Su última jugada,idea de su padre, fue recordarle que supuestamente él le había pedido matrimonio días antes del accidente.
Ian se sentía totalmente confundido y aún más cuando Vanessa y Rogelio le decían que su abuelo lo había desheredado por causa de ella, aún así ellos decidieron seguir con su propuesta.
La noticia de que Misael había desheredado a su nuevo, lo hizo que fuera a hablar con su abuelo y exigirle una explicación a todo eso.
-Abuelo, ¿es cierto que me has desheredado porque Vanessa es mi novia ?-interrumpió Ian a su abuelo sin siquiera saludarlo.
Misael se quedó pensando un momento y decidió que era una jugada muy buena a su favor.
-Estás en lo cierto.
-¿Qué te molesta de ella?, me ha cuidado todo este tiempo, he visto nuestros recuerdos juntos y no le veo nada malo -habló Ian muy decepcionado.
-No te dejes engañar y nada es como tú lo dices.
-No tengo que seguir escuchándote, puedes quedarte con tu dinero -interrumpió Ian, dejando a su abuelo con la palabra en la boca.
Pero satisfecho por cómo había resultado todo a su favor. Misael sonrió con pesar, esa gente era tan manipuladora que lograron volver a envenenar la mente limpia de su nieto.
Aunque eso le indicaba que debía actuar esa misma noche. Ya todo estaba listo para que Melisa hiciera acto de presencia cuando su nieto tomara una decisión que no era la correcta.
Ian salió junto a su muy contento suegro en busca del mejor anillo para entregarle a Vanessa, ella estaba tan emocionada de solo vivir una boda. No le importaba si amaba o no, solo deseaba presumir ser la esposa de un hombre con mucho dinero y guapo.
Misael recibió un mensaje de su hija anunciándose que Ian tenía algo importante que decirles en la cena.
Por supuesto que ya Misael estaba al tanto de todo lo que su nieto había preparado ese día para la noticia que sería interrumpida.
Vanessa decidió usar un vestido sexy, su cabello lacio suelto y un maquillaje para nada sutil.
Ya todos reunidos en el comedor esperaban pacientemente que llegara Misael.
-Buenas noches -Habló Misael entrando a su casa donde ya no existía el respeto de antes.
Solo Isabel tuvo la decencia de levantarse y recibirlo.
-Les pedí que asistieran a esta cena, porque tengo algo muy importante que decirles -anunció Ian viendo serio a su abuelo. Misael quiso voltear los ojos, pero disfrutaría el momento.
-¿Cuál es esa noticia mi amor? -preguntó Isabel emocionada.
-Déjalo que hable amor -reprochó Rogelio sonando sutil.
-Vanessa, te doy gracias porque pasaste estos meses cuidando de mí, porque no me abandonaste, no recuerdo nada de nuestros momentos, pero esas fotos dicen mucho, sé que te prometí casarme contigo y si hice eso, seguro es porque te amo y me disculpo si no te lo demuestro -habló Ian acariciando la copa con sus dedos mientras hablaba.
Sorprendentemente era una decisión que estaba tomando más que todo por la rabia de que su abuelo lo desheredara.
-¿Qué dices amor? Lo hice con todo el amor -respondió Vanessa, se acercó y lo abrazó mostrando una sonrisa de niña buena.
Ian aceptó el abrazo más no se sentía lo suficientemente cómodo, Vanessa no le hacía sentir ninguna sensación que le diera algo de satisfacción la decisión que estaba tomando.
-¿Quieres casarte conmigo? -preguntó cuando Vanessa se separó, No se arrodilló completamente, sentía que no era necesario, ella actuó sorprendida y tapaba su boca, disimulaba soplar sus ojos.
-¡Claro que sí, amor! -chillo Vanessa feliz.
-Buenas noches -entró una hermosa rubia de ojos marrones, interrumpiendo el momento. -Perdón por interrumpir esta cena, pero creo que has olvidado que estás casado, querido esposo -Hablo la rubia reflejando una sonrisa hermosa.
-¿Qué? -exclamaron todos.
-¿De qué habla esta mujer? -Reclamó Vanessa.
-¿Tu sabes algo papá? -interrogó Isabel.
-Tomen asiento, por favor -pidió Misael en tono fuerte.
-Debes tener una explicación para esto abuelo, no veo que estés sorprendido -Acusó Ian.
Melissa tenía los nervios a tope, viendo fijamente a Ian, quien no salía del asombro en el que estaba.
Para calmar un poco sus nervios, se acercó a la mesa y tomó asiento al lado de Misael. Ocupando prácticamente el puesto de él.
De esa manera la mesa estaba con seis integrantes. Misael ocupaba el puesto principal, a su derecha se encontraba su hija y a su izquierda Melissa.
Al lado de Isabel estaba Rogelio con una cara de pocos amigos, mientras que Ian veía mal a Melissa.
-Ella es Rebecca Ríos, socia de la clínica y esposa de Ian.
-¿Mi esposa? -interrogó Ian con burla.
-Sí hijo, no permitiste que terminara de hablar cuando me reclamaste.
-Yo no recuerdo haberme casado.
Tampoco recuerdas que tenías novia y mucho menos recuerdas todo lo que has hecho en el último año -le recordó Misael.
-Cómo es que Ian está casado y mi hija no lo sabía -reprochó Rogelio sumamente molesto.
Vanessa y él no se atrevían a decir nada por la presencia de Misael.
-Una semana antes del accidente, le informé a Ian que lo iba a desheredar por irresponsable.
La única condición de que cambiara de opinión era contraer matrimonio con la señorita, para mantener la sociedad y estar seguro de que mi empresa no cayera en bancarrota.
-¿Y me estás queriendo decir que yo acepté? -reprocho Ian.
-Sí, todo por ser el presidente de la empresa -aseguró Misael, dejando a Ian confundido y sin saber qué decir.
Vanessa buscaba la mirada de su padre, quien solo mordía su lengua para no estallar contra Isabel.
-¿Por qué no sabía nada de esto papá?, ¿no soy la madre de Ian? -Reclamó Isabel dolida.
Misael no supo qué más decir, así que si hija se levantó y se marchó a su habitación, Rogelio decidió seguirla y no decirle nada por esa noche.
-Lamento todo esto, pero acabo de llegar de viaje.
-Ya te están preparando una habitación, mañana se mudarán a la mansión que le dejó mi difunta esposa a Ian.
-¿De qué hablas abuelo? -interrogó Ian
-Estás casado, debes vivir con tu esposa .
-Yo tengo a mi novia, así que ella también vivirá con nosotros -declaró Ian por arrebato.
Misael pensó en Melisa, quien le dio calma con su mirada.
-Es tu decisión, recuerda que ante la sociedad, andarás de la mano de la señora Lincoln y tu novia deberá soportar eso -dejó claro Misael levantándose de la silla.
-¿Y si no lo cumplo? -amenazó Ian.
-Te divorcias y renuncias a todo -respondió Misael marchándose a su despacho.
-Señora, ya la habitación está lista -Melissa se levantó, antes de marcharse dirigió su mirada a Vanessa y luego a Ian.
-Feliz noche -dijo sin esperar respuesta.
Vanessa se levantó molesta y caminó dando manotazos hasta su habitación.
Observó el anillo que tenía en su mano y lo tiró en la cama. Era tan pequeño comparado al que tenía Melissa en su dedo.