Capítulo 9 Capítulo 9

Al día siguiente, Shakira seguía enferma, pero su padre había acudido al Empire State Building, en Ciudad A, a primera hora de la mañana.

Después de esperar allí durante tres horas, siendo ya casi el mediodía, por fin vino la recepcionista y le anunció que el señor Hernández lo recibiría.

Esto hizo que Isiah se entusiasmara un poco, ya que mucha gente hacía cola durante semanas para hablar con Wyatt, y ya podían considerarse afortunados si llegaban a ver a Miles Ward.

Por lo visto, la identidad del futuro suegro había resultado útil.

Al pensar en esto, los nervios tensados de Isiah se relajaron mucho, pero cuando estuvo frente a Wyatt Hernández, no pudo evitar ponerse tenso nuevamente.

"¡Buenos días, señor Hernández!"

Wyatt seguía hojeando sus documentos, como si el hombre que estaba frente a él no existiera.

Isiah permanecía de pie, pacientemente. Había pasado media hora desde que entró al despacho, y el joven seguía inmerso en su trabajo, actitud que, por cierto, no era la adecuada para con su futuro suegro.

Finalmente, las piernas de Isiah se estaban ablandando. Cuando tropezó y casi cayó en el sofá, Wyatt, finalmente, le preguntó: "¿Le pegaste a mi futura esposa?"

"¿Eh?", reaccionó Isiah, sorprendido.

"¡Habla!", le ordenó Wyatt.

"No fue mi intención".

"¿La golpeas a menudo?"

Un sudor frío asomó a la frente de Isíah. ¿Cuál sería la relación entre Shakira y el rey del infierno?

En casa, ella no tenía idea de que alguien, en ese momento, se estaba vengando por ella. Estaba acostada en su cama, sin mover un dedo, mientras Lucía y sus hijas se dedicaban a complacerla.

"Esta naranja está demasiado ácida, por lo que mis dientes pueden caerse".

"El mango está muy dulce y su pulpa es muy blanda".

"Cambia esa música, es excesivamente ruidosa".

..

Después de haber estado subiendo y bajando escaleras durante toda la mañana, Hailey Reed no pudo aguantar más. Bajó corriendo y sacó a Lucía de la cocina, donde estaba preparando una sopa.

"Mamá, ¿cuándo nos vamos a casa?", preguntó. "No soy criada de Shakira, entonces, ¿por qué tengo que estarla sirviendo?"

"Hailey, cariño, ten paciencia. Primero tenemos que entrar aquí".

"¿Por qué quieres que nos mudemos? Esta casa no nos pertenece, aunque vivamos en ella", protestó Hailey. "¿Además, por qué tenemos que servirla como si fuésemos sus criadas?"

Mientras Hailey hablaba, a su madre le aleteaba el pensamiento: 'Algún día nos pertenecerá, pero mientras tanto, seguiremos como estamos'.

Eso era lo que Lucía tenía en mente, pero no se atrevía a contárselo a Hailey porque su hija era descuidada e imprudente. Por los momentos, sólo podía hacerle esta promesa: "Escúchame, cariño, no tendrás que servirla más".

Hailey frunció el ceño. No pudo convencer a su madre para que se fueran, pero al menos, ella no tendría que subir más las escaleras.

Lucía volvió a la cocina y siguió haciendo la sopa mientras Hailey le gritaba desde atrás: "¡Mamá, ya no sigas con esa sopa!, probablemente ella no la tomará, pues notará que el cerdo no es importado".

"Cállate la boca". Lucía miró a Hailey y se propuso enviarla a casa por la tarde.

A la hora del almuerzo, Shakira mejoró de repente, y decidió bajar y sentarse a la mesa con los demás.

A Lucía no le fue fácil cocinar la sopa. Para colmo, al meter en su boca la primera cucharada, Shakira la expelió.

"¡¿Qué estás haciendo?!", le gritó Hailey, golpeando la mesa con la cuchara. "Mi madre se esmeró mucho cocinando esta sopa, ¿cómo pudiste escupirla?"

Shakira miró a Hailey y luego se volvió hacia Lucía.

"Lucía, sé que te estás esforzando por tratarme bien, pero esta sopa de cerdo huele asqueroso", le reprochó Shakira. "¿No le pusiste pimienta?"

"¿Te gusta con pimienta?"

Lucía llevaba años viviendo una vida cómoda y lujosa, por lo que no sabía cocinar. ¡Tuvo que buscar una receta de sopa de cerdo en internet!

"Dejaste pasar el tiempo de guisado. Lo siento, pero no puedo llevarme ni una cucharada más a la boca", dijo Shakira, sacudiendo la cabeza con aparente pesar.

"Si no te iba a gustar, no debiste haberle pedido a mamá que te la hiciera", le espetó Hailey.

"Yo no le pedí a Lucía que me preparara sopa, ella fue quien insistió", dijo Shakira con insolencia.

"¿Estás diciendo que mi madre se buscó tu reproche?"

"¡Hailey!"

"¡Hailey!".

Dos voces se oyeron al mismo tiempo. Una, sonaba algo irritada, mientras que la otra, se oía mucho peor.

Las comisuras de la boca de Shakira se elevaron levemente, y Chinwe lo notó.