Los Dulces 40
img img Los Dulces 40 img Capítulo 6 ¡No Puede Ser!
6
Capítulo 7 ¿Y Ahora Qué img
Capítulo 8 Locuras De Aquí Y Allá img
Capítulo 9 Entre Sombras img
Capítulo 10 Una Visita img
Capítulo 11 Amores Y Desamores img
Capítulo 12 ¿Casualidad O Algo Más img
Capítulo 14 Entre Lágrimas y Risas img
Capítulo 15 Noticias img
Capítulo 16 Todo Puede Pasar img
Capítulo 17 ¡Boda Y Sorpresas ¡ img
Capítulo 18 Escapadas img
Capítulo 19 Amoríos Y Líos img
Capítulo 20 Enemigos A La Vista img
Capítulo 21 Cosas De Familia img
Capítulo 22 Entre Cortinas img
Capítulo 23 Diferencias img
Capítulo 24 Jugadas Y Aciertos img
Capítulo 25 Emociones Y Confesiones img
Capítulo 26 Rivalidades img
Capítulo 27 Cupido En Acción img
Capítulo 28 Tras Cortinas img
Capítulo 29 A Un Paso Del Altar img
Capítulo 30 Revelaciones img
Capítulo 31 Tristezas Y Penas img
Capítulo 32 Pasos Seguros img
Capítulo 33 Festejar Y Amar img
img
  /  1
img

Capítulo 6 ¡No Puede Ser!

Sergio miró a Nadia sin detenerse a analizar que ella en aquel instante reía mientras extendía sus manos por la ventana, intentaba cantar algo, lo que sonaba solo a palabras balbuceadas, parecía no saberse bien la letra. Era un intento fallido.

-Tenemos una hora dando vueltas en la ciudad... ¿Podrías decirme donde diablos vives? -.

-Oh...Es como un misterio, no puedo llegar a casa contigo, madre creerá que tuvimos una fogosa noche de sexo-.

-Te llevare a tu casa, no me importa si tu madre piensa algo...seria hasta gracioso-. Le miraba mientras hacia un gesto de sonreír.

-Entonces vamos en dirección a la plaza central, y doblas en la avenida principal, viste una pastelería..." Café Vintage" es mi -.

-Conozco la zona, el café vintage lo conozco por mi madre, suele ir a menudo, dice que es un hermoso sitio, agradable, si estuvieras sobria y cuerda, te invitaría un café, es un hermoso café-.

-Pues te ganaste un pastel...resulta que...-.

-Cállate ahora y déjame escuchar la música, entre el olor a trago, mi ropa un desastre y tú en una borrachera...ha sido suficiente-.

Continuaron en dirección a la pastelería, de allí a casa era muy cerca.

Al llegar le ayudaba a bajar del auto, abrir la puerta e ingresar a casa.

-Estas escaleras para nada son complicadas-. Nadia se recostaba en el con fuerza-.

-Lo sé, ahora sube con cuidado, te dejaré en la puerta de tu habitación-.

Le dejaba recostada en la puerta de su habitación, ella sonreía, con su cabello descuidado y desordenado, su maquillaje algo distorsionado.

Sergio ingresaba en casa sin hacer ruido alguno o su madre saldría veloz de su habitación. Se quedó observando por la ventana de su habitación que pronto saldrían los primeros rayos de sol. Una noche caótica, era un alivio no tener que madrugar.

Se despojaba de su ropa e iba directo al baño, una ducha fresca le haría sentir relajado, y una vez listo, se deslizaba entre la comodidad de las sabanas y la almohada. Ahora sí; se disponía a dormir. Sin pensar en la chica ebria del bar. Que, para remarcar las cosas, le había arruinado su ropa, tendría que enviar a tintorería todo. Por suerte quizás él estaba ahí, de lo contrario, algún extraño se hubiera propasado con la trastocada chica...-No debo pensar más en este asunto, ella está en su casa, sana y salva, y yo iré a dormir tranquilamente-. Cerraba sus ojos y en minutos quedaba rendido. Morfeo le abrazaba con placer y cuidaba sus sueños.

Aunque se cuidó de no hacer ruido, su madre tenía un estupendo parlante que captaba hasta lo más mínimo.

Tania revisaba la casa por completo llegando a la habitación de Sergio para cerciorarse que este dormía profundamente.

Era tan bueno tenerlo en casa con ellos, una idea cruzaba su cabeza, y la cocina era la inspiración en aquel momento.

Cerraba la puerta suavemente. -Creo que un desayuno suculento le animará, posiblemente nos acompañe a una visita especial... ¿Quién se negaría ante un desayuno especial?

Una vez en su cocina se ataba el delantal, no era extraño que comenzara una faena de desayuno temprano. ella misma se consideraba fuera del común.

Y así sonrió para sí misma, cortando fruta y encendiendo la cafetera exprés.

El tibio rayo de sol ingresaba a las nueve y media en punto por las cortinas semi cerradas de Bray. Una noche muy loca y agitada había sucedido, la cabeza le daba vueltas, es que cuando no se toma licor en la vida, y asumes una noche con copas, baile, mujer hermosa y fogosa, es de esperar que el día siguiente sea como un torbellino. Eso es lo que reflexionaba mientras recogía las prendas. Entonces; caía en cuenta que Alice no tenía prenda alguna.

Se miró al espejo su total desnudez, por unos minutos se admiró, era un cuerpo ejercitado, cuidado y viril.

Se sonreía divertido. Pero la sonrisa acabó por completo cuando timbraron a su puerta.

-Alice...Alice no salgas por nada del mundo, creo que alguien vino a casa, y los únicos que pueden aparecer a esta hora son mis padres...al no llegar temprano a desayunar con ellos como es por ritual, entonces vinieron-.

Alice reía.

-Ohhh...bien, pero ponte ropa-. Se quedaba dormida de nuevo. Bray se colocaba el pantalón de su piyama y una camisilla, despeinaba su cabello. Gritaba que ya iba en camino.

Al abrir la puerta de par en par. - ¡Madre! Que sorpresa tan especial, veo que mudaste el desayuno a casa-.

-Oh cariño mío...-. la voz de Mabel era fuerte y sonora, siempre vestida impecable, maquillada, hermosa y con clase, de colores pasteles y algunas veces sobrios.

-Ya que no llegaste a la hora del desayuno vinimos a ti, estas flores ya están para cambiar...ahora iré a hacer tu cama, mientras te duchas para colocarte bello e irresistible, iremos a comer fuera de casa.

Bray se colocaba en la puerta de su habitación a la defensiva.

-Madre querida, no quiero que me veas en ropa íntima, yo lo haré mejor-.

-Mi bebé creció tan rápido y veloz...le da vergüenza que lo vea en interiores, vaya...si así lo quieres...entonces te esperaremos-.

-Claro mamá...-.

-No tienes pan, ni queso crema...iremos a la esquina por algunas cosas-.

-Buena idea mamá...tráeme una botella de yogurt, galletas de avena, mermelada...está bien con

eso...por cierto te doy lo de mi compra-.

-Que chico tan correcto que hemos criado Ben, papá y mamá irán a comprar y ya regresamos-.

Salían hacia el ascensor, Bray corría a la habitación.

-Alice...mis padres no tardaran en llegar, y creo que no es buena idea que nos vean, no por ahora...por favor...sé que-. Alice salía de las sabanas, su cuerpo desnudo era admirado por Bray quien en aquel momento se quedaba embelesado, aunque sacudiendo su cabeza volvía a la realidad.

-Toma...tu vestido...lo siento, si gustas ve directo al estacionamiento, y llévate mi auto-.

-Te tomo la oferta, bajaré por las escaleras-. En aquel instante se acomodaba su cabello, extraía su labial para darse un retoque, polvo en sus mejillas y vestido perfectamente alineado.

-Son cinco pisos-.

Alice se acercaba a Bray. -Haré ejercicio para fortalecer estas hermosas piernas...-. Le guiñaba el ojo, sonreía tomando sus cosas.

Al salir a la puerta se despedían formalmente...pero la puerta del ascensor se abría en el justo instante que Alice se disponía a bajar por las escaleras.

- ¿Alice? Que sorpresa...-.

-Querida, por fin te encuentro, pasé por tu casa...quería invitarte a tomar un café... justo llamé a Bray, me dio la noticia que estabas aquí...así que no pude resistirme a su insistencia en que conociera su departamento de soltero...me dijo que te molestarías si te enteraras que no quiso invitarme al desayuno-.

-Oh por Dios cariño...pasa, estas preciosas... ¿Vas a algún matrimonio acaso? -. Alice le miró divertida.

-No...el vestido lo compré hace meses para alguna ocasión especial...y por fin encontré una-.

-Es precioso mi vida-. Tomaban lugar en el comedor.

-Siempre le he dicho a Ben que te presente uno de sus amigos, hay varios, Cesar es calvo, pero divertido, suele siempre estar contando chistes, y...como se llama el contador...-.

-Patricio-. Ben besaba la mano de Mabel haciendo un gesto de ternura.

-Es un buen candidato, tiene unos setenta años-.

-Mamá...no deberías estar de casamentera...-.

-Por Dios, Alice se merece un buen hombre-.

-Gracias querida. Por ahora quiero tomar mucho sol, cubrirme con sabanas de seda, y disfrutar el paisaje-. El pie de Alice subía por la entrepierna de Bray. Llevándole a tener un acceso de tos repentina, su rostro estaba sonrojado.

-Bueno es una temporada solterona que no te hará mal, después podemos presentarte varios amigos de Ben-.

Alice tomaba el café, su mente pensaba en mil cosas a la vez, como era posible que justo Mabel y Ben, llegaran en el momento justo de ella irse, y lo más complicado era que sus hijas se darían cuenta que no estaba en casa, su ex marido estaría en unas horas en casa, para almorzar en familia, su mensaje decía que no iría a desayunar y lo compensaría llevándoles algo delicioso.

¡No podía ser! Tantas coincidencias juntas. Y todas las cosas revueltas.

Un baño era lo primero que Nadia necesitaba.

Consultaba el reloj que en aquel instante indicaba las dos y media de la tarde, papá llamaba a la puerta, sus llaves se le habían quedado, ella estaba con un terrible dolor de cabeza. Lanzaba las llaves por el balcón y se percataba que su madre no estaba en la casa.

-Hola hija...veo que tu noche estuvo genial...-.

-Si, fue genial, mucho baile, mucha risa, mucho baile otra vez, vino, baile, brindis y todos a casa-. Reía.

Iba directo a la ducha y se daba un baño a prisa. Se colocaría un vestido a media pierna con un pantalón al cuerpo. El cabello húmedo y largo lo enrollaba en una toalla.

-Tendré que hacer un corte que me dé forma-. Se secaba el cabello, mientras su padre le hablaba desde la cocina.

-Si papá, una ensalada pollo y puré...estará bien-.

¿Dónde rayos estaba su madre y su hermana? En aquel momento terminaba de secar su cabellera, y se hacía un moño antiguo.

-Esta semana iré al salón quiero un corte en capas a media espalda, está demasiado largo mi cabello-.

¿Dónde rayos estaba su madre y su hermana? En aquel momento terminaba de secar su cabellera, y se hacía un moño antiguo.

-Esta semana iré al salón quiero un corte en capas a media espalda, está demasiado largo mi cabello-.

Ingresaba en la cocina para comerse una alita de pollo, no estaba para nada mal.

- ¿Y dónde está tu madre y hermana? -.

-Creo que salieron a tomar algo de sol, así que comamos juntos-.

- ¿Tomar sol? -. Bill miraba desconcertado.

-Si papá, sabes que el sol de la mañana es vitamina...además mamá tiene que tomar por sus huesos...para evitar, ya sabes...problemas después-.

-Me suena increíble que salieran a tomar sol...es una locura-.

En aquel momento Alice subía las escaleras a prisa.

-Alice buenas tardes... ¿Con ese vestido saliste a tomar el sol? -.

Alice miró a Nadia con algo de complicidad.

- ¿Puedes creerlo? Lo primero que tome del closet. No puedo creerlo ni yo misma, aunque tomé sol por aquí cerca... ¿En qué pensaba? -. Reía a carcajadas mientras pensaba en la loca noche y todo lo que ese vestido había logrado.

                         

COPYRIGHT(©) 2022