El Lobo Amado Por Aisha
img img El Lobo Amado Por Aisha img Capítulo 8 Siete
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Capítulo 8 Siete

NARRACIÓN POR AISHA------------------------------------------

Sashiko no permaneció por mucho rato con nosotros en el bar. Finalmente la hora de regresar hacia la casa había llegado, pues Alan se ofreció llevarme hasta la casa. Justamente logré identificar el auto de Abel, y me pareció extraño que a esa hora estuviera él ahí.

-Ese es el auto de Abel... Aunque nunca él ha estado en mi casa a esta hora -comenté mirando el auto de Abel.

-Se les pasó la hora de seguro -opinó Roy.

-Ve tranquila Aisha. No me digas que le tienes miedo a tu cuñado -Alan me dijo en tono de burla.

-No es eso Alan. Es que a esta hora -seguí con lo mismo.

-Lo que sucede Aisha es que... Es hora de tú ir y entrar a tu casa. Así que déjate de emitir palabras de temor -Bryan le habló claro a ella.

Lo pensé por un instante, y verdaderamente tenían razón. Me despedí de ellos, procedí a abandonar el auto, y llegué hasta la casa. Escuché las voces de Abel, y me aproximé hasta él.

-Buenas noches, Abel -sonreí luego.

-Buenas noches, Aisha.

De inmediato me voltée, y llegué sin detención alguna hacia mi habitación, en la cual me acomodé cómodamente hasta el día siguiente.

No recordaba que Damian venía hasta mi casa para ensayar conmigo. Estaba en la cocina con la piyama puesta tomando café, cuando de pronto la figura se apareció en la cocina. Dejé la taza a un lado, y puse mi visión en Damian.

-Buenos días, Aisha. ¿Recién levantada? ¿Dónde estuviste anoche? -siguió Damian caminando hasta mi dirección.

-Estaba en un bar, no he revisado mi móvil desde anoche. Seguramente me habías escrito y lo siento. Pero no volví a revisar las notificaciones -le di algunas explicaciones por si acaso.

-Me lo imaginé que estarías perdida. Pero se ve que la rumba fue larga. Porque levantarte a las dos de la tarde es porque llegaste ya casi al amanecer -continuó Damian conversando.

Suspiré profundo. Y Damian logró acomodarse a mi lado, tomó asiento y se detuvo por un instante a mirarme.

-¿No piensas hablar Damian? ¿Quién te abrió la puerta? -realicé dos preguntas.

-Quien me abrió la puerta fue tu hermana -contestó él.

Desvié mi mirada de él. Me estaba dando hambre, y me movilicé para preparar desayuno, el cual hice con mucha precisión. Luego me desplacé para tomar un baño, y llegué hasta unas de las salas donde yo había dejado a Damian. Cuando me senté, logré ver a Ansley entrando tambien.

-Anoche sentí un poco de miedo, cuando vi el auto de Abel allá afuera -le comuniqué finalmente.

Ella rio un poco.

-¿Miedo Aisha? ¿Por qué? Abel no va a devorarte.

-Lo sé, pero como Nathan y Thalia estuvieron aquí, sentí un poco de temor. Espero que no vuelvan aquí con el mismo modo que vinieron la noche aquella.

-Eso no lo sé. Es preferible que Alan no venga. Además él lo entenderá perfectamente.

-Eso lo sé y bastante incómoda esta situación.

Suspiré frustrada. Ya aquellos dos estaban diciendo pestes de Alan. El malvado Alfa enfurecido, quizas pueda creer que pueda existir un vínculo de nuevo entre su esposa y Alan. Pero todo formaba parte del pasado, cosa que ambos no querían entender. Minutos después, pensé en que no sería bueno continuar esa conversación junto con Ansley, debido a que en verdad nosotras teníamos visita que era Damian.

-Ansley, hablemos después de eso. Tenemos a Damian aquí -le dejé dicho a ella.

Entonces Ansley guardo silencio y se retiró dejándonos solos. Damian y yo nos pusimos a ensayar la obra. Más tarde Ansley había informado que había preparado algo que comer, Damian nos acompañó. La noche se estaba acercando, y veía a Damian muy entretenido en mi casa. Estaba frente a un estante mirando unos cuatros.

-¿Te gustan los cuadros? -le hice una pregunta.

-Me gusta el diseño de esa obra -respondió el.

-¿A qué hora te vas? Es que quizás Alan venga y no quiero mal interpretaciones -seguí expresándome sobre el asunto.

Damian se giró hacia mí y rio un poco.

-Por lo visto es celoso. Ni siquiera te he enamorado Aisha. ¿Quieres que lo haga? -cruzó él los brazo.

-No, en definitiva. No quieres que me enamores, ni en bromas -fue lo que le dije a él.

-¿Ni en broma? ¿Te da miedo? -volvió a reír.

Enarqué una ceja.

-Damian, te has portado bien y por eso permito que vengas a mi casa. Pero si veo que cambias... -detuve mis labios.

-Aisha continúa -Damian emprendió sus pasos hacia mí.

-Por favor, no lo hagas. Hagamos las cosas más sencillas -le pedí a él.

-Descuida, Aisha. No pienso interferir entre la relación tuya y de Alan. Pero... ¿Podrías darme un beso -detuvo sus pasos y se quedó mirándome fijamente a los ojos.

-Me alegra saber eso -dije aliviada.

-Pero Aisha. ¿Te molestaría que yo te dijera palabras bonitas o que me expresara? Me parece que eso sería algo simple y no deberías de preocuparte en lo absoluto -se expresó él.

Sabía muy bien que era lo que él quería hacer. Aunque tomé confianza, nunca se propasó conmigo, eso era algo que verdaderamente se lo agradecía. Él no era un mal chico, y no tenía malas intenciones.

-Lo que pasa Damian es que puede que te ilusiones o pienses otras cosas -respondí yo.

Entonces me quedé mirando su expresión. Mantuve en silencio mis palabras por algunos minutos, y después abrió la boca.

-Bien, Aisha. Creo que es suficiente por esta noche. Nos vemos luego -se despidió él.

Lo acompañé hasta la puerta, y se retiró finalmente de la casa. Me voltée a mirar a Ansley que estaba en un extremo mirándonos.

-Se fue el esperanzadito -fue lo que dijo ella.

-Así es. Damian iba a ponerse impertinente, pero lo frené -terminé diciéndole a ella.

-¿Impertinente? Será que no aguanta Aisha -se movilizó de donde se encontraba llegando a unas de las salas.

Yo seguí a Ansley que iba trasladándose hacia otro lugar.

-¿Vas a salir esta noche?

-No lo sé, Aisha. Pues Abel me dijo que había un evento importante.

-¿Un evento importante? ¿Sabes que tipo de evento?

-No lo sé.

-He estado pensando en los momentos en que nos tendremos que ver, y todo este lío de por medio, Ansley.

-Tendremos que adaptarnos. Lo que es cierto es que Alan no puede ser visto por ellos y que Thalia seguramente te odia.

-Me importa un carajo lo que ella sienta por mí.

Resoplé frustrada. Ambas tomamos asiento en unos de los muebles.

-Me dijiste que Alan y Anastasia están comprando una casa fuera de esta manada, por si las cosas podrían complicarse -habló Ansley recordando un tema pasado y hablado profundamente.

-Sí, Ansley. Ellos tomaron esa decisión y no está mal la idea. Ya sabes que si las cosas se ponen rara, yo tambien me podría ir de aquí -le comuniqué a ella.

Ese tema lo hablé con nuestros padres más detalladamente.

-Espero que las cosas no se pongan tan grave -dijo ella.

Por un rato más conversamos sobre la misma hasta que Sashiko de había aparecido en la casa. Ansley fue que le abrió la puerta y desde que lo vi entrar en la sala sabía que iba a comportarse como un torbellino.

-Vine para mover el trasero de ustedes -dijo mirándome, después rodó los ojos hacia donde Ansley-. Y tú querida Ansley. Te vienes conmigo hoy, y no me importa la opinión de ustedes -se expresó mirando a Ansley.

Hoy estaba imperativo.

-Sashiko. ¿Y si Abel quiere salir con ella? Tú no puedes decir esas cosas -reclamé de inmediato.

Este colocó su mirada intensa en mí.

-Me importa poco tu opinión -fue lo que dejó dicho él.

-Sé que no te importa Sashiko. Pero debes de ser menos imponente. No sabes lo que Ansley pueda tener pautado, y no yo tampoco -le aclaré a él.

-Ya te lo dije, Aisha. No me importa la opinión de ustedes -sonrió él maliciosamente, apartó su mirada de hombre bellaco de mí y la puso sobre Ansley de nuevo-. De por cierto. No conozco a tu macho. Creo que debo de conocerlo. ¿No lo crees? Él tiene que saber quién soy yo.

-Ah, Sashiko. Por ese lado, no te preocupes. Vas a conocer a Abel. Si quieres puede ser mañana -Ansley le contestó a Sashiko.

-¡Perfecto! Tengo que conocer quién se está comiendo a Ansley -se expresó Sashiko emocionado-. Y hablando de hombres, hoy vienen dos amigos mios. Quiero que los conozcan.

-¿Son gay verdad? -pregunté dudosa.

-Sí, son gay. ¿Por qué Aisha? Si quieres, puedo buscarte a uno que sea completamente tuyo -me comunicó él.

-No, amigo. No quiero ningún amigo tuyo -le dejé claro a él.

Sashiko, tomó asiento en unos de los muebles y cruzó las piernas.

-Vamos, muevan su trasero vayan a tomar un baño y a cambiarse -pronunció él después de haber durado en silencio por un buen rato.

Durante unos minutos Ansley, y yo discutimos con él sobre esa salida. Sashiko, algunas veces lo hacía conmigo. Esta vez incluyó a Ansley. Concluimos en acompañar a Sashiko, y nos trasladamos para tomar un baño. Terminamos y nos fuimos con Sashiko. Nos llevó justamente a una fiesta. Parqueó el auto y llegamos a adentrarnos. Entonces continuamos caminando junto con él, pero de un momento a otro lado las luces se apagaron, la gente estaba desorientada. Muchos encendieron su móvil en medio de la oscuridad.

-No lo puedo creer. ¡No lo puedo creer! Llegamos y se ha dañado la luz -fue lo que dijo Sashiko.

Todos salimos de la casa, pero no se pudo restablecer la luz eléctrica. Por lo tanto, todos nos tuvimos que desplazar.

-¡Qué decepción! -gritó Sashiko decepcionado.

-Lástima, todo iba bien -comentó Ansley.

Miraba através del cristal el vecindario.

-¿Qué haremos ahora? -pregunté yo.

-Vamos a hacer algo... Creo que podemos ir a un lugar público. No sé... Ustedes no tenían planes para hoy -se expresó Sashiko.

Verdaderamente no teníamos nada planeado. Decidimos llegar a Burger King para alimentar el estómago. Pedimos nuestras órdenes, y nos sentamos a comer. Veía a Sashiko que no dejaba de mirar a alguien.

-¿Todo bien Sashiko? -le pregunté yo a él.

-No arruines mi momento Aisha -me respondió sin mirarme.

-¿A quién estás mirando? ¿A tu próxima víctima? -le hice dos preguntas a él.

-No, a nadie de verdad. No miro a nadie -respondió él mintiendo.

Terminamos de comer, y nos retiramos del lugar. Llegamos a una de la plazas cercanas, y nos acomodamos en un asiento. Decidimos comprar cerveza.

-Estoy aburrido. Pienso llamar a unos de mis amantes. ¿De acuerdo? -tomó su móvil e iba tecleándolo.

-¿Cuál de todos? -pregunté.

Él hizo una mueca, y suspiró.

-Me parece que debemos de... -se quedó callado.

Pues finalmente no llamó a nadie, y nos quedamos los tres compartiendo en aquel lugar. Sashiko nos llevó a casa, y nos retiramos a dormir.

Al día siguiente, después de que yo tomara un baño y me cambiara, bajé hacia abajo. Tomé asiento cómodamente en dónde yo me encontraba para desayunar, y tomar café, mamá se había hecho cargo. Terminé de hacerlo, y me fui hacia la universidad. Justamente llegando a mi aula, me topé con la sorpresa de ver a Alan allí.

-¿Alan? -pregunté yo de inmediato.

-¿Estás bien? -me preguntó él a mí.

-Sí, estoy bien -fue lo que dijo él.

-¿Qué haces tú aquí?

-Es que sentí mucha curiosidad por saber de ti. Me informaron que te fuiste de rumba anoche.

-¿Estás celoso Alan? ¿Podemos conversar en otro lugar?

Él asintió, y se movilizó conmigo hasta afuera donde tuvimos una charla amena tranquilos. Alan se retiró y yo retorné de nuevo hacia el aula. Tomé mi móvil y le escribí a Alan hasta que el profesor había llegado. Finalmente nuestro profesor llegó, y pudimos tomar la clase. Salí del aula y no tenía deseos de tomar la siguiente clase. Por lo tanto decidí irme de la universidad hacia la casa.

            
            

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