Capítulo 9 Seducirlo

"Nadia, me parece que empañar la reputación de Liam no es lo mejor", expresó Charlee.

La aludida inclinó la cabeza, con la mirada fija en la otra, mientras delicadas piedras preciosas brillaban en los bordes de sus llamativos ojos.

"¿De verdad estás dudando en darle su merecido?", inquirió.

"De ningún modo", respondió Charlee reclinándose en el sofá, mientras sus ojos seguían los movimientos fluidos de los bailarines que se retorcían en el escenario. "Liam todavía nos sirve. Si lo arrinconamos, las cosas podrían salir mal".

Ni la familia Sullivan ni Biofarmacéuticas Green tenían la más mínima posibilidad de acercarse a Marc.

Sin embargo, los Todd eran una historia completamente diferente.

Decidida a no presionar más a su amiga, Nadia extendió la mano y le alborotó el pelo.

"Es un cabrón que no merece tus consideraciones. No dejes que tus sentimientos te obliguen a tomar decisiones tontas".

Dicho eso, se levantó, agarró una botella de vino y corrió al escenario.

Aproximadamente treinta minutos después, dos guardaespaldas vestidos de negro irrumpieron en la sala y, con movimientos rápidos y precisos, sometieron a la rebelde Nadia. Después de un asentimiento cortés hacia Charlee, los hombres sacaron a la otra de la sala.

Charlee permaneció serena e imperturbable ante la escena.

Nunca se había molestado en investigar los antecedentes de Nadia; sin embargo, cualquiera con guardaespaldas de ese calibre sin duda provenía de una familia muy influyente.

Después de terminarse su bebida, se puso de pie para marcharse. En ese momento, sintió una mano agarrándole la muñeca: un hombre con un porte arrogante la había detenido.

"Hola, preciosa. ¿Qué te parece si...?".

Antes de que el tipo pudiera terminar de hablar, se oyó un ruido sordo...

Con movimientos fluidos, la chica lo cargó sobre su hombro y lo estrelló contra la mesa. Debido al fuerte impacto, el vidrio se rompió, el vino se derramó y los espectadores se quedaron paralizados y demasiado aterrorizados para reaccionar.

Sacudiéndose el polvo de las manos, Charlee caminó hacia la puerta, donde se topó con Liam y Stacey, quien sostenía al hombre del brazo.

Cuando los ojos de la pareja se posaron en el caos que había dentro de la sala, la expresión de Liam se volvió sombría.

Luego, interrogó: "Charlee, ¿quién te dio permiso para venir a un lugar como este?".

Cuando la mirada de la aludida se posó en la mano de Stacey, sobre el brazo de Liam, sus labios se curvaron en una sonrisa burlona.

"Señor Todd, ¿no crees que deberías ocuparte de tus propios asuntos? Además, no tienes ninguna autoridad sobre mí".

"¡Charlee!", exclamó el hombre con una voz tan aguda que cortó el aire como una espada.

Al percibir la creciente ira de Liam, Stacey se aferró a su cintura, con el rostro lleno de una preocupación falsa.

"Charlee, ¿de verdad contrataste a esos hombres para que te dejaran marcas en el cuello? ¿No te da vergüenza? Me enteré de que atienden a mujeres mayores, incluso de sesenta años. Eres una... desvergonzada".

"¿Y eso a ti qué te importa?".

Los labios de Charlee se curvaron en una sonrisa burlona, al mismo tiempo que su mirada se cruzaba con la de Liam, en un acto deliberado de provocación.

Ante eso, los ojos de este se ensombrecieron aún más y la intensidad de su mirada permaneció inquebrantable.

Stacey, aún aferrada a él, sintió la tensión en todo su cuerpo, mientras una intensa furia burbujeaba bajo su comportamiento refinado y maldecía en silencio a Charlee.

¡Esa mujer descarada se había atrevido a seducirlo!

"¡Charlee, basta! Esta noche Liam se reunirá con un cliente muy importante para conversar acerca de una colaboración con la Corporación Champion. No armes un escándalo aquí. Si las personas equivocadas se enteraran de esto, la reputación de la familia Todd podría empañarse".

Al oír eso, Charlee levantó una ceja ligeramente.

¿Liam presentaría a Stacey con los representantes de la Corporación Champion? ¡Qué imprudencia de su parte!

Un gigante global como la Corporación Champion sin duda realizaría verificaciones de antecedentes exhaustivas antes de elegir un socio. Si bien los escándalos personales no eran un factor decisivo, tampoco eran lo más ideal.

Con los planes de Nadia ya en marcha, la aparición de Stacey en escena fue como una bendición inesperada.

La mirada de Liam se nubló con emociones complejas cuando declaró: "Charlee, te has vuelto completamente decepcionante. Ve a casa ya mismo".

Sin esperar la respuesta, guio a Stacey al ascensor.

Cuando las puertas se cerraron, esta volteó hacia atrás con aire de suficiencia, esperando ver a Charlee mirándolos con resentimiento.

Pero, para su sorpresa, ya se había dado la vuelta; sus pasos seguros y su talante despreocupado no mostraban ningún rastro de vulnerabilidad.

Ante eso, un intenso odio embargó a Stacey; no obstante, lo enmascaró rápidamente.

Recuperando su habitual fachada recatada, bajó la cabeza y susurró: "Charlee debe de estar resentida conmigo por haberla reemplazado como directora del departamento de proyectos... y por estar aquí contigo esta noche para conocer al representante de la Corporación Champion".

Sus ojos llorosos provocaron que el corazón de Liam se estremeciera.

"Estás mucho más calificada que ella para ese cargo", le aseguró. "Charlee necesita aprender cuál es su lugar. Demuestra lo mejor de ti esta noche y, si todo sale bien, nuestras familias podrán colaborar en el proyecto. Una vez que esté en tus manos, gestionar el equipo será muy fácil", agregó.

Si las cosas salían como Liam las había planeado, Charlee no tendría más opción que regresar a él en busca de ayuda, sin importar cuán testaruda fuera.

"Liam...", murmuró Stacey con voz suave, acercándose más a él y rozándole el cuello con los labios. "Me compré ese atuendo que tanto te gusta. Esta noche... déjame agradecerte como se debe".

A pesar de las insinuaciones de Stacey, la imagen de Charlee con ese mismo atuendo pasó por la mente del hombre.

Una oleada de calor lo recorrió, mientras apretaba con fuerza la cintura de la chica, haciéndola jadear levemente...