NARRADO POR NANDO--------------------
La cabeza me daba vueltas. Mi madre descubrió la verdad. Mery al parecer quería molestar a mi esposa.
-Alana voy a conversar con Mery sobre lo que me habías dicho -le comuniqué a mi esposa.
-Perfecto.
De inmediato de movilicé hacia el baño para tomar una ducha. Salí de allí y veía a Alana tecleando su móvil. Me aproximé a ella porque quería conversar un poco más con ella sobre el asunto de Mery. Inmediatamente me acomodé en la cama quedando cerca de ella.
-¿Me podrías decir todo lo que Mery te ha dicho?
Ella dejó de teclear y de mirar su móvil, desvió su rostro y la colocó en mí.
-Que va a luchar por ti -me respondió con simpleza.
Por mi mente pasaron pensamientos sobre ese asunto, iba a ser un problema. Pero Mery después que nos dejamos no ha vuelto a decirme algo con respecto a volver estar juntos. Por lo tanto me pareció algo sorprendente.
-La verdad es que Mery no ha vuelto a insistir en querer volver conmigo después que nos dejamos -pronuncié sinceramente.
-Oh, al parecer no es así -contradijo Alana muy segura de sí.
-Por lo que dices ya veo que no.
-Debemos de tener cuidado con ella, me mira mal. Me han dicho muchas cosas de ella. Mery habla de mí a mis espaldas. Una razón más la cual yo quise ocultar mi embarazo, fue por eso, por ella principalmente -terminé confesándole a mi esposo.
-¿En verdad confías en ella?
Esa pregunta me dejó un poco dubitativo y pensante por un momento.
-Como socia es lo mejor, pero en cuanto a lo personal... Siento dudas.
Perdí la confianza en ella desde que la vi besándose con un colega y socia nuestro.
-No sé tú. Pero yo no la quiero cerca de mí.
-Te entiendo Alana. ¿Y qué harás después que des a luz? ¿Vas a emprender el negocio aquel?
-Lo más probable Nando.
Mi esposa me había dicho que quería emprender su propio negocio y me lo encontré bien. Por lo tanto yo debería de apoyarla.
Al siguiente día iba con mi objetivo en la cabeza, yo iba a conversar con Mery amablemente sobre lo que mi esposa me había dicho. Saludé a mi secretaria y le comuniqué de que quería que Mery llegara a mi oficina. Llegué a mi lugar de trabajo sentándome en mi sillón. Como en eso de veinte minutos Mery llegó a mi oficina con una amplia sonrisa.
-Buenos días Nando. ¿Para qué me necesitas? -se expresó ella mientras llegaba avanzaba sus pasos y se sentó en una silla la que estaba al frente de mi escritorio.
-Te llamé aquí para poder conversar contigo.
-Cuéntame Nando.
Respiré profundamente.
-Mi esposa me ha contado todo lo que han conversado y te voy a pedir el favor de que no la molestes.
Ella de inmediato arrugó su rostro pero eso no me importó.
-¿Para eso me llamas? -inquirió ella.
-Por supuesto. No quiero que estés de lengua suelta o de malvada. Entre tú y yo las cosas están muy claras Mery. No sé por qué te crees cin esperanzas de querer volver conmigo. No me importa tu opinión o lo que pienses, lo que quiero es que dejes a mi esposa en paz -me expresé duramente.
Obviamente no le gustó, nos miramos desafiantes por unos minutos e incluso ella se retiró de la silla y se marchó sin decir más nada. Con su expresión me quedó muy claro lo que ella me quería hacer a mí y a mi esposa. Entonces pensé, éramos socios. Una mujer celosa podría ser peligroso. Decidí salir de mi empresa y dirigirme hacia mi amigo Elton, él me podría dar una solución inmediata. Así lo hice llegué a su oficina tan pronto pude.
-Mi amigo Nando -dijo mi amigo con una sonrisa en su cara.
Él estaba sentado en un sillón.
-Elton vine por consejos, tengo problemas serios con mi esposa y Mery -pronuncié mientras me aproximaba a una silla.
Elton me miró extrañado, no se esperaba esa respuesta.
-Que sucede ahora.
-Mery no quiere verme feliz con mi esposa. Le molesta y le dice que va a volver conmigo -le terminé confesando a mi amigo.
Él enarcó una ceja.
-¿Qué? ¿Molesta a Alana? ¿Esa mujer está loca? Se ve que no te ha olvidado.
-Eso me preocupa Elton, y mucho.
-Te recomiendo romper sociedad con Mery -me recomendó Elton una dura decisión.
Pero por la estabilidad de mi matrimonio yo debería de hacerlo hecho.
-Temo que tendré que hacerlo. No quiero problemas con mi esposa en mi propio espacio y menos por una mujer -me propuse decidido-. Haré esto lo más pronto posible y creo que me iré hasta que Alana de a luz para otra ciudad. No quiero escuchar los berrinches de Mery.
-Haces lo correcto amigo. Eso mismo te iba a decir.
-Por otro lado mi madre ya sabe la verdad sobre el matrimonio de mi padre y de su hija. Te imaginas como debe de estar. Yo espero estar lejos mientras mi madre pasa su proceso -le comuniqué a Elton.
-Te entiendo. Liseth debe de estar devastada sinceramente.
-No te imaginas Elton. ¿Cuándo crees que podamos salir juntos? Estás muy encerrado en ti últimanente amigo. Debes de soltar de una buena vez la muerte de Clara -me expresé un poco preocupado por mi amigo-. Yo quiero lo mejor para ti, querido amigo.
-Lo sé, pero es que en verdad no tengo ganas.
-Ánimo. La vida continúa -intenté animar a mi amigo.
-Voy a tratar de ir a visitarte donde te encuentres con Alana. Lo voy hacer por ti -se expresó Elton llenándome de alegría.
-¿En serio? ¿Vas? Después no quiero escuchar peros de tu parte. ¿Entendido?
Él se rio un poco.
-Por supuesto Nando. Te prometo que iré. Como te dije anteriormente, lo haré por ti -se expresó él al parecer cambió de expresión.
-Me alegra de que quieras dejar un poco el encierro que tienes verdaderamente.
Continuamos conversando, después abandoné su oficina, regresé a la mía donde empecé a hacer los trámites para romper mi sociedad con Mery.