Capítulo 5 Jugando con fuego

Capítulo 5: Jugando con fuego

Chloe estaba atrapada en un peligroso juego. Uno que no entendía del todo, pero que empezaba a disfrutar.

Dante la tocaba cuando quería, la provocaba sin piedad... y la dejaba ardiendo de deseo sin llevarla hasta el final.

Así que decidió que si él jugaba con ella... ella también jugaría con él.

Esa noche, cuando Dante entró en la habitación, Chloe ya estaba esperándolo.

Vestía un vestido rojo de seda, corto, ajustado, que se pegaba a cada curva de su cuerpo. Sin sujetador. Sin ropa interior.

Dante se detuvo en seco.

Su mirada verde se oscureció al recorrerla lentamente.

-¿Qué demonios es esto? -Su voz sonó tensa, ronca.

Chloe fingió inocencia.

-¿No dijiste que debía vestir lo que tú eligieras?

Se giró lentamente, dejándole ver el escote en su espalda. Sabía que lo estaba volviendo loco.

Dante cerró la puerta de golpe y avanzó hacia ella con pasos lentos, depredadores.

-Estás jugando con fuego, princesa.

Chloe levantó el rostro con desafío.

-¿Y qué vas a hacer al respecto?

Dante sonrió. Oscuro. Peligroso. Dominante.

-Yo también sé jugar.

En un segundo, la tenía atrapada contra la pared.

Sus manos rodearon su cintura y la acercaron a su cuerpo. Su dureza contra su suavidad. Su calor contra su frío.

-¿Querías provocarme, Chloe? -Su voz era un susurro mortal.

Sus manos bajaron por la curva de sus caderas, apretándolas con fuerza.

Chloe jadeó, pero no se apartó.

-¿Esto es todo lo que tienes?

Dante maldijo y la giró de espaldas, empujándola suavemente contra la pared.

-No sabes en qué te estás metiendo.

Sus labios rozaron la piel de su cuello. Un beso fantasma.

Sus manos recorrieron lentamente su cintura, subiendo hasta el borde de sus senos... y deteniéndose justo antes de tocarlos.

Chloe tembló.

-Dante...

Él sonrió contra su piel.

-¿Te gusta este juego, princesa?

Chloe cerró los ojos. Lo quería. Lo odiaba por dejarla así.

Dante deslizó sus labios hasta su oído.

-Pero aún no te daré lo que quieres.

Se apartó de golpe, dejándola contra la pared, temblando, con la respiración agitada y el cuerpo ardiendo.

Cuando Chloe se giró para enfrentarlo, él sonrió con arrogancia.

-La próxima vez, no podrás soportarlo.

Y salió de la habitación, dejándola en llamas.

Chloe apretó los puños.

Esto no se quedaría así.

Si Dante Moretti quería jugar... ella también lo haría arder.