pensé en irme a dormir, pero los chicos quieren festejar mi regreso, iremos al Bison Witches Bar no pude negarme a un brindis, comer algo y reírme de los malos chistes de Luca y Jeff-.

-Un mal necesario la risa cariño, bien cuídate...y lleva tus llaves, a veces crees que estas en el hotel, nosotros estaremos profundos-.

-Que bien que me lo recuerdas mamá-.

Se despedía, el servicio de transporte había llegado, no llevaría su auto para poder estar más relajado, tomar con total tranquilidad y llegar a casa en perfectas condiciones.

-Buenas noches, por favor al bar Bison Witches-.

-Con gusto-. El auto iniciaba su viaje, Sergio recibía un mensaje de Loane, preguntando si tendría tiempo de hacer unos análisis de unos manuscritos, requerían unos datos que estaban seguros él podría suminístrales con exactitud-.

Guardaba el teléfono para no responder, esa noche no estaba para horas extras de labores.

Al día siguiente temprano lo haría con el mayor de los gustos, lo meditó y decidió responder el mensaje.

No lo hacía tanto por ella, era el profesor Michael quien le merecía todo su respeto.

Las chicas tomaban sus asientos y se saludaban con los chicos de la banda.

-La tercera canción es para ti...-. Akiro miraba a Nora fijamente, hasta ella parecer sonrojarse, disimulando una seguridad total, bebía de la copa que tenía en sus manos. -Que bien, me encantará escucharla-.

Grace y Moss se miraban coquetamente.

Bill ingresaba con Corine de la mano. Todos se colocaban en pie, haciendo las respectivas presentaciones entre todos.

Bill le presentaba a sus hijas, Nadia fue la primera en extender su mano seguida de Grace.

-Hola...soy Nadie, Oh perdón lo siento...es casi igual que, Nadia-.

-Es un gusto Nadia-.

Grace le extendía su mano. -Es un gusto conocer la novia de papá...aunque si mamá se entera nos ahorcará...en especial a Nadia...pesa ser la mayor-.

-Chicas cálmense, vamos a brindar-. Bill tomaba su copa mientras le daba una a Corine.

Moss y Akiro decidieron chocar las suyas para el brindis -Nos unimos a el brindis, y espero que disfruten el show, será inolvidable se los prometo-. Grace y Moss se tomaban de la mano en aquel instante.

-Nora mucho gusto, soltera y sin novio a bordo-. Akiro le miró fijamente. -Es mentira, será mi novia y mi futura esposa-.

Todos dejaron estallar las risas, y vaya que si podría llegar a serlo. Entre más discutían, mucho más parecían cercanos.

-Chicos les deseo lo mejor-.

-Oh profesor Bill, no somos nada, solo buenos amigos-.

-Mientes...sé que me miras con...-. Akiro le retaba con la mirada, y es que era imposible negar que estaba como quería. Ojos negros hermosos con aquel toque de brillo, seductora sonrisa, labios de ensueño, atlético, piel de envidia de muchas chicas, y su espeso cabello en aquel corte que hacía suspirar a más de una. Nora se dejaba llevar por la música en aquel instante, mientras se miraban retadoramente, en la mesa chocaban sus tragos y hablaban de mil cosas.

-Yo que tú, no desperdiciaría semejante belleza, y toda para ti...debes estar ciega-. Nadia le susurraba a su oído.

-Oye, no estoy ciega, pero no seré una chica fácil, debo también darme ese toque aural de misterio...-. Ella movía su cuerpo al ritmo.

Akiro se alejaba en aquel momento, una chica le hacía señas.

-Uh...chica difícil...-. Nadia reía a carcajadas.

Los tragos le hacían sentir que podía sacar esa parte tan audaz de ella misma.

Sergio llegaba al bar con sus amigos quienes no habían parado de hacerle bromas, cenaron algo liviano y de ahí se fueron por unos tragos.

-La no...noche estará fenomenal-. Luca ya parecía no entonar bien las letras.

- ¿No me digas que estás ausente por una copa de vino? -.

- Para nada...sabes que tengo dificultad... co...con algunas palabras-.

-Y cuando toma mucho más, pero hay lindas y hermosas chicas que quieren un buen bailarín, y lo eres de eso tengo la total seguridad-.

Se acercaban a la barra los tres.

-Pero tú también podrías conocer alguna chica...mira nada más que bellezas-. Jeff le daba una palmadita en la espalda.

Los ojos de Sergio miraban en todas las direcciones. La chica de vestido rojo junto al grupo parecía estar bastante efusiva, se podía escuchar su risa, pero desviaba su mirada para atender su trago.

-Creo que no estoy listo para una relación aun-.

-Ya pasaron dos años que terminaste con Claire, creo que es hora de conocer alguien, te hará bien dejar la arena, las antigüedades, los templos majestuosos del pasado, y centrarte en una chica-.

-Aunque no lo creas me encanta la arena, siempre estoy atrapado por ella-. Sergio se divertía con las ocurrencias de Jeff.

-No me queda duda, tu madre piensa lo mismo, de hecho, la vez pasada me preguntó...Susurraba a su oído.

-Pensaba que quizás tu y yo, teníamos algún secreto que contarle, parecía muy preocupada, pero...lo procesaría y hablaría contigo-. Jeff le miró con ojos de angustia para después soltar su risa, la cual no paraba.

- ¿Es en serio lo que dices? ¿No pensé que mamá quería que fueras también mi prometido, veo que está obsesionada con ese tema de casarme, por eso nunca me tomo las vacaciones completas, pensándolo bien... - ¿Quieres una cita romántica en las Vegas? -.

-Oh si, con todo pago y chicas para divertirnos-. Chocaban sus vasos en aquel instante y Luca se unía.

-Siempre sos...sospeché que ustedes dos no estaban bien de la cabeza, son...son un par de locos -.

-También te invitaré a las Vegas, no hagas esas caras -.

-Quiero ir a las Ve...Vegas, y casarme, es un sueño que ten...tengo de hace años, es mi secreto, me...me gustaría ser Elvis -.

-Ahora los has confesado-. Jeff, le empujaba a tomarse el trago que balanceaba en su mano.

-Creo que tu madre te colgaría, imagínate vestido a lo Elvis Presley y recién casado-. Los tres prometían no confesar su secreto, estaría guardado entre ellos. Sergio volvía a desviar la mirada hacia la chica de rojo, quien ahora salía a la pista hecha todo un coctel de risas, bailando desatadamente, aunque no lo hacía nada mal, solo que parecía estar muy alegre -Uh las copas siempre hacen lo suyo-.

Se concentraba en platicar con sus amigos sobre los lugares que había visitado en Turquía. Mientras ellos hacían bromas de las momias quienes eran las verdaderas afortunadas.

            
            

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