Capítulo 2 La Sombra de la Venganza

Después de la boda, el castillo de Devereux se convirtió en su prisión. Aurora se sentía atrapada, rodeada de lujos que no le traían consuelo, y por las noches, los ecos de la venganza que Maximiliano respiraba la hacían sentir aún más ajena. Su esposo, frío y distante, no le dedicaba más que una mirada de vez en cuando, como si ella fuera solo un recordatorio de su objetivo. La joven intentaba encontrar alguna chispa de la humanidad en él, pero era inútil.

Maximiliano, sin embargo, no podía apartar su mente de la joven esposa. A lo largo de los días, la imagen de su rostro desafiante y su aura de fragilidad le removía algo dentro. La venganza seguía siendo su prioridad, pero algo cambiaba en sus pensamientos cada vez que la veía. El fuego de la ira y la pasión que sentía por ella lo confundían. ¿Era ella solo una herramienta en su plan o algo más?

Maximiliano sabía que destruir al Conde de Raval era vital para saldar cuentas con su pasado, pero la presencia de Aurora lo hacía cuestionar sus intenciones. Algo en su interior lo inquietaba. A medida que los días pasaban, la joven noble comenzó a vislumbrar una grieta en la armadura de Maximiliano, una grieta que no podía ignorar, aunque sabía que no debía confiar en él. La venganza de Maximiliano era más peligrosa que cualquier deseo que pudiera albergar hacia ella.