Capítulo 4 4

Los estudiantes ingresaban a la academia, todos ordenados, luciendo el mismo uniforme que traía puesta Ally esa misma mañana, y el mismo día que se había puesto el día que se conocieron ella y Adrián.

El grupo de los tres chicos que habían enfrentado y se habían robado el trofeo de la cabeza del gigante de Ally no se veían por ningún lado todavía, Adrián los recordó, y creyó que tal vez puede que los chicos ya hubieran llegado a la academia y estuvieran en este momento presumiendo su premio al profesor que Ally le ha mencionado del que no quería llegar tarde a su clase ese día.

Ally se veía nerviosa por acercarse a pasar asistencia junto con la mujer que estaba ubicada en la puerta, un cuaderno antiguo se elevaba en el aire a su lado, y una pluma se movía encima de este cada que ella pronunciaba un nombre del estudiante que iba entrando en orden de fila.

- ¿Estás nerviosa? ¿Verdad? - Adrián lo notó.

Aunque no quería decirlo, sí lo estaba. Ally tenía miedo de entrar a la academia, de asistir a clase, porque de ese desafío anterior dependía su futuro en la academia, y ella no quería dejarla, quería convertirse en una de las mejores especialistas que pueda haber existido en la historia de su mundo, y para serlo, ella debía de ser una de las mejores estudiantes de la academia, y por ello, debía seguir esforzándose hasta lograrlo.

- No te preocupes, si hablamos con tu profesor, y le contamos todo lo que pasó, estoy seguro de que te entenderá. Él te dará otra oportunidad y no tendrás que volver a ver esta materia por tercera vez - Adrián ofreció.

Pero Ally se negó.

- No, déjame resolver este problema a mí, y dejemos que el destino decida lo que es mejor para mí. Por ahora, vamos a entrar, te presentaré con la directora Roxanne, aunque por fuera se ve que una mujer muy ruda, ella tiene un buen corazón, es estricta, pero ella ha sido la única persona que ha logrado sacar nuestro mundo adelante, por esa razón está aquí. Ella es la fundadora de esta academia, y deberás pasar primero por una prueba de habilidades extraordinarias para ella estar segura de a qué programa perteneces y así puedas comenzar a estudiar aquí - dijo Ally, y junto con Adrián, comenzaron a acercarse a la fila de estudiantes que estaba por terminar de entrar en la academia.

- ¿Y qué pasa si no entro en la academia? - Adrián no quería estarlo, pero estaba nervioso de no ser admitido en la academia, porque de lo contrario, si eso no pasaba, quién sabe qué podría pasar con él.

- No estés nervioso, hace un momento comprobamos que si perteneces a este mundo. Lograste salvarte la vida a ti mismo cuando activaste tu magia al momento de caer accidentalmente de tu patineta, ahora, tendrán que entrenarte para que aprendas a controlar y a usar tu magia en su debido momento. Podrás estudiar para ser un increíble hechicero - ella respondió.

Adrián no podía creer lo que escuchaba. Ahora sí, no cabía duda de que él había despertado en el mundo correcto, que su vida en el otro mundo hubiera sido muy miserable si hubiera sobrevivido a su enfermedad terminal. En este mundo, parecía que las cosas marcharían mejor.

- Buenos días, muchachos. Ally Johnson, repórtate en la oficina del profesor Nichols, el profesor te dará las instrucciones para que puedas volver a presentar por tercera y última vez esta prueba a la que volviste a fallar. No lo decepciones, y apresúrate, que la clase no tarda en comenzar y ya sabes que al profesor no le gusta perder tiempo valioso de enseñanza en otros asuntos.

- Sí, directora. Ya mismo me reportaré con él - dijo Ally con resignación a escuchar lo peor en su reunión con el profesor.

Mientras tanto, no quedaron más estudiantes por fuera pendientes de ingresar a la academia, entonces, la pluma voladora dejó de tomar nota sobre el cuaderno volador, y ambos se dirigieron a las manos de la directora cuando ella hizo un leve chasquido de dedos en su dirección, ese fue el llamado que ellos atendieron para regresar a su dueña.

La directora Roxanne agarró sus pertenencias, y su mirada inexpresiva permanecía fija en Adrián. El niño frente a ella se mostraba tímido, y sentía incomodidad de su mirada porque él no estaba seguro de saber qué pensaba ella de él en ese momento.

- ¿Cómo dices que te llamas, niño? - ella preguntó con desinterés.

- Adrián, señora - él respondió tratando de ocultar su timidez.

- ¿Cuál es tu apellido? - ella volvió a preguntar, sus ojos se mantenían fijos en él.

Aquella había sido una buena pregunta, pero la respuesta no la sabía.

Él no recordaba nada acerca de su vida pasada en su otro mundo, solamente recordaba con claridad la dolorosa escena del hospital antes de su muerte, y que se llamaba Adrián.

- Señora... Yo... La verdad es que no recuerdo cuál es mi apellido. Lo único que sé es que me llamo Adrián y que tengo 12 años, que he despertado aquí después de haber vivido una mala experiencia, y ahí fue cuando conocí a Ally. Fue ella quien insistió en que yo debía de venir hoy para hablar con usted y matricularme como uno de sus estudiantes en este nuevo ciclo escolar - Adrián confesó.

La directora se quedó en silencio por unos minutos, estaba pensativa, pues la energía de Adrián le estaba dando a ella las señales suficientes para saber en qué programa debía inscribirlo para que comenzara sus clases.

- Muy bien, chico. Acompáñame, te daré un recorrido por la academia, después te daré tu horario de clases, y tu uniforme - La directora fue hablando a medida que fueron avanzando hacia el interior de la academia. Las puertas se cerraron solas cuando ya no hubo nadie que necesitaba entrar. "Dime, chico. ¿Con quién vives? ¿Quiénes son tu familia?"

Pero Adrián estaba muy distraído, viendo a su alrededor con asombro, la academia era un lugar oscuro, diseñado en rocas, y un poco húmedo, Adrián supuso que era así debido a que se mantenía levitando en el aire.

Hay muy pocas zonas verdes en cada rincón de la academia, el suelo era más que todo de piedras duras y resbalosas de las que había que tener cuidado de pisar bien o si no terminarías cayéndote y dándote un mal golpe.

- Chico... - la directora volvió a hablarle, tratando de captar su atención, ella comprendía que él estuviera maravillado de la belleza arquitectónica con la que la academia ha sido construida, pero lo que menos soportaba era la distracción para cuando estaban hablando de temas tan importantes como lo eran el linaje familiar.

- Discúlpeme, directora. Me distraje un poco. La academia es hermosa - él comentó, ignorando con inocencia las preguntas de la directora.

La directora suspiró, tratando de mantener la calma para controlar la paciencia con el niño nuevo.

- Niño, por favor, quiero que respondas: ¿De dónde vienes? - la directora insistió con una pregunta que para ella era mucho más fácil de responder que las otras.

Lastimosamente y para Adrián, era todavía más difícil recordar de qué mundo provenía.

Al despertar en este mundo, Adrián había perdido por completo la memoria en algunas circunstancias de su vida.