El Lobo Amado Por Aisha
img img El Lobo Amado Por Aisha img Capítulo 6 Cinco
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Capítulo 6 Cinco

NARRACIÓN POR AISHA-----------------------------------

Esa mujer que se había aparecido ante nosotros me había dejado enojada. Era una atrevida, sus expresiones corporales y verbales lo habían dicho todo. Al final de la jornada yo había llegado hasta casa y vi a Ansley con su novio Abel. De hecho me sorprendió verlo allá de nuevo.

-¿Abel? -cuestioné incrédula.

Abel me sonrió ampliamente, estaba sentado junto a Ansley.

-Aquí estoy yo -pronunció Abel.

Respiré profundo. Lo que quería era ver la cama. No iba a perdurar mucho allí. Detuve mis pasos, sentí que ya era suficiente.

-Chicos, estoy un poco exhausta. Charlemos luego. Que pasen buenas noches -terminé diciendo.

-Aisha, no te vayas tan pronto. Quédate por un rato -pronunció Abel.

-¿Quieres conversar algo conmigo? -le pregunté yo a él.

-¿Qué crees Aisha? Toma asiento. Yo quiero conversar contigo -comunicó él de que sí quería tener una charla conmigo muy amena.

En silencio seguí mis pasos y tomé asiento. Subí los pies sobre el mueble y fijé mi mirada sobre mi cuñado.

-Habla Abel -dije yo para que se expresara.

-Bien, Aisha. Quiero conversar algo muy serio -tomó un respiro-. Me puse a pensar, y dialogué con Ansley con respecto a ti, y en cuanto a Alan. Sé que son afines y con eso no se puede mentir. Se los dije a mis padres y están verdaderamente alterados. Papá está que echa humos, estoy tratando de convencerlo para que no cometa ninguna locura en contra de Alan. Sé perfectamente que mi madre a perseguido a Alan, y me parece lo correcto. Yo en siendo que Alan no esté con mi madre, podría ayudarlo. Por lo tanto, voy a decir que delante de todo el mundo estaré en contra, pero delante de ustedes sabrán que tendrán mi apoyo incondicional. Lo digo porque papá no quiere saber de Alan, y verdaderamente eres mi cuñada. No podré soportar las injusticias -me informó él dándome un alivio.

-Muchas gracias Abel. Pero eso quiere decir que Alan tendrá problemas en un futuro -terminé diciendo.

-Me temo que sí, Aisha -afirmó él.

Ese era un tema complicado y difícil de evitar. El problema que Alan podría tener con Nathan, el Alfa de la manada. Por lo tanto, me mantuve en un lado en tranquilidad pensando por un rato. Obviamente la conversación continúo y más tarde me fui a dormir tranquilamente. Lo recomendable era la medida que Alan había empezado a tener, en querer comprar una casa fuera de la manada. Seguí mis pasos hacia mi habitación, me acomodé sobre la cama y le conté lo sucedido a Alan.

Al siguiente día, Alan decidió llegar hasta mi casa en la mañana, y me llevó con él hacia otra ciudad. Su amigo Bryan tambien estaba en el viaje, por si pudiera ocurrir cualquier imprevisto.

-¡Hey! ¡Debiste de invitar a alguien más! -se refirió él hacia mí-. Y tú, Aisha. Desconciderada. ¿Porque no invitaste a otra omega para que me hiciera compañía? ¿O una humana? ¡Estoy solo! -siguió expresándose él.

-Espera que aparezca tu mate, ella te romperá la cabeza por urgido -le dije yo a él.

-¡Aisha! -exclamó mi nombre de inmediato-. Esa no es la respuesta que yo deba de esperar. Estoy soltero. Por lo tanto, tengo derecho de acostarme con cualquier chica, loba... Lo que sea.

-Lo sabemos Bryan que tú te acuestas con cualquiera -pronuncié algunas palabras.

-La próxima vez invita a cualquier amante -le sugirió Alan.

-Tendré que hacerlo -afirmó Bryan.

Finalmente llegamos a otra ciudad. En donde nos detuvimos en un lugar campestre, pero lleno de establecimientos, y casas. Nos quedamos tranquilos en un lugar en específico. Tratamos de indagar en ciertas cosas, como por ejemplo en donde íbamos a comer, y que íbamos a hacer. Bryan se había detenido en una tienda embelezado mirando algunas ofertas, luego Alan hizo lo mismo. Ambos se detuvieron.

-Aisha, ven aquí. Vamos a entrar -me llamó Alan mirando através del ventanal.

-De acuerdo, espero que compren a mí artículos tambien -fue lo que dije yo.

Emprendí mis pasos hacia adelante, Alan se giró y entró conmigo hacia adentro, seguido Bryan. Los chicos compraron artículos y a mí tambien. Pues la lluvia se había apoderado de la ciudad y nos quedamos en un café. Pedimos órdenes como café con capuccino con algunas galletas, mientras que nos sumergíamos en conversaciones.

-Está intensa la lluvia -pronuncié mirando hacia afuera.

-El clima está para estar atado a una persona. ¿O me equivoco Alan? -Bryan se expresó.

Ya iba a tocar temas calientes de hombre urgido. Fijé mi mirada en él, pues no podía negar que me gustaría escuchar a los chicos hablar sobre su sexualidad.

-Bryan, mejor regrésate hacia otra ciudad. ¿Piensas torturarte todo el tiempo? -Alan se dirigió hacia él.

Bryan colocó su mirada fría sobre su amigo.

-Mejor voy a detenerme para conversar con Aisha, pues ella es atenta y no reclama como tú -le dijo a Alan, apartó su mirada de él y la puse de nuevo sobre mí-. Aisha, dulce caramelo. ¿Verdad que sí? -se expresó de una manera dulce.

Sonreí ampliamente. Bryan era tierno cuando quería.

-Por supuesto -le respondí yo a Bryan.

-¿Y si nos quedamos en esta ciudad? -preguntó Bryan cambiando el tono de su voz y de su rostro.

-¿Eso crees Bryan? Yo tengo cosas que hacer mañana, como ir a la universidad -le informé a él.

-Puedes dejar de ir aunque sea por un día -sugirió él.

-No, no y no. Esta noche me regresan hacia mi ciudad -le dejé dicho a él.

Por un rato discutimos eso. Bryan quería quedarse. La lluvia no cesó y lo que hicimos fuera regresar hacia nuestra manada. Alan me dejó en casa.

Al siguiente día iba rumba hacia la universidad, entrando vi a Sashiko que venía hacia mí, muy emocionado.

-¡Aisha! ¡Conquisté a un hombre! -gritó él sin importar que lo puedan escuchar.

Veía como algunas personas lo miraban. El mismo Sashiko, cambió su semblante a una expresión más seria.

-Sashiko, si gritas como un loco. La gente te va a mirar extraño -le comuniqué a él mientras caminaba.

Rodó los ojos.

-No me importa -dijo él sin importarle.

-Pensé que ibas a dejar las clases Sashiko -cambié de tema, total. Mi amigo era un real descarado.

-¿Cómo crees Aisha? El tipo que me gusta estudia en mi clase. Además sabes que lo que estoy cursando quedan meses para que concluya -me informó él.

-Entonces por eso es que tú vienes así de alegre. Porque vas a acostarte con el chico de tu clase que te gusta -deduje mirándolo fijamente.

-Eso lo sabes Aisha, ya te dije que lo conquisté -volvió a sonreír él de nuevo.

Respiré profundo, y detuve mis pasos por un instante.

-Bien, Sashiko. Vengo un poco tarde hoy. Pues te conté que no me encontraba en esta ciudad. Vine con algunas compras que me regalaron Alan y su amigo -hablé dándole algunos detalles.

-Muy bien, Aisha. No me trajiste nada. Mala amiga -me reclamó ella.

-No fue con mi dinero -intenté recordarle a él.

-Eso lo sé, pero un pequeño gesto Aisha -siguió él con su protesta.

Por un rato más, estuve conversando con mi amigo. Después me marché para tomar clases. Llegué al aula y tomé asiento. Alguien que estaba al frente de mí me sonrió descaradamente, y me griñó un ojo. No le hice caso, e incluso aparté mi mirada de él. Luego lo que hice fue mirar mi celular y coloqué mi atención sobre mi móvil. Sin esperarlo alguien se había sentado a mí y empezó a hablar.

-Hola Aisha. Disculpa por como me comporté hace poco. Reconozco que me equivoqué y que no debí de hacerte esas cosas fuera de lugar -se expresó el chico y entendí que era el tipo de hace rato.

Bloquée el móvil, y coloqué mi mirada de nuevo sobre el tipo. Lo miré pensativa pensando que yo le iba a responder. Entonces lo que hice fue dejar mi mirada puesta en él por unos segundos.

-Te lo voy a perdonar, si prometes que no lo volverás a hacer -quise aclarar.

Él sonrió mostrando su linda sonrisa.

-Lo prometo -aceptó él.

-¿Cómo te llamas? -pregunté.

-Me llamo Wilson. Es un placer poder conocerte -me respondió él a mí.

-Muy bien, me quedaré aquí entonces -pronunció él.

Entonces lo que hice fue conversar con él, y me di cuenta que había sentimientos positivos en él. Al final de la clase me movilicé con él hacia otro lugar específicamente hacia un centro de comida rápida. Me aproximé hacia una mesa en lo que Wilson compraba. Observaba a los estudiantes pasar de un lugar a otro. Todo recurría con normalidad. Finalmente Wilson había llegado y nos pusimos a devorar la comida. Después tomamos reposo ahí mismo.

-Yo por mi parte no tengo deseos de continuar con mis clases -se expresó Wilson.

-Yo por mi parte tengo obligación. Especialmente la tarde de hoy -comenté.

-Aisha. Yo aquí pensado entre nosotros. Que si podríamos tener problemas con tu novio si nos llega a ver -pronunció él con una interrogante bastante interesante.

-Tienes mucha razón, Wilson. No había pensado en eso. Pero él no estudia en esta universidad y no creo que venga hasta aquí para perseguirme -dejé dicho.

-Perfecto, eso me da tranquilidad -dijo él aliviado.

-Wilson no te preocupes por nada -traté de que no se preocupara por nada.

Ya en la noche me encontraba en casa leyendo un libro. De pronto se escuchó el sonido de la puerta sonar. Alcé mi vista y logré ver a Ansley movilizarse. Me imaginé que iba a abrir la puerta. Dejé el libro a un lado. Alguien había llegado, y dejé mi mirada fija hacia la puerta de entrada. Llegué a ver a Alan entrar con una sonrisa en su rostro.

-Alan, no me avisaste -pronuncié mientras yo lo miraba a él.

-Estaba cerca, y pensé llegar -dijo él.

No aseguré del todo que fuera cierto. Podría ser cierto o no. Alan se acomodó a mi lado. Percibí que respiro profundo.

-¿Preocupado Alan? -le pregunté yo a él.

-No, en lo absoluto. ¿Por qué me haces esa pregunta?

Respiré profundo. Alan se estaba haciendo el desentendido como sino supiera nada. Justamente cuando iba a responder, alguien había tocado el timbre de la casa.

-Tendré que abrir la puerta -fue lo que dije.

Me movilicé de donde yo me encontraba, y tomé la decisión de ir primero hacia unos de los ventanales para ver quién estaba allí tocando la puerta. Cuando me aproximé, me tomó por sorpresa ver a Nathan, Thalia y Abel. Después sentí como un miedo dentro de mí y me giré de inmediato. Miré a Alan que estaba sentado y después a Ansley que estaba en otro extremo.

-Nathan, Thalia y Abel están aquí -pronuncié rápidamente.

Ansley de inmediato colocó su mirada sobre mí.

-¿Qué? -cuestionó Ansley.

Aparté mi mirada de Ansley, y la puse sobre Alan que me miraba inmutado completamente.

-¡¿Alan?! ¡¿Vámonos de aquí?! -me expresé alterada.

-¡Aisha! ¡Deben de enfrentarlos! -Ansley me reclamó pero yo no estaba convencida.

De inmediato dejé de mirar a Alan y miré a Ansley.

-Ansley, cállate. Me parece que no lo vamos hacer y no en estos momentos. Es mejor que estén dando vuelta detrás de nosotros. Así que Alan y yo nos vamos hacia mi habitación y no estamos aquí -dejé dicho yo.

-¿Thalia conoce tu auto Alan? -Alan se dirigió hacia Alan lentamente.

Y yo puse mi mirada de nuevo sobre Alan y lo miré muy atentamente.

-Ella no conoce ese auto -respondió Alan.

-Camina Alan, muévete -traté de movilizarlo y él hizo lo mismo.

Por lo tanto, Alan se movía hacia mí. Yo me giré y emprendí mis pasos hasta las escalerad. Subí rápido y llegué hacia mi habitación. Alan colocó seguro a la puerta, y aproximé mis pasos hacia la cama, me acomodé en ella olvidando a los que habían llegado hacia la casa. Alan emprendió sus pasos y se sentó sobre mi cama.

-Te toca besarme Alan -dejé dicho.

            
            

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