Capítulo 4 Una amistad furtiva

Después de la conversación con su padre Kiara

supo que lo que hacía no era aceptable a los ojos de la sociedad, por lo que,

si quería seguir siendo amiga de 345, debían verse a escondida, sabía que 345

estaba consciente de lo inadecuado de su relación así que creía que no tendría

problemas con verse a escondidas.

Así que decidida salió al encuentro de su amigo quien

estaba sacando la nieve de unas flores.

-Majestad, pero que agradable sorpresa- dijo al

verla.

-Necesito hablar contigo- dijo ella.

-Claro, dígame ¿en que puedo ayudarla?

-Aquí no, necesitamos hablar en privado, vamos al

invernadero- Dijo Kiara sabiendo que en ese lugar nadie los escucharía, aún con

el agudo oído de los lobos.

-Está bien.

Ambos caminaron en silencio al invernadero

mientras 345 se preguntaba qué era eso tan privado que quería decirle, quizás

sería una buena ocasión para decirle que ya la empezaba a ver como más que una

amiga ¿y si ella siente lo mismo? Se atrevió a pensar pero descartó la idea

enseguida "no te hagas falsas ilusiones" se reprochó "es una princesa ya

que te considere su amigo es demasiado". Al llegar al invernadero Kiara tomó la

palabra.

-No sé cómo decir esto pero tenemos problemas, mi

padre no quiere que siga viéndote ya sabes, dijo que debía codearme con gente

de mi mismo estrato social y esa clase de tonterías.

-Entiendo- Dijo él mirando el suelo pensando que

era una despedida, ella puso su mano bajo su barbilla para que la mirada.

-Pero yo no tengo intenciones de dejar de verte,

eres muy importante para mi.

-Ud también es muy importante para mi, no se

imagina cuanto- confesó 345.

-pero desde ahora, si queremos vernos deberá ser

en secreto, odio que sea así pero no veo otra forma, todos están sobre mi esperando

que me comporte a la altura de una heredera al trono- Explicó Kiara.

345 lo pensó un minuto, era tan injusto ¿Por qué tenían

que verse a escondidas si no estaban haciendo nada "malo"? Ósea, sabía que la

jerarquía debía respetarse, en ese sentido si estaban rompiendo una norma pero

él siempre era muy respetuoso con la princesa y aunque fueran cercanos nunca

olvidaba su lugar, además si empezaban a verse a escondidas y los descubrían

las consecuencias podrían ser muy graves.

-Creo que debería hacerle caso a su padre,

majestad, él sabe lo que es mejor para usted- Dijo 345 con dolor.

-¿Qué? ¿Por qué dices eso? ¿Ya no quieres ser mi

amigo?

-No se trata de lo que yo quiera, se trata de lo

que es correcto.

-¡Me importa una mierda lo que es correcto! Nunca

he tenido una amistad tan sincera como la tuya- 345 se quedó pensando- por

favor, no quiero perderte como amigo.

-¿y entonces como nos veríamos para que nadie lo

note?

-Hay una cabaña en el bosque, es un refugio

secreto que construí con un poco de ayuda, voy ahí cuando las cosas me abruman,

nadie sabe que está ahí, ni siquiera quien me ayudó a construirla porque una de

mi hermanas borró su memorias sobre eso, podemos vernos ahí cada día.

-Bueno... eso no suena tan mal- Dijo 345

fantaseando con que al estar con la princesa a solas podría hacer que se

enamore de él, aunque de inmediato se reprochaba por sus "impuros" pensamientos.

-Bien, entonces ven, te mostraré donde está- Dijo

kiara adoptando su forma de lobo.

345 también adoptó su forma de lobo, quien tenía

un sencillo pelaje negro aunque era más grande en tamaño que Kiara.

Ambos corrieron hacia el bosque, procurando no

ser vistos a los pocos minutos de correr a toda velocidad llegaron a una cabaña

justo en medio del bosques.

-Aquí es- Dijo Kiara tomando su forma humana y lo

guió al interior.

No tenía habitaciones, solo una acogedora sala de

estar, una chimenea, cocina y baño.

-Es muy linda- Dijo 345 pensando que el "refugio"

de la princesa era casi del tamaño de su casa, la única diferencia era que en

su casa si habían 2 habitaciones pero en cuanto a terreno construido era el

mismo tamaño o quizás incluso un poco más.

Kiara sacó unos paquetes de frituras de la cocina

y le tiró uno a 345

-ten- Dijo al mismo tiempo que lanzaba las

frituras 345 las atrapó ágilmente- Así que este es mi lugar secreto, eres el

primer lobo que invito aquí, ni mis hermanas saben de esta cabaña.

-Gracias por invitarme- dijo abriendo el paquete

de frituras.

Kiara se sentó en uno de los sillones y 345 se

sentó a su lado, de pronto kiara lo quedó mirando.

-Deberías tener un apodo, 345 es muy impersonal

¿no crees?

-Creo que es justamente esa la razón por la que

nos nombran con números, para los Alfas somos todos iguales- dijo pensando en

voz alta.

-Pero para mi no lo eres, para mi eres especial

345- Dijo kiara tomando su mano.

-Lo sé y Ud también es especial para mi,

princesa- Dijo él besando su mano lo que hizo que Kiara se ruborizada.

-Entonces deberías tener un apodo, aunque sea

solo entre nosotros...

-Si eso la hace sentir mejor adelante, a mi no me

molesta mi nombre, ya estoy acostumbrado.

-bueno... Si no te molesta...- Dijo kiara encogiéndose

de hombros- seguirás siendo 345.

Kiara y 345 se quedaron conversando en la cabaña

hasta que la luna brilló en lo más alto del cielo, ambos se apresuraron a

volver a sus hogares pues habían perdido la noción del tiempo y habían dejado

de lado sus obligaciones.

-¡¿se puede saber donde estabas?!- exclamó la

reina, furiosa, en cuanto vio a su hija mayor.

-Lo siento madre, salí a correr y perdí la noción

del tiempo- Respondió Kiara.

-¿Durante todo el día?- insistió la reina, escéptica.

-Obviamente fui descansando entre medio.

-pues mañana no saldrás a ninguna parte, te

quedarás aquí cumpliendo tus obligaciones como heredera.

-¡pero madre!- se quejó Kiara.

-Pero nada, ¿o acaso tienes algo más importante

que hacer?- Dijo la reina mirándola con suspicacia.

Kiara había prometido a 345 que se verían en la

cabaña cada día sin falta, pero ahora no podría cumplir su promesa.

-No madre, no hay nada más- respondió de mala

gana, no podía ponerse en evidencia sobre todo porque sería 345 quien se lleve

la peor parte por ser un beta intentando estar a la altura de un Alfa y no

cualquier Alfa, la heredera al trono, su amistad se podría tergiversar de las

formas más horribles.

-bien entonces ya está decidido, mañana

recuperarás tus lecciones de magia y etiqueta, sin olvidar que también tienes historia

e idiomas.

-sí madre- Dijo con cansancio, se sentía como una

cachorra pequeña a pesar que ya se acercaba su cumpleaños número 18 sería una

loba adulta y elegible como posible esposa, pero eso a ella no le interesaba,

ella no quería simplemente ser esposa de alguien al azar, quería casarse con

alguien con quien haya formado el vínculo, había leído mucho sobre el, el

vínculo nace de dos lobos nacidos del mismo rayo de luna, no era común

encontrarlo pero cuando se hacía se podía conocer el verdadero significado del

amor, ese que no se rompe ni en el peor de los escenarios perdura contra viento

y marea e ignorarlo significaría una vida de dolor y angustia para ambos lobos,

ella sería capaz de renunciar a todo si con eso puede estar con una persona con

la que se pueda vincular.

Kiara subió a su habitación y se preguntó por qué

de pronto había recordado lo del vínculo, quizás solo era por la presión que había sobre ella para que eligiera un

compañero digno.

-Si tengo que pasar mi vida con alguien me

gustaría que sea como 345 o, aun mejor, que sea 345- pensó recostada en su cama,

viendo el techo. Enseguida se dio cuenta de lo escandaloso que podría sonar ese

pensamiento si lo decía en voz alta.

Nadie podía enterarse de la amistad que tenía 345

y la forma en que la hacía sentir.

            
            

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