"No dejaré que lo hagas" , susurró Sylvia, aferrándose a mí.  "No puedo perderte otra vez" .
La aparté suavemente y le sequé las lágrimas.
 "No me vas a perder. Esta vez, sé exactamente a lo que me enfrento. Conozco sus debilidades, sus secretos" .
Mi voz era firme, llena de una determinación que no tenía en mi vida anterior.
 "En nuestra vida pasada, yo me casé con Patrick Lawrence por despecho, para competir contigo. Y tú te casaste con ese monstruo por deber" .
Un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar.
 "Esta vez, los papeles se invierten. Tú te casarás con el buen hombre, con Patrick. Tendrás la vida feliz y tranquila que mereces, lejos de la política y de la muerte" .
Le entregué una tarjeta con un número de teléfono.
 "Llama a este número. Es el de Patrick. Dile que quieres conocerlo. Él es un buen hombre, Sylvia. Te cuidará" .
Ella me miró, con el corazón roto pero entendiendo la necesidad de mi plan.
 "¿Y tú? ¿Qué pasará contigo?" 
 "Yo me encargaré de la venganza" , le aseguré.  "Él me subestimará, me verá como una niña mimada y rebelde. No sabrá que soy yo quien tiene el poder" .
El poder de nuestro padre, el poder de la industria del café que movía la economía de este país. Ese era mi verdadero respaldo.
 "Confía en mí, hermana. Vivirás la vida que yo envidiaba, y yo me aseguraré de que el hombre que te mató pague por lo que hizo" .
Mi promesa resonó en la habitación. Era un juramento sellado con el dolor de una vida perdida y la furia de un renacimiento.
Sylvia finalmente asintió, su decisión tomada. Aceptó su nuevo destino, un destino seguro, mientras yo me preparaba para caminar hacia el mío, un camino lleno de peligros y sangre.