AVA
-Vamos al parque de atracciones esta noche-dice Charlie, saltando a la cama a mi lado.
-¿Quién dijo que podías irrumpir en mi habitación sin más? Vuelve a la tuya-. Pongo los ojos en blanco.
Charlie y yo pensábamos que sería más barato compartir piso, pero a las dos semanas de vivir juntos me arrepentí porque lo único que hacía Charlie era traer chicas.
-¿No tienes alguna chica con la que ir? No sé si me puedo molestar. Prefiero sentarme aquí y volver a ver Euforia-. Suspiro, abro una bolsa de patatas fritas y enciendo la tele.
-¡Cariño, por favor!- Se queja.
-¡No, es mi día libre!-. Echo la cabeza hacia atrás, frustrada.
-Hace siglos que no pasamos tiempo así juntos, por favor, Ava-. Me mira con sus profundos ojos verdes y yo cedo.
-¡Vale!- Resoplo y entro en el baño para prepararme.
-¡Te quiero!- Me grita.
-Sí, yo también te quiero-. Le respondo entre dientes.
Cuando estoy lista, Charlie y yo subimos al coche y nos dirigimos a la feria.
-Entonces, ¿llegaste bien a casa anoche?- pregunta Charlie.
-Sí, Kevin me dejó-. Asiento y miro por la ventana.
-¿Has hablado con él hoy?-. Me mira.
-No, ¿por qué iba a hacerlo?-. Me río ligeramente-Es literalmente mi jefe, Charlie. No voy a mandarle un mensaje al azar en mi día libre. Dudo que quiera mandarme un mensaje de todos modos-me río.
-Parecía un poco protector ayer, cuando te dejé. Ese hombre se me quedó mirando hasta que volví al coche-Charlie bromea, pero yo frunzo las cejas.
-No seas tan dramática, Charlie-. Pongo los ojos en blanco.
-Es un poco mayor para ti, ¿no crees? Quiero decir que tiene un hijo.
-Charlie, yo tengo veinticuatro, él treinta. No hay tanta diferencia y, de todas formas, ¿qué más da? No somos pareja. Él. Es. Mi. Jefe-. Le digo claramente.
-Bien-. Él asiente.
Llegamos al parque de atracciones y Charlie aparca el coche.
-¡¿Estás listo para divertirte?!- Charlie sonríe y yo le devuelvo la sonrisa.
-¡Vamos!- Sonrío y salto del coche, corriendo hacia la taquilla. Oigo cómo Charlie corre detrás de mí riendo. Luces de colores nos rodean y la música llena mis oídos. -Me lo he perdido-. Le sonrío mientras esperamos en la cola.
-Tú y yo, Ava-. Llegamos al principio de la cola y Charlie paga nuestras entradas.
Una hora después, hemos montado en unas diez atracciones y comido mucho algodón de azúcar.
-Charlie, me encuentro mal-. Me agarro el estómago.
-Mierda, lo mismo-. Él gime, pero luego sonríe juguetonamente y me levanta, dándonos vueltas.
-¡Charlie, para!- Me río tanto que me empieza a doler el estómago. -¡Charlie!-
-¡Avey!
Los dos nos giramos hacia la voz y mis ojos se abren de par en par.
-¡Lily!- Charlie me baja y yo me agacho para que ella corra a mis brazos. Me abraza con fuerza y luego se aparta y le lanza una mirada malvada a Charlie.
Qué raro.
-Lily-Frunzo el ceño. -¿Dónde está tu padre?- Le pregunto con severidad.
-Oh.- Baja la mirada y juguetea con las manos.
-Lily, por favor, dime que no te has escapado de tu padre sin que él lo supiera. ¿Sabes lo peligroso que es eso, cariño?-. Ella sacude la cabeza y se le humedecen los ojos.
-¡LILY MORENO!- Levanto la vista y veo a un Kevin asustado corriendo hacia nosotros. Una vez que ha llegado hasta nosotros, levanta a Lily y la abraza como si fuera a desaparecer de nuevo. -¡No vuelvas a hacerme eso, quédate a mi lado en todo momento, princesa!-. Le entierra la cabeza en el pelo.
-Lo siento papi, acabo de ver a A-Avey-. Ella solloza.
Me pongo de pie y Kevin me mira.
-No lo supe hasta que se lo pregunté-. Le explico.
-No te preocupes, Ángel. Me alegro de que acudiera a ti y no intentara escaparse a uno de los puestos de golosinas-. Me dice y luego baja la mirada y también fulmina con la mirada a Charlie -que está de pie torpemente detrás de mí.
-¡Charlie!- Una voz aguda chilla y yo arrugo la cara. Entonces me doy la vuelta y mis ojos se abren de par en par cuando veo a una chica asiática muy guapa corriendo hacia un Charlie con los ojos muy abiertos. Lleva el pelo largo y oscuro suelto mientras se acerca con una mirada cálida.
-Harley-. Charlie sonríe torpemente y me rodea la cintura con los brazos. Miro a Kevin, que traslada su mirada al brazo de Charlie. Luego vuelve a mirarme y levanta las cejas. Lily hace lo mismo.
Toso, llamando la atención de Charlie.
-¿Quién es?- Le sonrío.
-Solo alguien...
-Nos enrollamos un par de veces, dijiste que me ibas a traer aquí-. Ella sonríe dulcemente y Kevin decide taparle las orejas a Lily-Lo siento, ha sido muy grosero por mi parte decirlo delante de tu hija-Le dice a Kevin y baja la mirada avergonzada.
-No lo he hecho. Te pregunté si ibas a ir, eso no significaba que fuera a llevarte-. Charlie aprieta los dientes. A Harley se le cae la sonrisa y empiezo a sentirme ligeramente mal por ella. Charlie aprieta su brazo alrededor de mi cintura hasta el punto en que empieza a dolerme.
Es evidente que Kevin nota mi malestar.
-Quítale las manos de la cintura, le estás haciendo daño-. Kevin gruñe y Charlie suelta rápidamente sus brazos.
-Lo siento, cariño-. Sonríe suavemente.
-Entonces, ¿vamos a salir?-. Harley pregunta, con la esperanza llena en sus ojos.
-Yo... yo... mira...- Charlie tartamudea y me mira a mí y luego de nuevo a Harley.
-No pasa nada-. Le hago un gesto con la cabeza.
-Ava, está bien, necesito llevarte a casa. Harley, podemos...
Le tiendo la mano.
-No te preocupes, ya nos hemos divertido. Encontraré otra forma de llegar a casa-. Me mira durante un par de segundos y luego sonríe besándome la mejilla y se marcha de la mano de Harley.
Miro a Kevin y veo que me mira con el ceño fruncido.
-¿Qué te pasa?- le pregunto.
-¿Así que te deja sola?-. Levanta una ceja.
-Mal amigo-. Lily frunce el ceño.
-Me sentí mal por la chica-. Me encojo de hombros.
-¿Te sentiste tan mal que antepusiste su seguridad a la tuya? ¡¿Cómo vas a llegar a casa ahora, Ángel?!-. Se acerca más a mí.
-Probablemente, me quede en la cartera...
-Ni siquiera te molestes en terminar esa frase, crees que voy a dejarte volver a casa caminando solo-. Ajusta a Lily, que ahora duerme, en su cadera. Juro que esa chica se duerme como si no hubiera mañana. -Ava, estás poniendo a prueba mi paciencia-. Me frunce el ceño.
-No te ofendas, Kevin, en realidad no te preocupes por mí-. Frunzo el ceño.
Él respira hondo.
-Eres la niñera de mi hija y, teniendo en cuenta que le gusta mucho tenerte cerca, no quiero precisamente que se enfade porque te haya pasado algo solo porque hayas decidido volver sola a casa a oscuras.
-Lo siento.- Digo bajando la mirada. Se acerca a mí y me levanta la barbilla con el dedo, con un brillo cálido en sus ojos azules.
-Cuando necesites volver a casa de algún sitio me mandas un mensaje, ¿vale?-. Me dice, acariciándome la mejilla.
-Sí, gracias. -Siento que empiezo a ponerme nerviosa, así que doy un paso atrás.
-¿A dónde vas?
-Bueno, quería subir a la noria antes de irme, así que probablemente lo haga-. Asiento con la cabeza, doy una vuelta y salgo a toda velocidad.
-¡Ava!- Kevin me alcanza y me detiene. -Nos reuniremos contigo-. Kevin sonríe y besa la cabeza de Lily.
-Sí.- Ella murmura con voz soñolienta y luego se vuelve a quedar dormida, haciendo que tanto Kevin como yo nos riamos.
-Vale, entonces.- Me doy la vuelta y camino hacia la cola de la noria.
-Estás preciosa, definitivamente el amarillo es tu color-. Miro a Kevin sorprendida.
-Oh... eh... gracias. Tú también estás guapa-. Le digo evitando el contacto visual. No lleva su traje habitual, sino unos vaqueros negros y una simple camiseta blanca, pero sigue estando impresionante.
La cola pasa rápidamente y tomamos asiento, colocando a Lily en el centro.
-Tienes una niña muy mona-. La trabajadora nos sonríe y antes de que pueda protestar porque Lily no es mía pone en marcha la atracción. Miro a Kevin y veo que sonríe para sí mismo, pero decido ignorarlo.
Cuando nos acercamos a la cima admiro la bonita vista de todo el parque de atracciones.
-Es tan bonito-. Exclamo emocionada, sintiéndome como una niña otra vez.
-Sí-. Kevin exhala. Le miro y me encuentro con que ya me está mirando.
Qué cliché.
Lily se despierta lentamente y chilla de emoción cuando ve lo alto que estamos. Mira a Kevin con una gran sonrisa y luego me mira a mí. Se agarra a su mano y luego a la mía. Miro hacia otro lado para no ver la reacción de Kevin.
Cuando hemos dado dos vueltas, nos bajamos y damos por terminada la noche. Volvemos al coche de Kevin y me lleva a casa.
-Gracias por el resto de la noche-Le digo a Kevin, una vez que aparca fuera del edificio de mi piso. -Me he divertido.
-Es un placer, Ángel. Nos divertimos, ¿verdad Lily?-. Se gira para preguntarle a Lily, que asiente ansiosa.
-¡Muy divertido!- Ella sonríe, retorciéndose en su asiento del coche y aferrándose a un osito de la princesa Tiana que Kevin debe haber ganado para ella en uno de los puestos.
-Disfrutad del resto del fin de semana, nos vemos el lunes-. Sonrío a los dos y salgo del coche.
-Ava-Miro a Kevin antes de cerrar la puerta-Esta noche estás realmente preciosa-. Sonrío en respuesta y cierro lentamente la puerta. No se aleja hasta que he entrado en el edificio.
*
Me despierto cuando suena mi teléfono, miro la hora y veo que acaba de dar la una de la madrugada.
Mis cejas se fruncen cuando veo que el identificador de llamadas es Kevin.
Contesto y lo primero que oigo son mocos.
-A-Avey-. Lily lloriquea y entonces oigo gritos de fondo, me levanto disparada de la cama.
-Cariño, ¿qué pasa? ¿Dónde está papá?- Pregunto empezando a preocuparme.
-P-por favor ven, tengo miedo- gimotea.
Me aseguro de que se queda al teléfono y voy a despertar a Charlie. Le cuento lo que pasa y me lleva a casa de Kevin.