Capítulo 4 Capítulo 4

Cuando Luke y Wendy fueron enviados a los quirófanos, Shakira corrió a la habitación de Karissa Allen.

'¡Madre, espérame, por favor!', suplicaba ella en su interior, y se detuvo frente a la puerta.

Todo estaba en silencio, hasta el punto de que ella podía oír su propia respiración.

En su vida anterior, cuando llegó al hospital con todo su cuerpo ensangrentado, ya era de madrugada. No había nadie en la habitación de su madre.

'¿Podrá esperarme esta vez?', pensó.

Shakira cerró los ojos y tomó aire. Extendió su mano para girar la perilla y abrir la puerta. Se dio cuenta de que no estaba cerrada y escuchó una conversación proveniente del interior de la habitación.

"Ella, finalmente, está muerta".

"Si no hubiera sido por ti, aún hubiera podido vivir unos días más".

"¿Qué pasa? ¿Hubieras preferido eso? Es demasiado tarde, ya está muerta". Lucía García miró el cuerpo sin vida de Karissa Allen, puso los ojos en blanco y le espetó: "Allí tienes, ¿querías luchar contra mí?, pues lo pagaste con tu vida".

Isiah Reed miraba a la enfurecida mujer. Tenía más de cuarenta años, pero el parpadeo de sus atractivos ojos y el comportamiento de sus cejas aún calaban hondo en su corazón. Incluso cuando profería palabras tan crueles, parecía afectuosa.

"Está bien, querida Lucía, mejor vete ya, Shakira estará aquí en unos minutos".

"¿Y si viene qué?" Lucía no estaba dispuesta a marcharse. Habían pasado casi veinte años y ahora, por fin, se le había presentado la oportunidad para descargar su ira.

Los ojos de Isiah se volvieron fríos y le dijo: "Ten paciencia, Karissa puso todo a nombre de Shakira, por ahora no te puedes dar el lujo de disgustarla".

"No esperaba que Karissa hubiera hecho su testamento tan pronto. Bueno, no importa. No creo que Shakira pueda ocuparse de los asuntos de la familia Allen", dijo Lucía, sin tomarse muy en serio esa posibilidad.

"Ella ya tiene 18 años", le dijo Isiah, frotándose el espacio entre las cejas.

"¿Entonces?", preguntó Lucía, alzando bruscamente la voz.

"Pues que debemos aguantar un poco más hasta convencerla de que me otorgue un poder".

"¡Maldición!", blasfemó Lucía, apretando los dientes. Luego agregó: "Como si no hubiera sido suficiente tener que condescender con la muerta durante todos estos años, ahora tendré que soportar a su hija".

Lucía odiaba a Karissa más de la cuenta, pues seguía pensando que era la causante de la destrucción de su matrimonio. Pero Isiah no la abandonó realmente cuando se divorciaron, por lo que ella y sus dos hijas vivían del dinero de la familia Allen.

"No te enojes, porque nos esperan días mejores, pero es preferible que te marches ahora", insistió Isiah.

"¡No me iré, y cuando venga Shakira le diré que tú y yo estuvimos casados!"

"Lucía, escucha, estamos muy cerca de lograrlo, pero si actúas impulsivamente lo arruinarás todo".

"Quédate tranquila, querida. ¿Crees que no puedo manejar a la estúpida hija de Karissa?"

......

Al otro lado de la puerta, Shakira, con el rostro pálido, cayó al suelo.

¡Lucía era una bruja!

En su vida anterior, cuando llegó al hospital, su madre ya había muerto, pero Lucía sí había tenido tiempo de hablar con ella antes de haberla perdido para siempre.

¿Qué ocurrió después? Había sido engañada por Lucía y sus dos hijas. Ella creía que la habían tratado bien y, siguiendo la sugerencia de Isiah, aceptó llevarlas a vivir con los Allen.

En efecto, ella había sido realmente ingenua.

Al pensar en esto, Shakira no pudo evitar preguntarse cómo habría muerto su madre. Quizá Chinwe Reed la había molestado hasta un punto en que no pudo soportar más y murió.

Shakira temblaba tanto al hablar, que sus palabras parecían romperse en pedazos.

Pero quien en verdad había apuñalado profundamente el corazón de Shakira, fue Isiah, su padre.

Él, quien la había mimado tanto, resultó ser un lobo desalmado.

'¡Él es mi padre biológico, quien me demostró tanto amor durante años! ¿Acaso todo era mentira?'

En su vida anterior, Shakira pensaba que él la mimaba con verdadero amor de padre. Hasta el día de su muerte, todavía pensaba que Lucía y sus hijas lo habían engañado, y por eso les había dado la espalda.

Pero no era verdad. Lo cierto era que habían estado en connivencia durante mucho tiempo para quedarse con el patrimonio de la familia Allen.

La cabeza de Shakira pensaba con desolación, y ella tuvo que esforzarse mucho para no llorar. 'Isiah Reed, en esta vida te haré sufrir lo que mi madre y yo sufrimos, te haré perder todo lo que aprecias y vivirás lo peor', juró Shakira.

Sus uñas se clavaron en sus palmas, al tiempo que se oyeron pasos desde el interior de la habitación.

Ella cerró los ojos, y cuando los volvió a abrir, estaban inyectados de odio.

La puerta se abrió de golpe. Isiah y Lucía se sorprendieron al verla, empapada, frente a ellos.

"Shakira, ¿por qué... por qué estás aquí?"

El pánico se reflejó en el rostro de Isiah Reed.