Capítulo 5 ¿Por qué está ella aquí

El día del concurso de diseño, Delilah estaba ataviada con un suntuoso vestido y paseaba por el salón con confianza. Su presencia llamó la atención de varias personas.

Al reconocer su posible victoria, sus conocidos se acercaron para congraciarse con ella.

Era un secreto a voces que Laurie, una figura destacada en la industria de la moda, quería asegurar el premio del concurso para Delilah. Ganar no solo confirmaría su talento, sino que también le aseguraría una posición destacada en el departamento de moda del Grupo Edwards.

"¡Señorita Edwards, estás absolutamente radiante! ¿Este exquisito atuendo es tu creación?".

"La señorita Edwards debe haber heredado su talento en diseño de su madre. ¡Es tan cautivador! Incluso sus atuendos casuales son distintivos. No tengo ninguna duda de que su participación de hoy nos dejará a todos hechizados".

Delilah mantuvo la cabeza orgullosamente en alto. Estaba ansiosa por recibir las miradas celosas tras su esperado triunfo. "Gracias, me siento profundamente honrada. La mentoría de mi madre ha sido invaluable".

Laurie escuchaba todo con una sonrisa y el corazón henchido de orgullo. "También es tu talento innato, Delilah. Sin eso, ni siquiera la mejor tutoría serviría".

"Por cierto, señora Edwards, me enteré que su otra hija también participará en la competencia. ¿Por qué todavía no la hemos visto?", preguntó alguien.

La mirada de Laurie se volvió más severa. "Solo tengo una hija, y esa es Delilah. ¿A quién te refieres?".

La multitud se sumió en un silencio sepulcral. Aunque la verdadera hija de la familia Edwards no había sido reconocida públicamente, habían muchos rumores. Esa declaración sorprendió a todos.

Laurie frunció el ceño y agregó despectivamente: "Deben estar equivocados. ¿Se refieren a esa chica que ni siquiera puede hacer un diseño simple? No tiene cabida en esta competencia".

La multitud intercambió miradas ante el severo rechazo de la mujer, negando a su propia sangre y favoreciendo a su hija adoptiva como heredera.

Pero no les importaba a quién pertenecía ese título. Solo querían saber a quién prefería la familia Edwards.

"Escuché que JE vendrá al evento. Como jueza, debe estar enterada, señora Edwards".

"¿JE estará aquí?". Laurie alzó las cejas con sorpresa mientras procesaba la noticia inesperada. La idea de que esa diseñadora asistiera la hizo sentirse profundamente entusiasmada.

Su empresa de diseño tenía un proyecto desafiante y la presencia de JE podía atraer a colaboradores entusiastas.

"Señora Edwards, ¿no lo sabía?".

Laurie recuperó la compostura y respondió con una sonrisa amable: "Bueno, en realidad, no debería decirlo".

Su respuesta fue diplomática. Estaba ocultando hábilmente su desconocimiento, mientras que también daba a entender que debía guardar secretos por restricciones de confidencialidad.

"¡Señora Edwards, si se presenta la oportunidad, nos encantaría que nos presentara a JE!".

"Por supuesto", respondió Laurie amablemente.

Pronto una animada multitud se reunió alrededor de Laurie para intercambiar saludos gentiles.

Todos tenían la misma ambición: forjar una conexión en la industria del diseño de moda a través de Laurie.

Delilah se sintió orgullosa. Mientras más prominente se volvía su madre, más brillaba ella como su hija.

Si Janice la viera deleitándose con esa admiración, adorada como una reina, sentiría mucha envidia.

De repente, sus ojos se dirigieron a una silueta familiar.

¿Era Janice? ¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Había venido para presentar otro diseño?