Capítulo 5 Mei Ling investiga a Sofía

La madrugada había caído sobre la ciudad, pero Mei Ling no podía dormir. Las palabras de Jian Wei seguían rondando en su mente, pero algo en su interior le decía que había algo más que no le estaba contando. A medida que el silencio llenaba el departamento, la furia de Mei Ling solo se intensificaba. Su mente, nublada por la inseguridad y la desconfianza, comenzó a buscar respuestas donde pudiera encontrarlas.

A media luz, con el brillo tenue de su teléfono iluminando su rostro, Mei Ling abrió las redes sociales. Facebook, Instagram, cualquier plataforma que pudiera ofrecerle un vistazo más cercano a la vida de Sofía. No sabía por dónde empezar, pero tenía que hacerlo. La mujer que había enviado el paquete, la mujer que había invadido su vida sin previo aviso. Necesitaba saber más de ella.

Las primeras búsquedas fueron infructuosas, pero después de unos minutos de desplazarse por la pantalla, encontró lo que buscaba. Sofía Rodríguez. La mujer de la que tanto había hablado Jian Wei. Mei Ling hizo clic sobre su perfil sin pensarlo dos veces, y lo que encontró la dejó helada.

La cuenta de Sofía estaba llena de fotos. Fotos de paisajes, cenas, amigos... pero lo que más le llamó la atención fueron las fotos con Jian Wei. Estaban juntos en cada una de ellas, abrazados, sonriendo, como si compartieran una vida llena de recuerdos. La pareja aparecía en distintos lugares de España: en el parque, en restaurantes, en viajes a la playa. Cada foto era un retrato perfecto de una relación que parecía mucho más que una amistad.

El color rojo subió a las mejillas de Mei Ling, pero no por vergüenza, sino por el torrente de emociones que la invadieron. ¿Por qué Jian Wei nunca le había mencionado estas fotos? ¿Por qué nunca le había hablado de lo cercana que era Sofía? ¿Qué tan profunda había sido su relación?

Mei Ling deslizó su dedo por la pantalla, observando una a una las imágenes. Sofía era hermosa, con esa belleza tan diferente a la suya, pero igualmente impactante. Tenía una figura impecable, una sonrisa cálida que casi parecía diseñada para conquistar a cualquiera. Y lo había hecho. Con Jian Wei. Lo que más le molestaba era la naturalidad con la que posaban juntos, cómo sus manos se tocaban sin miedo, cómo se miraban como si el mundo fuera solo suyo.

En una de las fotos, Jian Wei la abrazaba por la cintura, mientras Sofía apoyaba su cabeza en su hombro. La complicidad entre ellos era tan evidente que a Mei Ling le dio un nudo en el estómago. Esa foto debía haber sido tomada en un momento especial, uno que ella nunca habría compartido con Jian Wei. ¿Qué significaba todo esto?

Su respiración se aceleró, y un calor insoportable la invadió. Mei Ling no podía dejar de pensar en lo que había descubierto. ¿Por qué no le había dicho nada de todo esto? Si realmente su relación con Sofía había sido solo una amistad, ¿por qué no le había mostrado ni una de esas fotos? ¿Qué tan profunda había sido esa conexión entre ellos?

Las dudas y la rabia se apoderaron de ella. Sofía parecía tener todo lo que ella temía perder. La imagen perfecta, la vida perfecta, y Jian Wei a su lado, sonriendo, feliz. ¿Era posible que ella fuera solo un segundo plano en su vida? ¿Una distracción temporal?

Mei Ling dejó de deslizar la pantalla y se quedó mirando una de las fotos en particular. Jian Wei y Sofía en lo que parecía ser una terraza con vista al mar, ambos riendo, disfrutando de un momento que parecía tan íntimo. ¿Cómo podía Jian Wei decirle que no había nada entre ellos? No podía creer que él no hubiera tenido una conexión más profunda con Sofía. La forma en que se miraban, la cercanía, las caricias que parecían tan naturales... todo eso le decía lo contrario.

El teléfono en sus manos empezó a temblar ligeramente. No podía soportar más. ¿Era posible que Sofía estuviera en sus vidas de forma tan sutil y ella no lo supiera? El descontrol que sentía la estaba consumiendo.

De repente, una notificación en la pantalla de su teléfono la interrumpió. Era un mensaje de Sofía. Mei Ling lo abrió con rapidez. Sabía que esta mujer, con toda su seguridad, no había dejado de estar en la mira. El mensaje decía:

"Hola, Mei Ling. Espero que estés bien. Me gustaría hablar contigo sobre todo esto. No quiero que malinterpretes las cosas entre Jian Wei y yo, y me gustaría aclarar cualquier duda que tengas. Siempre estaré dispuesta a ser sincera contigo. Un abrazo."

Mei Ling sintió cómo la rabia se acumulaba dentro de ella. Sofía se atrevía a escribirle, a intentar suavizar la situación. ¿Cómo podía ser tan confiada? ¿Realmente pensaba que Mei Ling iba a creerle sus palabras vacías? Todo lo que había visto en su perfil, todas esas fotos de complicidad, de recuerdos, la hacían sentir que estaba siendo tomada por tonta. No iba a dejar que Sofía controlara su vida.

Mei Ling respiró profundamente, cerró la aplicación y apagó el teléfono. Sabía que no podía seguir ignorando lo que había descubierto. Su instinto le decía que algo no estaba bien, que había mucho más en juego de lo que Jian Wei le había contado.

A la mañana siguiente, Mei Ling tenía un plan. Iba a confrontar a Sofía. Tenía que saber de una vez por todas qué era lo que realmente había pasado entre ella y Jian Wei. Ya no le importaba lo que Jian Wei pensara. El juego estaba en marcha.

            
            

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