Los Dulces 40
img img Los Dulces 40 img Capítulo 3 Propuestas
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Capítulo 7 ¿Y Ahora Qué img
Capítulo 8 Locuras De Aquí Y Allá img
Capítulo 9 Entre Sombras img
Capítulo 10 Una Visita img
Capítulo 11 Amores Y Desamores img
Capítulo 12 ¿Casualidad O Algo Más img
Capítulo 14 Entre Lágrimas y Risas img
Capítulo 15 Noticias img
Capítulo 16 Todo Puede Pasar img
Capítulo 17 ¡Boda Y Sorpresas ¡ img
Capítulo 18 Escapadas img
Capítulo 19 Amoríos Y Líos img
Capítulo 20 Enemigos A La Vista img
Capítulo 21 Cosas De Familia img
Capítulo 22 Entre Cortinas img
Capítulo 23 Diferencias img
Capítulo 24 Jugadas Y Aciertos img
Capítulo 25 Emociones Y Confesiones img
Capítulo 26 Rivalidades img
Capítulo 27 Cupido En Acción img
Capítulo 28 Tras Cortinas img
Capítulo 29 A Un Paso Del Altar img
Capítulo 30 Revelaciones img
Capítulo 31 Tristezas Y Penas img
Capítulo 32 Pasos Seguros img
Capítulo 33 Festejar Y Amar img
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Capítulo 3 Propuestas

Clement tomaba los trozos de fruta para llevarlos a su boca, mientras elogiaba el sabor de aquellos duraznos en almíbar ante la visita que ese día los acompañaba, era nada menos y nada más que la hermosa Xenia y su madre.

-Ay pero que mujer tan hermosa tu hija querida-.

-Ella es una belleza, eso no tiene lugar a dudas, espero que Sergio y ella logren hacer clip, me encantaría tanto-.

-Nuestro hijo es un todo un caballero-.

Xenia miraba las fotos en la repisa cerca de la chimenea.

-Sergio es encantador, me imagino la cantidad de admiradoras que le deben enviar cartas, regalos, y miles de cosas, en cada viaje y lugar donde va, captura miradas, eso he leído sobre él, pero...dicen que es muy reservado, ya me muero por verlo-.

-Estará en unas semanas de regreso, está tan absorto en su trabajo, la verdad es que me gustaría que se quedara en la compañía, nuestra floristería ahora está en manos de Liza, aunque está estudiando algo para expandir sus conocimientos empresariales, quería estudiar teatro, pero vaya oficio al que quería dedicarse, por suerte...le gusta la administración, se recibió hace tres años-.

-Si, hemos abierto dos sucursales más, Liza adora la floristería, ha realizado cambios para bien, pero.... No faltan los peros a veces-.

Clement abría otra lata de duraznos.

-Es una delicia, aunque estoy algo delicado de la diabetes-.

-Debe cuidarse-. La señora Zaida miraba a Clement mientras le señalaba la lata de duraznos.

-No le preste atención, su azúcar está en optimo estado-.

-Mamá el señor Clement está en perfecto estado de salud, no es para preocuparse-.

-Ni crean, hace unos días mi hígado estuvo muy delicado, la verdad es que ahora que esté Sergio iré al internista, ni quiero pensar que tengo algo terrible y no me han querido decir la verdad-.

-Cariño, asustarás a Xenia-.

-Solo digo la verdad-. Clement se paladeaba en aquel momento.

-Entonces no se diga más, están invitadas a almorzar, mi rollo de carne relleno es el mejor de esta zona, pasen a la cocina, desde aquí pueden observar mi hermoso jardín-. Las mujeres tomaron lugar en el hermoso comedor tipo vintage, un café y seguirían con la animada platica, y las fotos de los álbumes donde Sergio era el centro de atención.

El horno era su lugar favorito, el olor en aquel día impregnaba todo el lugar, los panes ya estaban por salir. La gente se aglomeraba para sus pedidos, por suerte Octavio estaba ya al frente despachando, su madre no tuvo más remedio que ayudarle a entregar pedidos, de repente se percató que su madre y alguien a quien no pudo ver sonreían animadamente, no le parecía extraño, mamá últimamente tomaba unas aptitudes algo extrañas, una libertad que por momentos le parecía de una adolescente.

Sacando las bandejas las colocaba a reposar, para acercarse al mostrador y ayudar atender.

-Bien cariño, aquí está tu cambio, cuando gustes puedes hacer tus pedidos, si deseas algo especial-.

-Gracias, lo tendré en cuenta...tus ojos son para tener en cuenta-. El hombre salía del lugar, girando su mirada a Alice, quien se despedía con una amplia sonrisa.

-Mamá cierra la boca-. Nadia le daba dos toques en su mentón.

-No seas envidiosa, que culpa tengo que en este tiempo los pretendientes me sigan por doquier...tú no puedes entender muy bien lo que digo, no hago nada para que me sigan-.

-No, para nada, solo coquetear un poco, reír y reír y dar tu número telefónico a desconocidos. Ay madre...ya no sé qué pensar-.

-No pienses nada, busca un amigo, ve a cine, ve tomate unas copas, o sal algún bar de solos y solas...he ido algunos con las chicas, son fenomenales, hay solitarios, solté ...rones-. Alice levantaba sus cejas dándole a entender que era un sitio ideal.

Llegaba la chica que traía el periódico y la revista de la semana.

-Ahora iré a mi lectura del día, los sociales siempre tienen noticias de gente de la farándula, solteros codiciados, hombres guapos y estrellas en ascenso-.

-Mamá, como te encanta perder el tiempo-.

-Esto para la mesa siete, esto es para llevar y por favor seis ordenes de pan francés, dos pasteles de chocolate grandes-. Octavio dejaba sus pedidos en manos de Nadia.

-Te propongo que amplíes, el local siguiente estaría bien, la dueña te lo vendería

con gusto, y además que otra persona venga medio tiempo, piénsalo

Nadia, ya no damos abasto-.

En aquel instante varias personas más ingresaban al lugar. Nadia les recibía y buscaba lugar para que disfrutaran del lugar, era un sitio acogedor, con una vitrina de productos tentadores, la decoración vintage, la música, y el ambiente, era lo ideal para un buen café.

-Es una buena propuesta ampliarnos-. Mirando a Octavio le daba la total razón.

Bill revisaba los reportes con atención, parecía que todo estaba en orden, firmaba y entregaba a su asistente en aquel momento, varios documentos.

-Por cierto, aquí está el listado de algunas cosas que solicito, revisa bien que no falte nada.... Agitador Vortex. ... Bagueta o Varilla de Agitación. Balanza Analítica. Balón de Destilación o Matraz de Destilación. Bureta. Crisol de Porcelana. Microscopio. Soporte Universal. Estufa de Laboratorio. Termómetro-.

-Si, perfecto Profesor, lo tendrá mañana en la mañana, aunque algunas cosas llegaran hoy mismo-.

-Gracias-. En aquel instante Corine le llamaba.

-Es hora de ir por algo, me gustaría que pudiera darse un café querido profesor-.

-Tengo justo una hora para comer algo, así que ese café se puede dar-.

-Entonces voy por ti-.

Bill se colocaba en pie para despojarse de su bata.

-Creo que también iré por ti-.

Y dicho estos los dos al mismo tiempo, desde sus lugares caminaban para encontrarse con el otro. Al llegar a las escaleras se miraron, Bill le hizo ademan de venir de su mano.

Bajaron por el ascensor hasta el parqueadero para el personal interno.

-Creo que esta noche me quedaré contigo, mi abuela está mucho mejor, de todas maneras, le pedí flores, le encantan-.

-Es un bello detalle, hablando de flores, creo que enviaré unas a casa, Nadia es fanática de las rosas, por eso las continúo comprando, me gustan sobre el comedor en un jarrón de cristal, creo que le da ese toque al lugar muy acogedor-.

-Eres un empedernido romántico, pronto será mi cumpleaños, me gustaría invitar tus hijas, pero no sé, si sea prudente hacerlo, no quisiera ser la manzana de discordia entre ellas y su madre-.

-No te preocupes, estoy separado hace años, legalmente soy parte de la larga lista de divorciados oficialmente, y eso no tiene nada que ver contigo Corine...-.

-De todas formas, es lo que Alice piensa-.

-No podemos vivir con las conjeturas que arman las personas en sus mentes, cierto es que jamás intentes convencer a un detractor-. Bill tomaba su mentón entre sus manos.

-No sea que te bajes a su mismo nivel de...-. Los dos se miraron al tiempo, parecían estar sincronizados -Exactamente, y diré la palabra faltante, estupidez-. Bill le daba un tierno beso.

-No gastemos energías en esas cosas, siento respeto hacia Alice, es la madre de mis hijas, quien fue mi compañera, pero las cosas están más que claras...nuestra separación no fue por alguna falta, decisiones que decidimos tomar, pero siempre le tendré un profundo cariño, pero no quiero que te sientas mal por lo que pasó...las adversidades todas suman para madurar aún mucho más...te amo-.

-Te amo mi querido Bill-.

El auto salía del lugar, Bill cantaba mientras conducía, su rostro se iluminaba.

Sergio revisaba varias piezas importantes que ese día habían salido a luz, un campamento seria colocado en la zona, se quedarían tres días allí, debía clasificar varias piezas encontradas.

El profesor Michael le daba dos palmadas en su espalda.

-Me siento feliz por este hallazgo, pero me sentiré triste muy pronto-.

- ¿Y cuál sería el motivo? -.

-Miss Laurent, nuestro chico nos abandona por unas semanas, viajara a Norteamérica, sé que estarás en tu merecido descanso, pero como te conozco no cesarás de seguir trabajando y enviando reportes, aun así, disfruta.... te lo mereces, todos han ido a sus cortas vacaciones menos Sergio, esta vez casi que tengo que obligarle a que se marche, sus padres son adorables, tuve la oportunidad de conocerlos el año pasado, Sergio ha estado los últimos diez meses sin parar-.

-Sentiremos un vacío, su trabajo es impecable-. Loane encendía su cigarro. Mientras sus ojos miraban a Sergio con aquella fijación.

-Lamento tener que marcharme por unas semanas, pero estaré al tanto de todo, igualmente pueden contar conmigo-.

-No te preocupes, Madison estará con nosotros mientras estás por fuera-. El profesor Michael era requerido en las excavaciones.

Loane se acercaba a Sergio que, en aquel momento, miraba con una lupa unas inscripciones en las vasijas.

-Podemos cenar esta noche... Hay un lugar a media hora, tranquilo, afable, al aire libre en medio de una terraza bastante colorida-.

- ¿Me estas invitando a cenar? -.

-Te estoy invitando a una cita, luego si quieres puedes ir a mi cama, sería una bonita despedida-. Los dedos de Loane le acariciaron su mejilla. Sergio le daba una sonrisa traviesa.

-La cena será una buena fuente de inspiración para terminar mis últimos reportes, de hecho, en unos pocos días estaré en un vuelo a casa-.

Salía de la tienda de campamento.

-Que difícil eres Sergio Fontaine, pero también tengo lo mío-. Fumaba su cigarro, mientras con disimulo miraba los documentos que estaban en su escritorio. Sergio y el profesor ingresaban, y por mala fortuna para ella, tomaba el portafolio y cerrándolo, salían del lugar a prisa.

            
            

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