Embarazo oculto
img img Embarazo oculto img Capítulo 2 Las desgracias me siguen
2
Capítulo 7 Estás muy guapa con tu pijama img
Capítulo 8 Beso apasionado, caliente, codicioso img
Capítulo 9 Es tan romántico img
Capítulo 10 Lágrimas de felicidad img
Capítulo 11 Voz sexy y ronca img
Capítulo 12 Te quiero img
Capítulo 13 Buena chica img
Capítulo 14 Celoso img
Capítulo 15 Eres lo más importante para mi img
Capítulo 16 Cambiaré sólo por ti img
Capítulo 17 Tu corazón late muy rápido img
Capítulo 18 Con los nervios de punta img
Capítulo 19 Quédate conmigo esta noche img
Capítulo 20 Es tan testaruda img
Capítulo 21 Pervertido img
Capítulo 22 No me gustas img
Capítulo 23 ¿Te estás mojando img
Capítulo 24 Es ahora o nunca img
Capítulo 25 La culpa es mía img
Capítulo 26 La odio img
Capítulo 27 Herido img
Capítulo 28 La ruptura img
Capítulo 29 No la dejaría marchar nunca más img
Capítulo 30 Yo te necesito más img
Capítulo 31 El bebé img
Capítulo 32 Me mudaré contigo img
Capítulo 33 No me toques img
Capítulo 34 Se merece eso y más img
Capítulo 35 Estás preciosa img
Capítulo 36 Te amo img
Capítulo 37 ¿Y los pendientes img
Capítulo 38 Epílogo img
img
  /  1
img

Capítulo 2 Las desgracias me siguen

MATT

Vi cómo Anna se alejaba de donde yo estaba. El casi accidente me hizo sonreír y estremecerme al mismo tiempo. Se me había caído el móvil al intentar conectarlo al manos libres del coche. Lo había recogido rápidamente, pero cuando levanté la vista, la vi en medio.

Me paralicé mentalmente, pero mis reflejos se apoderaron de mí, toqué el claxon y pisé el freno. Estuve a punto de golpearla. Tardé un momento, pero finalmente salí del coche. Caminé hacia la parte delantera, donde ella estaba con los ojos cerrados por el miedo. Había estado asustada y ansiosa a la vez.

Hacía cinco meses. Ese era el tiempo que hacía que me había fijado en ella. Al principio, no había estado seguro de si llevaba más tiempo trabajando en el gimnasio. Pero después de una conversación con Jim, confirmé que había estado trabajando durante ese tiempo.

Tenía un aire que me atraía. La forma en que mantenía la cabeza alta, pero hablaba educadamente. Odio admitir que la he observado más veces de las que puedo contar mientras trabajaba.

Pero entonces me di cuenta de que había dicho que se iba a trabajar, lo que me hizo fruncir el ceño.

Respiré hondo y volví a mi coche mientras la miraba furtivamente mientras caminaba por la calle. Sin pensarlo ni un segundo, ni pensar hacia dónde me dirigía, conduje hacia ella. Cuando me acerqué a ella, bajé la ventanilla del acompañante y me incliné sobre mi asiento.

-Hola-, la llamé,

Ella hizo una doble mirada antes de detenerse. Me miró como si no pudiera creer que la hubiera seguido.

-Hola.

-¿Puedo llevarte a algún sitio?

-Uh, no, estoy bien.- Dijo con cara de inseguridad: -Sólo voy a la siguiente manzana.

-¿Ah?- Él esperó a que ella continuara,

-¿Es un lugar que conozco?- Preguntó cuando ella no ofreció más información,

-Tal vez no.- Dijo ella,

-Pruébame-. Sabía que era imposible que conociera el lugar. Vivía y trabajaba en la otra punta de la ciudad. Sólo vine a este lado de la ciudad por el gimnasio.

-Kat's-Ella dijo-Es un café justo en la siguiente cuadra.

-Oh.

-Entonces, puedo caminar. Pero gracias.- Ella dijo,

-Nos vemos, Anna.

Ella dio una pequeña sonrisa antes de seguir su camino.

*

ANNA

Empujé la puerta y entré en Kat's.

Katherine, mi mejor amiga y la dueña de Kat's levantó la vista de detrás del mostrador donde trabajaba.

-Belle- me llamó,

El café no estaba abierto todavía, así que no había clientes.

-Llegas tarde.

-Lo siento. Casi me atropellan.

-¿Qué?- Me miró con los ojos muy abiertos: -¿Cuándo? ¿Cómo?

-No pasa nada, estoy bien-le dije mientras me unía a ella detrás del mostrador para ayudarla.

Ella me miró de pies a cabeza.

-¿Estás segura?

-Eh, estoy delante de ti. Así que sí, estoy seguro-. Le cogí el paño limpio y continué la tarea que ella había empezado,

Kat de repente me abraza y me quedo atónito ante la inesperada muestra de afecto,

-Me alegro de que estés bien.- Suspira,

-Sí, yo también.

Kat se retira,

-Por favor, ten cuidado.

-Siempre lo tengo-. Volví a limpiar el mostrador.

El día transcurrió lentamente mientras los clientes entraban y salían poco a poco. Pero cuando llegó la hora de comer, el tiempo pasó tan rápido que me sorprendió la hora a la que habíamos terminado. Sólo un par de horas más y tendría que volver al gimnasio para limpiar.

Sonó el timbre de la tienda y cuando levanté la vista para recibir al cliente, me quedé helada. Sonrió cuando su mirada se posó en mí. Sentí la presencia de Kat cuando se dirigió hacia mí.

-¿Quién es ese hombre tan guapo y qué demonios hace en mi cafetería?

No fui capaz de responderles antes de que se acercara a nosotros y se colocara al otro lado del mostrador.

-Hola-. Su mirada se centró en mí,

-H-hola.

Nuestras miradas estaban fijas y ninguno de los dos parecía querer apartar la vista.

-¿Hola?- Kat llamó a mi lado, sacándome de la neblina en la que estaba.

-Hola.- Matt le devolvió el saludo antes de volver a mirarme,

-¿Qué puedo ofrecerte?

-Una cita contigo estaría bien.

De ninguna manera dijo eso.

Pensé mientras mi corazón daba un vuelco.

-Sí.

Miré a Kat que había contestado en mi nombre. Ella me lanzó una mirada que decía: Te mataría antes de que tuvieras la oportunidad de decir que no.

-Le encantaría.

Matt le sonrió,

-Por mucho que me guste esa respuesta, preferiría que aceptara de buen grado.

Le miré sin saber de qué se trataba. Todo mi día había sido un gran sueño. Empezó bastante normal, pero que casi me atropellara y que entrara ahora en la cafetería son momentos de la vida que parecen imposibles de creer.

-Tenemos un cliente.- Kat se apartó: -Dale una respuesta al hombre y yo atenderé a nuestro cliente.

Kat la dejó sola y Matt tuvo toda su atención.

-No lo entiendo.

-Soy un hombre al que le gusta una mujer y quiere conocerla mejor-. Dijo él,

-Yo te gusto-Le dije: -¿Es una especie de broma con tus amigos del gimnasio, porque yo paso.

-Oye, oye, más despacio. Esto no es una broma. Y no tengo amigos en el gimnasio-. Frunció el ceño: -¿Por qué piensas eso?

-Sacaría los gráficos y te explicaría todo el sistema de clases, pero estoy seguro de que ya lo sabes.

Parecía decepcionado.

-La chica que veo todos los días en el gimnasio no parecía el tipo para juzgar.

-No estoy juzgando-. Me sentí como si me hubieran abofeteado. -Sólo estoy diciendo lo obvio.

Matt suspiró,

-Si me presentara aquí sin mi traje y fuera el tipo de chico que viene a menudo, ¿saldrías conmigo?

Me encogí de hombros.

-Tal vez.

-Entonces, ¿qué hay de malo en salir conmigo?

-Nada.

-¿Es porque no te gusto?

-No te conozco lo suficiente.

-Entonces, conócete en la cita.

Sonreí para mis adentros en el tres al sesenta. Respiré hondo y asentí lentamente.

-De acuerdo.

Sus cejas se fruncieron,

-Suenas como si te estuvieran apuntando con una pistola.

Sonreí.

-Me encantaría salir contigo.

-Mucho mejor-. Sonrió: -¿Dónde te recojo mañana?

Escribí mi dirección en un papel y se la di.

-Hasta mañana, Anna.

-Nos vemos. -Sentí que mi corazón acelerado empezaba a calmarse mientras él salía del café.

Al día siguiente, después de trabajar en Kat's, fui a limpiar el gimnasio antes de volver a casa. Apenas llevaba cinco minutos en casa cuando sonó el timbre.

-Ya voy- fui a abrir la puerta y le vi allí de pie con un aspecto tan guapo-Algunos cerramos tarde.

-Y algunos de nosotros tenemos hambre-sonrió con esa sonrisa sexy y malvada suya, -¿No me vas a dejar entrar?

-Lo siento, pasa-. Entró y ambos fuimos a la zona de estar-Toma asiento.

Tomó asiento y me miró.

-Acabo de llegar y tú acabas de volver del trabajo-, le dije.

-Lo veo y lo sé. ¿Qué quieres decir?

-Deberías habernos dado treinta minutos para acomodarnos antes de nuestra cita.

-Cierto. Pero ya estoy aquí.

-Tendré que refrescarme primero.

-Tómate todo el tiempo que necesites.

-Bien. ¿Quieres algo antes de que te deje?

-No, estoy bien.

-Estupendo. Ahora vuelvo.

Subí a mi habitación y me di una ducha rápida. Fui a mi armario y cogí un par de vaqueros y un top, no el top crema, me lo puse. Me sequé el pelo con una toalla y bajé las escaleras con el pelo no tan húmedo.

-¿Lista?

Me miró sorprendido.

-Eso fue rápido.

-Sí, no me gusta perder el tiempo.

-Tomo nota-. Sonrió mientras se levantaba del sofá,

Cogí mi bolso y me dirigí a la puerta donde me esperaba con la mirada fija en mí.

-Tienes el pelo mojado-. Dijo cuando llegué hasta él,

-No tuve tiempo de secarlo.

-Te vas a resfriar.

-No si es una norma.

No parecía que le gustara, pero asintió. Salimos de mi apartamento y cerré la puerta. Bajamos las escaleras hasta donde estaba aparcado su coche. Me abrió la puerta y subí.

-Gracias-, le dije al entrar.

Cerró la puerta, caminó hacia su lado y entró. Condujo hasta el lugar donde íbamos a tener la cita. Un restaurante, su apartamento, donde quiera que fuera, me siento muy nerviosa. Hacía tanto tiempo que no tenía una cita.

Sonó mi teléfono y fruncí el ceño cuando vi el identificador de llamadas. Contesté tras el segundo timbrazo.

-¿Dr. Adam?

-Belle, amenazan con cortarla si no pagas.

Tragué saliva mientras el corazón se me encogía.

-Lo estoy intentando Dr. Adam. Lo haré esta semana.

-De acuerdo.- Sonaba inseguro,

-¿Cómo está ella?- Me las arreglé para preguntar,

-No hay diferencia.

-Han pasado seis meses-podía sentir la mirada de Matt sobre mí -¿Por qué no cambia nada?

El Dr. Adam suspiró.

-No lo sé, Belle. Cada paciente es diferente. Todo parece estar bien médicamente, pero despertar depende de ella ahora.

Respiré lenta y profundamente y asentí con la cabeza, pero recordé que él no podía verme,

-De acuerdo. Gracias.

-Cuando quieras, Belle. Buenas noches.

-Buenas noches-dije y colgué.

Matt todavía me miraba, pero, por suerte, no dijo nada. Empecé a dudar de toda esta cita, pero eso invitaría a preguntas para las que no estaba preparada, todavía.

Que Dios me ayude.

Envié una rápida oración al Padre.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022